11. El nuevo secretario -Tercera parte -Mewgulf (Zaintsee) Terminada

Cuatro

Gulf escuchó la noticia en la televisión del restaurante, rápidamente llamó a Mild y se personaron en el aeropuerto para conseguir tener alguna noticia más.

Allí se encontraron con muchas personas más pues eran familiares de los demás pasajeros, que también querían respuestas.

Pronto Saint y Zee también aparecieron y cuando el más bajo y el moreno se encontraron con la mirada, se quedaron congelados un buen rato, luego este miró al castaño.

Aquel no era un buen momento para reabrir heridas y hablar, ya que era tiempo de acompañar a su amigo y averiguar de Mew pero era duro verlos juntos.

Gulf se puso más nervioso y triste cuando con el pasar de las horas no hubo noticias, de hecho el psiquiatra tuvo que administrarle un calmante.

La noche se les echó encima y las últimas noticias fueron que el ejército estaba uniendo fuerzas para ayudar y peinar el mar de China en busca del avión y sus pasajeros.

...-¿Qué voy ha hacer si Mew no regresa Mild?-preguntó de repente el moreno.

-Va ha volver, no te preocupes amigo....Tranquilizate, te hace mal.

Este rompió a llorar una más, este no se sentía tan mal y preocupado desde la muerte de su madre años atrás.

-Sé que no podré vivir si no regresa...Me da igual todo lo demás-dijo finalmente Gulf abrazando a su amigo.

-Él volverá, ya lo veras-dijo el más bajo acariciando la cabeza de su amigo.

Mientras en medio del mar, el empresario estaba sentado en una de las balsas hinchables junto a los demás, con los ojos cerrados muerto de frío y cansancio, hasta que de repente escuchó un ruido y entonces levantó su cabeza.

Al principio pensó que era su imaginación delirando por la sed, el cansancio y el hambre pero entonces los demás también se despertaron y empezaron a gritar y mover sus brazos en alto.

Con los primeros rayos de sol de ese nuevo día, los familiares tuvieron noticias pues un helicóptero había interceptado las balsas con los supervivientes, por lo que varias embarcaciones de salvamento se estaban dirigiendo hacia ese lugar.

Esperaron una hora más a que la lista de supervivientes fuese enviada, por suerte todos estaban vivos aunque había heridos de gravedad.

Gulf sintió que el alma le volvió al cuerpo en cuando escuchó eso y rápidamente se abrazó a Mild, sin poder contener sus lágrimas de felicidad.

-¡Escuchaste!, ¡están todos vivos!, ¡Mew está bien!, ¡Va ha regresar conmigo!

-Lo ves amigo... te lo dije-dijo su amigo feliz de ver a este tan contento.

El más bajo regresó a la mansión para asearse, comer algo y coger ropa limpia y un neceser para Gulf, luego volvió al aeropuerto pues este no quería salir de allí.

Mientras en Filipinas donde aterrorizaron los helicópteros con todos los pasajeros, en empresario sonrió feliz pues aunque no era la mejor manera de visitar ese lugar, estaba agradecido de estar allí.

Los alojaron en albergues y hoteles de la zona, donde se ducharon y les dieron ropa seca, comieron algo y descansaron.

Finalmente este consiguió comunicarse con su esposo, no sabía el número de Gulf de memoria, así que tuvo que llamar a casa y una de las doncellas se lo había dictado pues su móvil se había perdido en el accidente.

...-¿Si?, ¿diga?-preguntó el moreno extrañado tras ver el número en la pantalla de su móvil.

-Hola amor, soy yo cielo...soy Mew- habló el empresario en cuando oyó descolgar.

-¡Oh Mew!, ¡gracias al cielo que estás bien amor!, Tenía mucho miedo por ti, cariño- dijo este feliz entre sollozos.

-No te preocupes, mi amor... Estoy perfectamente bien.... Tú mantente tranquilo, pronto nos llevarán de vuelta a casa, te amo.

-Yo también te amo.

Luego de hablar con su esposo, el empresario llamó a Hong Kong y aunque ya estaban enterados pues Gulf los había puesto al corriente, les dijo que regresaría a Bangkok pues el estado filipino los regresaba allí y pasados unos días intentaría viajar de nuevo.

Sabía que debía arreglar las cosas con el seguro, visitar a los heridos y darle el pésame a las familias de los fallecidos pero todo eso sería después de recuperarse del susto y volver a tener entre sus brazos a su amado esposo.