11. El nuevo secretario -Tercera parte -Mewgulf (Zaintsee) Terminada

Dieciséis

El joven empresario estaba realmente preocupado, había pasado otra semana y su esposo cada vez estaba más demacrado y seguía vomitando cada dos por tres, se desmayaba por los rincones pero este seguía empeñando en no ir al médico de nuevo.

Él no había querido contradecirlo porque no quería que tuviese una crisis pero ya no se creía del todo lo que este le había dicho del diagnóstico.

Más que nada porque cuando le preguntaba cada vez por lo que el doctor le había dicho, el moreno se ponía histérico e insistía en el estrés como causa de su mal estar.

Una noche tuvieron una discusión muy fuerte y entonces Gulf quiso irse de la mansión, empezando a quitar sin control la ropa de sus cajones ante la mirada atónita de su esposo.

...-¿Qué estás haciendo?, ¿A dónde quieres irte?.

-¡Me iré a un hotel!, ¡Mild me llevará, no te preocupes!.

Mew le detuvo.

-¡No!, ¡No voy a permitir que te vayas!, ¡no estás en condiciones de estar solo!

Gulf resopló furioso y se soltó del agarre.

-¡Suéltame o no regresaré nunca más!.

Mew no podía creerlo y anonadado lo siguió con la mirada.

-¡Mírate!, ¡estas fuera​ de ti!, ¡Acaso ya lo tenías planeado!.

-¿Estás listo, Gulf?-dijo Mild llegando y cogiendo las maletas de su amigo.

-¿Cómo es que él ya viene a por tus maletas si acabas de decidir irte?- preguntó sarcástico el empresario pues eso confirmaba sus sospechas... contéstame Gulf, ¿ya tenías pensado abandonarme?, ¿por qué?, no lo entiendo, nos amamos y yo solo me preocupo por ti y por tu salud.

El moreno suspiró y lo miró con furia.

-Volveré no te preocupes-dijo este llorando.

-No te vayas!, ¡Por favor, no te preguntaré más pero no te vayas!-suplicó Mew poniéndose de rodillas.

-Lo siento pero tengo que irme-Gulf se giró y entonces el empresario se levantó y lo abrazó por detrás.

-Te amo, tú eres toda mi vida...por favor no me abandones.

El moreno le soltó las manos y se apartó sin mirarle.

-Lo siento.

Tras irse este, Mew se tumbó en la cama y se abrazó a la almohada. solo tenía ganas de morirse pues su esposo se había ido y no entendía porqué, solo se le ocurría un motivo y era que este tuviese un amante y lo había dejado por irse con él.

Mientras en el coche, Gulf lloraba sin control, ante la mirada impotente de su amigo que conducía el coche camino al hotel.

-Gulf ¿por qué lo haces?, mira como estás, ¿es necesario que te hagas tanto daño?, ¿por qué no te lo piensas mejor?.

-¡Cállate!, ¡no me hagas sentir más culpable!, ¡además tengo que hacerlo, no me queda más tiempo!.

-Amigo per...

-¡No Mild!, ¡ya está decidido!, mañana interrumpiré esto, yo no lo quiero... no estaba en mis planes y Mew nunca se enterará de nada.

(...)
A la mañana siguiente, el empresario se levantó muy abatido, no tenía ganas de ir al despacho ni de hacer nada, toda su vida se había ido, así que se sentía un muerto en vida.

Había ropa de Gulf aún tirada por todo el suelo, entonces la recogió y la olió, amaba su olor, entonces abrió los cajones para guardarla con cuidado pero de repente vio un papel doblado y medio escondido bajo otras ropas doblada.

Confuso lo desdobló y vio que era de una clínica y estos eran unos resultados de unos análisis a nombre de su esposo.

-Tras realizarle los análisis al paciente Gulf Kanawut...-comenzó a leer-... el diagnóstico definitivo es....POSITIVO EN EMBARAZADO.. ¡oh joder!... ¿Gulf está embarazado?, ¡esto es maravilloso!-chilló feliz poniendo en papel en su pecho.

Este se sentó en la cama, le parecía un sueño pero entonces cayó en la cuenta.

-¿Por qué me lo habrá ocultado?, ¿Por qué se habrá ido?, ¿Acaso no es mío?.

Una luz se le encendió y entonces siguió revolviendo en las cosas de su esposo hasta que finalmente encontró otro papel donde había anotado una cantidad al lado de una palabra la cual lo hizo caminar hacia atrás y sentarse en el suelo.

-¿Aborto?, ¿Gulf quiere deshacerse de su hijo?.

Rápidamente cogió el teléfono y marcó el numero de Gulf pero este lo tenía desconectado.

-¡Mild!, ¡ese estúpido es su alcahuete!, ¡seguro que sabe donde está!, ¡él lo llevó a matar al bebé! -gritó desesperado levantándose rápidamente.

Se vistió lo más rápido que pudo y salió en su busca como alma que lleva el diablo y lo encontró desayunando en la cocina, entonces lo agarró del cuello de la camisa y lo zarandeó.

-¡Tú!, ¡dime ahora mismo donde dejaste a Gulf!, ¿en que lugar tiene pesado matar a su hijo?, ¡habla demonios!.

El más bajo lo miró asombrado.

-¿C-Cómo te enteraste?.

-¡Eso da igual ahora!, ¡Dimelo!, ¡tengo que detenerlo!, ¡Habla joder!.