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Día 7 en Las Vegas. Atrapados en el supermercado. Pt. II
En muchos supermercados hay una zona donde se venden cualquier tipo de tecnologías, desde microondas baratos hasta celulares de último modelo. Entre esos objetos, hay unos que los ocho jóvenes atrapados en el supermercado amaban más que nada gracias al gran ruido que puede causar y a lo amantes de la música que son todos.
Así es, bocinas, y de las buenas.
— Once I had a love and it was divine
Soon found out I was losing my mind
It seemed like the real thing but I was so blind
Mucho mistrust, love's gone behind — Cantaba Elsa a todo pulmón sobre un gran mostrador.Aprovechando de que las bocinas estaban en la misma sección que los micrófonos y al lado de las luces led, decidieron montarse su propio karaoke donde reprodujeron la playlist descargada de Eugene la cual contenía de todo tipo de canciones.
Mientras Elsa (después de haber estado bebiendo algo de vodka de fresa), Kristoff, Anna, y Eugene disfrutaban de un buen karaoke, el resto se divertía a su manera, pues tenían toda la noche para cantar canciones de Lady Gaga o de los 80's, pero no toda la noche para tomarse una buena cantidad de alcohol o bebidas energéticas, o tal vez ingerir una grave cantidad de frituritas y dulces.
Mérida se encontraba junto a Rapunzel bebiendo insanamente latas de todas las variables de bebidas energéticas con sabor que había en el lugar, obviamente acompañado de bolsas de gomitas ácidas que se encontraban en el camino por lo que era suerte que no les haya dado algún coma diabético durante estas últimas horas donde lo único que han estado ingiriendo era azúcar.
Por otro lado estaban el clásico par de mejores amigos, quienes a pesar de estar sobrios actuaban como si se hubiesen fumado algo bastante fuerte. Habían abierto varios paquetes de cosas picantes, desde frituras hasta salsas, ¿por qué? ni siquiera ellos lo tenían claro, pero por alguna razón sonaba divertido al momento de intentarlo.
Claramente no lo fue, pues su grandiosa idea terminó con aquel par castaño y peliblanco corriendo por todo el supermercado en busca de leche o algo que saciase el fuerte picor en sus lenguas y con absolutamente todo el resto del grupo riendo como drogadictos, algunos bajo los efectos del alcohol, otros del azúcar y otros por la simple estupidez.
— ¡Se viene una buenísima! — Grita Eugene llamando la atención de todos ya un poco más calmados tras gastar su energía burlándose de sus amigos.
Cuando la primera nota de música sonó, todos comenzaron a saltar e Hiccup fue el primero en subir al mesón y tomar el micrófono comenzando a cantar.
— Rah, rah-ah-ah-ah
Roma, roma-ma
Gaga, ooh-la-la
Want your bad romanceI want your ugly, I want your disease
I want your everything as long as it's free
I love, love, love, love
I want your love — Cantaba Hicc con todas sus fuerzas y tratando de ignorar el picor en su lengua.Jack, por otro lado seguía buscando el pasillo de la leche y Mérida, ya resignada, decidió ayudarle pero al voltear se sorprendió al encontrarse a la platinada tirada en el suelo con una botella de agua en su mano.
— ¿Estás viva? — pregunta mientras ríe ante la escena.
— Por supuesto que sí — respondió Elsa algo borracha — solo tenía sed, y después me dió calor y el piso es bastante fresco.
— Claro que si... — murmuró la pelirroja mientras tomaba una foto. — Te veo luego.
Caminó por los pasillos en busca de leche para ayudar al peliblanco, hasta que, entre la poca armoniosa voz de Hiccup cantando Bad romance, escuchó bastantes risas en el pasillo del lado derecho.
Cuando llegó al lugar se encontró a Jack con el celular en mano muerto de risa y a Anna tirada en el piso atrás de un cartel de "cuidado, piso mojado" lo cual le pareció extraño puesto a qué el piso estaba perfectamente seco.
— ¿Qué ha pasado? — Dijo Mérida acercándose al par.
— Anna se bebió un par de cervezas y ambos sabemos que su resistencia al alcohol es inexistente.
Todos corrían y saltaban sin pensar en nada más, especialmente en qué les dirían al momento de que los vieran, y mucho menos que ese momento sería antes de lo que creían.
Las siguientes horas fueron bastante simples, más alcohol, más música y muchísimo más desorden. Tomaron prestados carritos, hicieron carreras a través de los pasillos y comieron aún más frituras, además de agregar más cosas al carro de las cuales no sabían su existencia anteriormente pero les parecieron interesantes.
Se habían distraído tanto que bien olvidaron que el supermercado abría a las siete de la mañana los días de semana, y mucho menos notaron que para cuando estaban bailando con las canciones de Ariana Grande de fondo, ya eran las 7am.
—¡¿Qué es todo esto?! — Grita alguien llamando la atención de los chicos logrando que algunos (los borrachos de Hiccup, Anna y Elsa) se cayeran de un mesón directamente al piso.
Aparentemente era la dueña de esa sede del supermercado quién pasó al menos 30 minutos quejándose con el grupo de jóvenes sobre el desorden del lugar y ellos solamente se dedicaban a mirar y aguantar las carcajadas, o el vómito, por lo estúpido e increíble que era el asunto.
— Déjenme entender... — Dijo la dueña con una sonrisa de lado — Destruyeron un cuarto de mi supermercado, consumieron al menos 700 dólares en comida y bebidas de todo tipo, gastaron un montón para la cuenta de la luz... ¿Y quieren solamente irse con lo que venían a comprar y que además no pagaron?
— Usted nos dejó encerrados aquí... — Excusó Kristoff aún dudando de si era un buen argumento en contra de todo lo que aquella mujer acababa de decir.
— Y ustedes lograron montar un Lollapalooza a pesar de todo lo cual es totalmente injustificable.
Aquello dejó a todos callados porque la verdad es que ella tenía razón. Normalmente son Hiccup y Elsa quienes defendían con argumentos válidos al grupo, no como Mérida quien acudía a sus puños o como Flynn, cuyo mayor ataque era sacar la lengua y hacer pucheros,pero en estos momentos Hiccup estaba por desmayarse del cansancio y por el bajón de azúcar mientras que Elsa usaba todo su cerebro para no caer en un coma etílico y contener sus grandes ganas de vomitar.
— Bien... Tengo una idea — Dice Rapunzel algo afectada por el bajón de azúcar que sabía se le iba a venir encima. — El que nos haya dejado encerrados aquí me parece suficiente para haber consumido parte de algunas cosas, especialmente porque el agua quedó cortada y fueron casi 8 horas acá. Así que para el resto le tengo un trato.
— Te escucho.
— Que tal si le ofrezco 75 dólares y que jamás volvamos a poner un pie acá por qué nos deje llevarnos lo que tenemos en nuestro carrito de compra que era lo que compraríamos en primer lugar.
— Te seré honesta, rubia. Acepto todo, pero con que me hubieses asegurado que no les vería la cara nunca más en mi vida les hubiera dejado irse. Ahora tomen sus cosas y a sus compañeros y váyanse lejos de aquí.
Luego de eso, y de que los que estaban en condiciones le reclamaran a Rapunzel por gastar el único dinero en efectivo que tenían, Kristoff y Mérida tomaron a Hiccup de los brazos para ayudarle a caminar y mantenerse de pie, Flynn y Rapunzel se ayudaron mutuamente y a Jack no me quedó más remedio que tomar a Elsa a su espalda mientras la platinada dormía sobre él.
— No te preocupes, snowflake — Murmuró con la platinada durmiendo sobre su espalda — es mi turno de cuidar de ti.
Y así los ocho abandonaron el supermercado con una gran cantidad de comida en un carrito que lograron llevarse.
Era su primera semana en las Vegas y ya estaban vetados de un supermercado. ¿Quién sabe que más les esperaría?.
Ahora mismo solo sabían una cosa, debían buscar un nuevo supermercado para hacer las nuevas compras.
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Las Vegas || Jelsa AU
FanfictionJack acaba de anunciar su futura boda con Thoot. Sus amigos, felices por él, deciden reunirse una vez más luego de haber ido cada uno a distintas universidades para hacerle una curiosa despedida de soltero a su amigo, incluso su mejor amiga quién se...