Eres mio (Kiribaku)

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Una cena importante para las dos familias más reconocidas de todo Japón, habían dicho un día exacto para reunir a sus dos primogénitos. Bakugo Katsuki estaba impaciente dando vueltas en su cuarto como un león enjaulado

-Lárguense-gruño molesto tirando las ropas que le trajeron para la cena. Su madre entró seria junto a su amigo de la infancia, Midoriya Izuki

-Vístete, rápido, no tengo tiempo para tus tonterías infantiles-le dijo seria viéndolo, este bufó de brazos cruzados

-Kacchan-suspiro Midoriya viéndole, este negó suspirando dándoles la espalda

-No lo entiendes, tu estas feliz con el mitad-mitad, en cambio yo estaré con un desconocido-suspiro viéndole con el ceño fruncido, la señora Bakugo salio con la cabeza baja. El peliverde se acerco a su amigo recogiendo la ropa

-Sabias que este día llegaría, sabes que Mitsuki no te daría a un viejo pervertido-le miró dándole la ropa-No entiendo lo que debes estar pasando pero sabes que te apoyare en todo, a la primera que vea peligro nos iremos-sonrió, el cenizo asintió vistiéndose

-¿Qué tal el bipolar?-pregunto riéndose divertido, Izuki negó riéndose suave

-Esta con su familia, en el norte, vendrá a finales de este mes... para tu boda-murmuró ayudando le

-Espero que no haya esa boda-murmuró bajando la mirada. Ya era hora para la cena, ahí conocería su destino aunque se sorprendió al ver la casa donde se haría la cena pues pensó que sería en un restaurante de gala. Midoriya como prometido estaría a su lado y lo apoyaría aunque a la distancia, ya que sus padres estaban a su lado

-Buenas noches, Mitsuki-san-una señora de cabellos negros saludo a la señora, el padre de Bakugo quedo hablando con un pelimarron que suponía seria su futuro suegro y detrás de ellos, un chico bien vestido en traje, con una sonrisa brillante como el sol y el pelo demasiado rojo. Se quedaron mirándose por unos segundos hasta que el pelirrojo se acercó extendiendo su mano

-Kirishima Eijirou, un placer-Bakugo dudoso extendió su mano

-Bakugo Katsuki-murmuró con el ceño fruncido, Eijirou bufó

-Oye, que sepas que esto me disgusta igual que a ti-murmuró con una voz gruesa y casi tan bajo que solo el cenizo lo escuchara. Este se sorprendió abriendo sus ojos

-¿Por qué lo haces?-murmuró Bakugo acercándose más a él para que nadie los pudiera escuchar

-Por mi familia, no estas mal, no te ofendas para una noche y un buen polvo estarías delicioso pero no soy de algo serio, quiero viajar y salir de aquí-dijo estirándose, Bakugo se sonrojo apartándose de él con el ceño fruncido

-No-o soy gay-dijo casi tan alto para que todos en la sala lo escuchara, Eijirou molesto lo cogió del brazo besándolo acariciando su cintura. Bakugo comenzó a sentir sus mejillas arder pero aunque se intentaba separar no podía y eso lo sorprendía ya que era el más fuerte de sus amigos

-Oh, genial-dijo la señora Kirishima feliz-Podemos planear la boda-cogió del brazo a Mitsuki llevándola a una pequeña sala de estar con sus esposos detrás siguiéndoles. Midoriya miraba la escena sorprendido

-Ibas a echar todo a perder-gruñó molesto Kirishima separándose de él, la imagen de Bakugo estaba destruida. Sus mejillas sonrojadas, un pequeño hilo de saliva caía por su barbilla, sus labios húmedos y carnosos

-¿Qué-é coño haces, pelos de mierda?-gritó empujándolo molesto limpiándose la saliva, Midoriya fue a su lado serio

-Te ves como una perra en celo, ¿No me digas que fue tu primer beso? Perdona que te lo robe pero todo lo que hice se hubiera visto destruido por tu simple comentario-sonrió de brazos cruzados con una expresión dura. ¿Donde estaba esa sonrisa tan brillante? ¿Era una farsa? Es lo único que Katsuki podía pensar, había sentido su cuerpo temblar por un simple  beso

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