Diecisiete

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Mild conducida a toda prisa mientras que sentado en el asiento de al lado un nervioso y furioso Mew le gritaba sin parar.

-¡Te mataré si no llegamos a tiempo! ¿me oyes?...¡Eres un maldito desagradecido y un mal amigo por permitir que Gulf haga una cosa así!

-Y-Yo..yo s-se lo dije pe-pero ya sabe co-como es él.

-¡No es mío!, ¿es por eso que quiere abortar verdad?.

-No, n-no lo s-se...

Para cuando estos llegaron, ya el moreno salía de la consulta envuelto en lágrimas.

-¿Lo has hecho?, ¿has matado al bebé?, ¡Contéstame!-habló el empresario zarandeando a su tembloroso y afligido esposo.

-¡Noooo...!, ¡no he podido!, ¡no he sido capaz de hacerlo!... Cu-Cuando el médico me iba a inyectar con esa aguja, he pensado en ti y en cómo sería un pequeño Mew corriendo por ahí.

-Entonces es mío-sonrió feliz y aliviado el empresario.

-Claro que es tuyo, ¿De quién más podría ser?

Mew lo abrazó fuertemente.

-¿Por qué no me lo dijiste?, ¿por qué has montado todo este circo?.

El moreno resopló y se apartó.

-¡No quería traer un niño al mundo y que sufriese lo que yo sufrí!...¡No quería que viese como me da otra crisis y me tenga que visitar en el psiquiátrico!.

-Cariño, eso no ocurrirá.

-¿Y si no soy un buen padre, Mew?...yo no soy normal, no estoy bien y quizás nunca lo éste, ¡soy un demente!-gritó este entre lágrimas.

El empresario estaba furioso pero al escuchar las razones de su esposo, este sintió como se le rompía el alma, sabía que en el fondo él era un ser frágil y débil.

-Ya, ya venga, no te pongas así... Tú no eres un demente, tú eres maravilloso, solo estás asustado pero tranquilo yo estoy contigo y todo irá bien.

-Soy un asco, un egoísta y un egocéntrico-dijo Gulf nuevamente-...desde que supe que estaba embarazado solo podía pensar en que ya no podría trabajar y en que perdería mi figura.... Engordaré mucho Mew, ya no me querrás y te buscarás a un hombre más guapo, más delgado y más cuerdo que yo...pensé en que me moriré solo, pobre y gordo.

El empresario rió ante el puchero que su esposo hizo entre sus brazos, a lo que molesto este frunció el ceño e intentó zafarse del abrazo.

-No digas tonterías, amor... Yo jamás me buscaré otro más guapo, ni más delgado, ni más cuerdo, ni menos complicado que tú... Yo te amo a ti y siempre va ha ser así, de hecho ahora te amo más pues sé que llevas en tu vientre una parte de mi y que has sabido enfrentarte a tus miedos y has desistido de esta locura-dijo Mew besando la nariz de su esposo.

Gulf resopló.

-Eso lo dices ahora pero cuando pese 120 kilos, no dirás lo mismo.

-Ah no, no me crees, si quieres lo hacemos por escrito...¿hacemos otro trato?, yo estoy dispuesto y lo firmaré con los ojos cerrados.

-Sip, venga hagámoslo, redactemos un contrato.

Mew sonrió mientras echaban a andar hacia el coche.

-Pues bien, di tus condiciones, yo las acepto encantado...busquemos un bolígrafo y un papel.

El moreno rió fuertemente.

-¡Estás loco Mew Suppasit!, ¡¡Estas tan loco como yo y te amo tanto!-exclamó este parándose para besarle.

-Yo si que te amo, cielo y siempre lo haré, nunca lo dudes...anda regresemos a casa.

anda regresemos a casa

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11. El nuevo secretario -Tercera parte -Mewgulf (Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora