Durante unos minutos, ____ intentó asumir el significado de sus palabras. Luego, se echó a reír.
-Ah, ya sé -se acercó al borde de la terraza-. Todo esto es un sueño. Quedarme encerrada en el ascensor. Conocerte. Ser tu contable. El beso...
Él le agarró una mano y le dio un pellizco.
- ¡Eh! -ella retiró la mano-. ¿Por qué has hecho eso?
-Para demostrarte que no estás soñando.
Ella se puso pálida y dio un paso atrás.
-Entonces, no puedo haber oído lo que creo haber oído.
-Depende.
-Me ha parecido... que me pedías que me casara contigo.
-Así es -asintió él tranquilamente.
-No puede... -confusa, ____ retrocedió hasta que chocó con una silla-. ¿Por qué quieres que hagamos eso?
-Es la solución perfecta. Tú debes tener un hijo y yo necesito un heredero. Así es que nos casamos.
- ¡No puedo casarme contigo!
-¿Por qué no?
-¿Por qué no? -repitió ella, incrédula-. Hay millones de razones.
-Dime tres.
-Para empezar, nos conocemos desde hace veinticuatro horas. Yo podría ser una asesina psicópata. No sabes nada de mí.
Él sonrió.
-Tu nombre es ____ Angela Edén. Naciste un ocho de mayo en el rancho de tu familia, El Jardín del Edén, en Dubois, Wyoming. Tienes dos hermanos mayores, Hank y Travis. Hank dirige una pequeña explotación ganadera. Travis es campeón de rodeo. Actualmente es el tercero del mundo. Hank está casado. Travis, no. Hank tiene tres hijos, dos niños y una niña. ¿Sigo?
-Todo eso lo habrás averiguado con una par de llamadas. Eso no significa que me conozcas.
Él la tomó de la mano y la llevó dentro del apartamento.
-Vamos a mi despacho. Quiero enseñarte algo.
La condujo a una habitación dominada por un enorme escritorio de haya. La soltó, se puso detrás del escritorio y agarró un grueso dosier. Lo abrió al azar y comenzó a leer sobre aquella vez en que ella y su amiga de la infancia, Mallory, se fumaron a escondidas un cigarrillo. ____ se abalanzó sobre el escritorio e intentó arrancarle el dossier de las manos, pero él se lo impidió.
-¡Nadie sabe eso! ¿Quién te lo ha contado? Qué has hecho, contratar a un detective privado?
-A varios, en realidad. Esta mañana -dijo él, arrojando el dosier sobre el escritorio-. Tú sabías muchas cosas de mí. Pensé que era justo que yo también averiguara algunas cosas sobre ti.
-Yo solo leí un artículo del Denver Magazine - dijo ____-. Además, que tengas todos esos datos no significa que me conozcas. No tienes ni idea de mis manías. ¿Qué te hace suponer que podrás aguantarme el resto de tu vida? Y yo tampoco sé nada de ti, aparte de que eres muy testarudo.
-Bueno. Pasaremos las próximas cuarenta y dos horas juntos, conociéndonos. Si el domingo todavía podemos aguantarnos, volaremos a Las Vegas y nos casaremos. ¿De acuerdo?
- ¡No! No estoy de acuerdo en absoluto. Además, el lunes empiezo en mi nuevo trabajo, ¿recuerdas?
-Esto es más importante. Los libros de cuentas pueden esperar.
____ lo miró fijamente. ¿Casarse con Harry Styles? Pero si casi no podía creer que tuviera una cita con él... Entonces, recordó algo que él había dicho.