«La sociedad nunca perdona las conductas escandalosas. Esta es la principal máxima que todo lordy refinado debe seguir».
Tratado de las ladies y lordys más exquisitos.
«Con todo el espectáculo que nos ha ofrecido la alta sociedad esta temporada, acudir al teatro se ha hecho innecesario...».
El Folleto de los Escándalos, noviembre de 1823.
Una hora después de dejar el baile, toda la familia se había congregado en la biblioteca de Ralston House.
Zhoumi y Siwon Rivington se habían sentado en dos sillas con respaldo alto situadas cerca de la chimenea; frente a ellos estaba Jong Woon, que no dejaba de caminar de un lado a otro. Jun, por su parte, estaba sentado en un diván, flanqueado por Kibum y Wookie.
«Amo, amas, amat. Amo, amas, ama».
«Él ama».
«Él me ama».
Inspiró profundamente, intentando deshacer el nudo que tenía en la garganta. Wookie se puso de pie y fue hacia la puerta.
—Creo que pediré que nos traigan un poco de té.
—Pues yo creo que necesitaremos algo más fuerte que eso —dijo Jong Woon, dirigiéndose hacia una botella de whisky que había sobre el aparador. Sirvió tres copas para los varones y, después de un buen rato, llenó una cuarta. A continuación, fue hasta Jun y se la ofreció—. Toma esto. Te ayudará a calmarte.
—¡Jong Woon! —exclamó Wookie.
—Pero si tengo razón —replicó el marqués.
Jun bebió un sorbo del ardiente líquido, disfrutando con la quemazón que sintió en la garganta. Por lo menos así no pensaba en el desolador dolor que Jung Min le había dejado con su declaración de amor.
—Tal vez puedas explicarme qué hacía Leighton profesándote su amor a los cuatro vientos en medio de un baile atestado de gente.
El dolor volvió.
—El duque también estuvo en Yorkshire —susurró, odiando lo débiles que sonaron sus palabras.
Jong Woon Ralston hizo un gesto de asentimiento.
—Y dime, ¿fue allí donde perdió la cabeza?
—Jong Woon —le advirtió Wookie—. Ten cuidado.
—¿Intimó contigo? —Todo el mundo se puso tenso—. No me respondas. No es necesario. Ningún varón se comporta así si no ha...
—Ralston —le interrumpió Zhoumi—. Ya basta.
—Quiere casarse conmigo.
Kibum le dio un ligero apretón en la mano.
—Pero, Jun, eso es bueno, ¿no?
—Bueno, después de esta noche no estoy muy seguro de que sea un buen partido —contestó Jong Woon Ralston secamente.
Los ojos se le llenaron de lágrimas y se tomó otro trago de whisky para intentar contenerlas.
Había intentado con todas sus fuerzas ser algo más que un escándalo. Se había puesto un traje del color adecuado, había bailado solo con los caballeros más apropiados y se había convencido a sí mismo de que podía ser la clase de lordy que era conocido por su buen comportamiento. Por su buena reputación.