Atrápame Si Puedes. √

8. Chears.

De vuelta al trabajo, me encontraba bajando cajas; con algo de ayuda.

Ya estabamos por salir cuando a Stephan se le cayó un papel del bolsillo, rápidamente lo tomé y cuidadosamente leí lo que decía, —¿Amethyst? —,leí en voz alta y Stephan al oírme se volteó y me quitó el papel de las manos.

—No se supone que deberías leer algo que no te pertenece —,dijo cruzándose de brazos.

—No me culpes a mi, el papel estaba en el suelo —,me crucé de brazos igual que él.

Él dejó de hacerlo y volvió a su trabajo —¿Así que vas a ir al cine? —,me entró curiosidad.

—Así es, iré con una chica muy linda —,contestó mirandome de reojo a lo que aguanté una sonrisa, —La más linda que haya visto jamás —,lo miré mal y él rió, —¿Por que? ¿Querías ir?

—Ya no —,le di la espalda y continué con mi trabajo.

En eso sentí como colocaba sus manos en mi cintura y me abrazaba por atras, lo ignoré y seguí lo que estaba haciendo; ya era de noche y estabamos en la bodega iluminados por una sola bombilla.

Yo ya estaba por terminar con las cajas, Stephan no había soltado su agarre cuando la bombilla dejó de funcionar.

Por una pequeña ventanita salía algo de luz proveniente de la luna, así que todavía se veía algo.

Me separé de Stephan y pude ver miedo en su cara, —Steph, ¿estás bien?

—No, no lo estoy —,me preocupé.

—¿Le tienes miedo a la oscuridad?

—No veo nada —,no entendí de lo que hablaba ya que si se veía algo con la poca luz que había.

—¿De que hablas?

Él respiró hondo y contestó, —Eso no es algo que te vaya a explicar ahora, solo, dame la mano —,tomé su mano rápidamente, —Ahora Daisy, vas a ser mis ojos, dirigenos a la salida.

Yo asentí aún sabiendo que él no podía verme, nos dirigimos a la salida sin ningún problema y justo cuando salimos, la luz volvió.

—¿Ves? No fue tan malo —,hablé con una sonrisa y él me miró mal —Un simple gracias hubiera sido suficiente.

Él todavía con su mirada seria se acercó peligrosamente a mi y en ese momento llegó Emilia, mi compañera diciendo que ya nos podíamos ir.

Me encaminé a mi departamento o al menos lo intenté, ya que no podía ir a ningún lado, como si estuviera amarrada, vi mi mano y me di cuenta de que no había soltado la mano de Stephan.

Rápidamente la solté y me encaminé a mi destino, Stephan llegó corriendo a mi lado y caminamos durante un rato —¿Entonces Day, que planeas hacer?

—¿No sé de que hablas? —,mentí,— ¿Que fue lo que pasó en la bodega?

—No me cambies de tema, señorita —dijo levantando un dedo —¿Acaso no piensas volver a Chears?

—¿Sabes que? Lo he estado pensando y creo que si voy a volver, las finales estan cerca y ustedes no han entrenado lo suficiente.