11. El nuevo secretario -Tercera parte -Mewgulf (Zaintsee) Terminada

Seis

Tras despedir a sus amigos, Mew y Gulf se fueron a descansar, el moreno se subió a la cama y cuando este salió del baño hizo lo mismo.

La ropa voló rápidamente y ahí estaban los dos, juntos, abrazados piel con piel, sintiendo el calor del otro, felices con sus alientos chocando entre sí.

-Te amo, cielo y estando en esa situación tan terrible, me di cuenta de que realmente eres lo más importante en mi vida... Nada vale la pena-dijo el empresario besándole en la frente.

-Sabes que yo también pensé en eso y solo quería que regresaras a mi lado... Lo demás me dio lo mismo... Mew, sin ti me sentí incompleto y me sentí morir.

-Wow, Gulf Kanawut, ¿eso quiere decir que ya crees en el amor?.

El moreno se hizo el interesante, fingiendo que se pensaba mucho la respuesta.

-Emm no sé .... quizás.... puede .... pero...a ver emm.... si, creo que sí.

-¿Si qué?.

-Qué si, señor Suppasit, lo amo...te amo- respondió este con una gran sonrisa.

El empresario no aguantó la emoción y rápidamente atrapó sus labios en un apasionado beso que los dejó sin aire.

Cuando se apartaron, el moreno se dio cuenta que dos lágrimas resbalaban por la mejilla de su esposo.

-No llores, Mew... ahora ya estamos juntos y nada nos separará jamás.

-Soy tan feliz, mi amor... Pensé que nunca pronunciarías esas palabras... estoy tan contento que ahora mismo saltaría en la cama.

-¿Y qué te impide hacerlo?, ¡salta Mew, salta!-lo animó Gulf.

El empresario no se lo pensó más, entonces se levantó y empezó a saltar haciendo que su esposo diese pequeños botes con el movimiento del colchón.

-¡Gulf me ama!, ¡Mi pequeño me ama!-empezó a gritar riéndose.

El moreno no paraba de reírse también, entonces Mew decidió en ese momento, que esa era la imagen más hermosa que existía y quería quedarse así para siempre.

Ver así a su esposo reírse, feliz, olvidando las preocupaciones y las obligaciones, era lo mejor de la vida.

De repente Gulf se puso de pie en la cama y empezó a saltar también pero en una de estas, se cayeron sobre el colchón y volviendo a estallar en risas.

-Somos tan pésimos, mi amor...ya no somos chiquillos.

Gulf se quedó mirándolo fijamente y paró su risa, entonces el empresario lentamente se acercó, la temblorosa mano de este acarició el hombro y el brazo de su esposo, haciendo que este se erizara y soltase un pequeño y erótico suspiro.

-Eres tan hermoso, pequeño.... Eres el ser más divino que ha pisado ésta tierra-susurró el empresario acercándose a su boca.

Su esposo le puso la mano en la mejilla y lentamente se recostó, con ganas, Mew empezó a besarle el cuello, luego los hombros y a continuación el pecho, mientras que este soltaba pequeños gemidos de placer por la excitación.

Mew se puso encima de su esposo y le abrió las piernas, empezando a simular penetraciones que hacían que​ este gimiera aún más fuerte pues sus duras pollas se estaban rozando.

Pronto eso no fue suficiente por lo que el moreno empezó a desesperarse, quería sentirlo a en su interior y ya no podía esperar más.

-Metemela Mew por favor, metemela ahora.

El empresario sonrió ante eso y no hizo esperar más a su dispuesto esposo, entonces se incorporó y colocó su polla en la impaciente entrada de este y la introdujo despacio, haciendo que el moreno soltase un gran chillido arqueando su espalda.

Este se puso de rodillas y oentras penetraba el culo de su jodidamente erótico y caliente esposo, le cogió la polla y empezó a masturbarla para disminuir el dolor.

Cuando Gulf empezó a exigir más ritmo, el empresario colocó sus manos en el colchón a cada lado de este para apoyarse y así coger más impulso, las estocadas fueron lentas al principio pero luego incrementó la velocidad y la profundidad, haciendo que los dos gimieran y jadearan con el placer y el frenesí que sentían.

El empresario tocaba la próstata de su esposo con cada penetración haciéndolo tocar el cielo, luego de varios minutos de chillidos y gemidos, el moreno se corrió en su vientre, lanzando un gran suspiro de satisfacción.

Sonriendo volvió a concentrarse en las penetraciones, las cuales minutos después lo hicieron alcanzar el clímax también y llenar el interior de su esposo, por fin exhausto besó el pecho y la boca de Gulf y después se bajó de este tirándose jadeante en el revuelto colchón.

Minutos después se giraron y tras sonreír y mirarse muy satisfechos, los dos se abrazaron y finalmente se quedaron completamente dormidos.