❛ HE LIKES BOYS ❜ ❝un chico se enamoró de otro chico, pero ese chico luego se enamoró de una chica... y el otro chico en venganza también se enamoró de la misma chica.❞
Kim TaeHyung está enamorado
de Jeon JungKook y todo el mundo
lo sabe, acos...
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he likes boys capítulo veintiséis
—¿CUÁL ES TU verdadera intención conmigo? —JungKook fue directo cuando TaeHyung se levantó de su asiento y fue hacia el baño, dejando solos al azabache con la pelinegra.
HaNa se rió, dándolo un sorbo a su gaseosa de Coca Cola, haciendo ruidos al sorber de manera intencional, logrando que JungKook hiciera una mueca de asco y fastidio.
En ese momento estaban en un restaurante de comida rápida, cenando con comida chatarra en una mesa cualquiera donde Kim TaeHyung y Bae HaNa eran los únicos que intentaban romper el ambiente incómodo haciendo conversaciones mientras Jeon JungKook los ignoraba olímpicamente al preferir concentrarse en la comida que la mayor del trío claramente pagó por todos.
JungKook no pudo evitar pensar que podía ponerse en el lugar de TaeHyung y ver porqué el pelinegro parecía estar tan atraído con HaNa: la pelinegra era mayor, y eso de alguna manera la hacía más atractiva, también era independiente y tenía dinero.
El azabache no pudo ver ninguna falla en ese conjunto de características.
—No sé de qué estás hablando, hermoso —HaNa fingió demencia, encogiéndose de hombros y sin dejar de beber de su gaseosa.
JungKook arrugó su rostro en una mueca de fastidio y puso los ojos en blanco hacia la pelinegra.
El azabache menor odiaba cuando HaNa salía con todo tipo de apodos y adjetivos para colocárselos a él y cualquier ser vivo que respirara y tuviera un latido de corazón.
—Por favor, no me vuelvas a llamar así, y deja de hacer ruidos asquerosos con tu bebida —JungKook bufó enojado hacia HaNa, haciendo que la pelinegra se riera de lo fácil que era molestar al azabache.
HaNa se volvió a reír, esta vez dejando su bebida sobre la mesa.
—Podría rascarme el puto trasero aquí y un mocoso con tendencias de celos no me detendría —HaNa se inclinó hacia adelante, escupiendo sus palabras en la cara de JungKook—. ¿Y qué? ¿No puedo ser una persona amable ahora? —la pelinegra se burló con tono sarcástico, echándose hacia atrás y volviendo a su posición inicial con su espalda recostada en el respaldar de la silla en donde estaba sentada.
Por un segundo, el rostro de Bae HaNa había estado tan cerca del rostro de Jeon JungKook que el susodicho no pudo evitar ignorar los gruesos y carnosos que se veían los labios de la mayor tan cerca, o lo largas que eran sus pestañas... El menor, ciertamente, decidió fingir demencia e ignorar el latido que su corazón se saltó cuando el perfume de la pelinegra llegó hasta su nariz.
