Doctor (AoKaga)

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El prestigioso medico Aomine Daiki no tenía ninguna debilidad, pero ahora que llego un nuevo enfermero, ¿Qué pasara?

Un día como cualquier Aomine abría su consulta, desde que salió de la universidad ya tenía varias ofertas de empleo en los mejores hospitales, pero el solo quería formar su propia consulta y ayudar a su barrio, ese barrio que lo vio crecer y conseguir sus metas.

-Aomine-sensei-la voz chillona de su enfermero le molestaba, pero era eficiente así que no podía poner pegas

-Kise, llegas temprano, ¿Qué pasa?-pregunto extrañado, normalmente llegaba una hora después cuando todos los pacientes llegaban

-Es que no podre trabajar más para usted-cuando dijo eso a Daiki se le transformo la cara a una de sorpresa-Yo me voy a casa, bueno mi pareja y yo nos mudaremos a Londres-su sonrisa era demasiado brillante cuando hablaba de su novio algo que no molestaba para nada a Aomine, pero ¿Quién será el reemplazo de Kise? Aomine entendió la situación y le deseo lo mejor. Cuando ya se iba a ir el rubio hablo

-Tengo un candidato perfecto para que sea mi reemplazo, sé que no podrá solo con todos los pacientes-sonrió suave buscando en su móvil-No tengo ninguna foto pero es uno de los mejores, ahora está estudiando otra carrera-Kise sabía que su amigo buscaba trabajo así que este estaría de acuerdo

-Claro, que venga más tardar el viernes-sonrió Daiki y se metió a su consulta. ¿Quién sería tan bueno como Kise? Quedo pensativo unos minutos, después comenzó a pensar en las citas y pacientes que tenía en el día. Esperaría esa semana para poner un anuncio y buscar algún enfermero o enfermera competente.

-Sino podría decirle a...-sus palabras quedaron truncada cuando apareció el primer paciente del día. Comenzó a atenderlo y así paso el día, lleno de pacientes

-Aomine-kun, ¿Ya consiguió una buena novia que le cocine?-pregunto sorprendiéndole una anciana, era una vieja amiga de su abuela así que la conocía muy bien

-No existe la adecuada-dijo riéndose, aunque tampoco iba muy desencaminado, las mujeres con las que salía siempre iban tras sexo o dinero, eso aburría a Aomine y las dejabas en días. Después aparecía otra mujer con lo mismo, cansado de ello dejo de buscar y dejo en manos del destino, pero había un inconveniente y ese era que no sabía hacer nada de la casa, a veces contrataba a una asistenta para que limpiara su casa. Pasaron los días y un pelirrojo irrumpió a primera hora de la mañana en su consulta, se quedó mirando un momento la puerta antes de irrumpir

-Buenos días, todavía no abrimos así que-Aomine lo miro quedando mudo. Un pelirrojo tan alto como el, unas cejas algo raras, unas gafas de sol negras y una ropa muy pegada que no dejaba nada a la imaginación. El pelirrojo se quitó las gafas dejando ver sus ojos rojos

-Me envía Ryota, me dijo que podía trabajar aquí-las palabras sacaron del trance a Aomine

-Si bueno tendría que ver como lo haces y chequearte-comenzó a decir mirándole de arriba abajo, podría ser un hombre, pero atraía a Aomine como ninguna mujer de pechos grandes lo había hecho.

-Si quieres empiezo hoy-dijo serio el chico-Y si es posible que me deje de comer con los ojos-sonrió mordiéndose el labio viéndole, Aomine sacudió la cabeza

-No es lo que-de pronto vio lo cerca que tenía al chico, estaba prácticamente a milímetros de su cara

-Mi nombre es Kagami Taiga, no solo tengo la carrera de enfermero sino también la de cocina-sonrió guiñándole un ojo-Puedo decirle mis medidas si gusta también-dijo tocando la punta de la nariz de Daiki con el dedo haciendo que este se sonroje. Cuando Aomine iba a reclamar algo se abrió la puerta dando paso a varios pacientes

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