Doce

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Gulf lloraba sin consuelo, creía que su esposo ya estaría muerto y que Mild y él pronto lo estarían también.

El más bajo daba vueltas por la maldita habitación pero entonces se paró y lo miró como si se acordase de algo importante.

-Espera un momento, yo tenía...

Acto seguido se quitó un zapato, como pudo se saco el calcetín y de este salió una pequeña navaja.

El moreno lo miró con una mezcla de extrañeza y furia, a lo que su amigo sonrió y se encogió de hombros.

-¡Mild!

-Lo siento, no me acordé.

Luego de los reproches, este se agachó y tras coger la navaja con los dedos, la abrió y empezó a cortar la cuerda que ataba las manos de su amigo.

Tras varios minutos consiguió soltarlo, el moreno se sacó la mordaza y luego ayudó a Mild.

-Eres increíble, todo este tiempo has tenido una navaja y nosotros....

-Estaba tan muerto de miedo que no me di cuenta hasta hace un rato... lo siento.

-Bueno, esta bien ¿y ahora qué?

-No lo sé...la ventana tiene rejas, la puerta está bloqueada, estamos en medio de la nada... Aunque podamos hablarnos, estamos tan jodidos como antes, Gulf.

El moreno resopló.

-Si tienes razón, nos moriremos aquí, aunque a mi ya me da igual, sin Mew ya no quiero vivir, no me compensa la vida.

De repente escucharon un ruido fuera.

-¡Han vuelto! ¿Vendrán para matarnos?.- habló Mild mirando a este.

Mientras en el coche.

-¡Dese prisa, agente!.

-Tranquilo señor Suppasit ya llegamos, no se preocupes, ya todo terminó.

Rápidamente bajaron del coche policial y fueron a la puerta, el moreno y su amigo los vieron acercarse y empezaron a golear la ventana con las manos.

-¡Aquí!, ¡aquí!, ¡Mew!, ¡Mew!-gritaron.

-¡Es él!, ¡está vivo!, ¡vino a buscarnos!-exclamó Gulf llorando de alegría.

Tras tirar la puerta de la entrada y luego la del la habitación, la pareja se abrazó entre lágrimas pues tras la pesadilla vivida, volvían a estar juntos.

-¡Oh cariño!, pensé que no volvería a verte.... Creí que te habían matado y que nosotros nos moriríamos aquí-dijo Gulf llenando de besos la cara de su esposo.

-Shsss... ya estoy aquí cielo, no pasa nada... Ahora estamos bien-Dijo este besándolo en la cabeza.

-¿Y tu quién eres?-preguntó desconfiado Mild.

-Tranquilo, él es un policía que estaba infiltrado y que me ayudó-habló el empresario poniendo una mano en el hombro de este.

-¿Quiénes eran esos hombres, Mew?- ¿qué querían?-preguntó el moreno muy asustado.

-Vámonos a casa, salgamos de aquí y te lo explicaré todo, tranquilo cariño.

Los cuatro entraron el coche y el agente los dejó en su casa, luego él volvió a la comisaría para hacer el informe.

Mew, Gulf y Mild tendrían que ir por la mañana a declarar, firmar la declaración y la denuncia pues esa noche era para descansar y recuperarse del mal momento vivido.

Mew, Gulf y Mild tendrían que ir por la mañana a declarar, firmar la declaración y la denuncia pues esa noche era para descansar y recuperarse del mal momento vivido

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11. El nuevo secretario -Tercera parte -Mewgulf (Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora