Amigos, simplemente amigos

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Anne Fox

Toda esta fiesta me parecía demasiado surrealista.
Para empezar...
Mi padre estaba más tranquilo que de costumbre.
Es más, hasta parecía tenerme miedo.
Si por alguna razón nuestras miradas se encontraban, el agachaba la cabeza o fingía ver hacia otro lado.
Si esta fuera una situación normal, estaría acechándome e insistiendo en que le abriese las piernas al mejor postor.
Y otra cosa que me parecía igual de surreal era el hecho de que mi madre estuviese también aquí.
Mi padre nunca dejaba que yo tuviese contacto con ella.
Y ver esto era simplemente jalado de los pelos.
Todo esto estaba poniéndome tensa
_tranquila, todo estará bien
Una mano cálida se posó en mi rodilla derecha.
Volteé a ver a esos profundos ojos azules de Edward.
Y es que con solo mirarlo era capaz de ahogarme en ellos.
Eran tan azules y profundos como el mar.
Puse mi mano derecha sobre la suya y al mirar nuestras manos juntas el perfecto y pesado ónix brilló en mi dedo.
Ahí estaba la promesa tacita de Edward.
Ahí estaba su palabra hecha alianza para mí.
Esa era la primera prueba de su garantía de mi seguridad.
Solo atiné a asentir mientras volví a mirara a sus ojos.
Ambos sonreímos a la vez.
Y es que esa complicidad que teníamos desde que nos hicimos amigos estaba ahí, todavía latente.
¡¿Como se supone que voy a besar a mí amigo?!
¡¿Como se supone que voy a ser su esposa?!
Si para él somos amigos... Simplemente amigos.
Voy a convertirme en su esposa de adorno.
Así yo me esté muriendo de amor por él, no lo obligaría a amarme.
Le sería fiel, así como siempre lo he sido.
Por más de que sea su esposa en ley y solamente para la foto, yo no le daría problemas.
Haré todo lo posible para mantener a Edward a raya.
Para eso están los amigos ¿No?
Si yo podía ayudar de alguna manera a Ed, lo haría con todo gusto.
Prometo estar a la altura de su familia durante el tiempo necesario.
Y todos aquellos que nos dañaron pagarían muy caro nuestras lágrimas.
Si fui capaz de dispararle a Vanya hasta matarla, pues ahora con mayor razón mataré por Edward. Y también por mí.

Edward Malfoy

Esto se veía mejor de lo que había pensado.
Apuesto mi vida a que Fox casi se mea en los pantalones.
Se que lo tenemos con el culo apretado.
Era demasiado notorio, si sudaba como un pollo.
Estoy seguro de que casi sufre un infarto al ver a dos Nott iguales.
Esa era la única ventaja que me daba Lorcan.
El que Lyssander y él sean exactamente iguales, o como dice Scorpius, fotocopias, solo inclinaba la balanza más a mí favor.
Tenía a un Robin Fox que desviaba su mirada de nosotros, sumamente incómodo y acojonado.
Eso solamente hacía que mi sonrisa creciera más y más.
Con la madre de Annie en la fiesta, la cosa no hizo más que mejorar.
Apostaba lo que sea a que el viejo Fox se estaba cocinando en su propia bilis por esa razón.
Conocía los detalles de su insistencia en que madre e hija estuviesen alejadas.
Ese simplemente era un cabrón, hijo de puta, cobarde.
Estaba malditamente disfrutándolo cuando me percaté de que Annie no estaba muy incómoda.
Vamos, que esto debía ser raro para ella.
Pero es que debía hacerse así.
Sino, ella jamás perdería el miedo.
Confieso que en este tiempo en el que se entrenó con la abuela y Vera en el manejo de su arma estuve aterrado.
Tenía miedo de que se lastimara.
Yo crecí aprendiendo a manipular un arma pero ella...
Si, me moría de miedo de que ella simplemente se hechase para atrás con todo esto.
De que mandase a la mierda todo y se aleje de mí.
A veces no dormía de tanto pensar y me quedaba despierto hasta muy entrada la noche.
¡Mierda!
Es que la quiero.
Y no solo eso.
Estoy enamorado de ella.
Si, pude haber tenido una que otra novia pero ella jamás salía de mi cabeza ni de mi rutina.
Siempre estaba preocupado por ella y quería saber cómo estaba.
Era un puñetero imán para mí y resultaba prácticamente imposible el separarme de ella.
Eso me trajo varios reclamos y una que otra cachetada pero es que simplemente no podía estar sin Anne.
Se estaba volviendo obsesivo
Vamos, ¡que es mi amiga!
Tuve que concentrarme en el presente en intentar que la tensión abandonase su sistema.
Así que sin más intenté darle consuelo y puse mi mano en su rodilla.
_tranquila, todo estará bien
Anne puso su mano sobre la mía y se quedó un instante viéndolas.
El anillo que le dí se veía hermoso e imponente en su dedo.
Volví a mirar su rostro.
Sentía incertidumbre.
¡¿Como no?! ¡Si va a casarse con su mejor amigo!
¡Maldición!
Quería poder decirle que lo hacía porque la amaba, no solo como una excusa para quitar a su padre de encima.
¡¿En qué clase de persona me estaba convirtiendo?!
Yo, que hacía las cosas por qué sentía que así debían hacerse...
Me estaba mintiendo.
Yo quería casarme con ella por amor.
No así.
No la obligaría a amarme.
Sería como siempre.
Nada cambiaría, al menos no de mi parte.
Seguiría siendo su amigo.
La ví levantar la mirada y sonreírme tan dulcemente.
¡Mierda!
¡¿Como no voy a enamorarme si me mira de esa manera?!
Lo único que hice fue sonreírle de vuelta.
Tenía que comportarme o la besaría aquí mismo sin que me importase nada.
Ni su padre, ni que mi familia entera esté mirándonos.
Concéntrate.
Tenía que ponerme en movimiento o sino estaría perdido.
_¿Bailas conmigo?
_¿Prometes no pisarme?
_¡Qué insolencia! Por supuesto que no voy a pisarte.
Su risa sonó como campanitas en mis oídos.
_vamos, no me gusta mucho que todos estén cuchicheando por ahí. Si van a hablar de mí, que sea por lo que hago. No por lo que no hago.
_vamos a darles de que hablar entonces.
Tomé su mano y la llevé hasta el centro de la pista de baile.
Ahora agradecía a mí tía el que insistiera en que aprendiese a bailar desde pequeño.
Anne bailaba de maravilla y yo simplemente estaría a su altura.
Después de todo, un baile entre amigos no daña a nadie ¿No?

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