ᴄᴀᴘ 38: ᴊᴜᴇɢᴏs ᴅᴇ sᴇᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ

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Aisa

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Aisa

Cuando le dije a As que tendría que esforzarse más si quería tenerme, lo dije jugando. No pensé que lo tomaría como un reto, pero lo hizo, por eso ahora me encuentro emocionada y expectante ante las cosas que hará. Por mi parte también he decidido jugar un poco con él. Lo voy a hacer sufrir al maldito para que deje de burlarse de mí.

Una vez me dijo que me haría desearlo solo a él, y por desgracia esa parte sí se cumplió, pero ahora seré yo quien haga que a la única que desee tocar y besar sea a mí, a mí y a nadie más.

«¿Y qué pasó con Zac y serle fiel?».

«¿Quién?».

Salgo del baño después de cambiarme y arreglarme, y encuentro a As limpiando su cuchillo, muy tranquilo el niño sentando sobre la cama, con su pierna estirada y descansándola sobre el cojín. Camino hasta él, y cuando nota mi presencia alza la mirada.

—As, voy a salir. —Voy hacia la puerta.

—¿A dónde?

—No te interesa.

—¡Hey!

—No te preocupes, no me voy a escapar. Al rato vengo. —Antes de que diga otra cosa, salgo con premura.

Me dirijo al departamento y por suerte lo encuentro vacío, quien sabe dónde andará Marc. Entro a su habitación y husmeo en todas partes hasta que encuentro el lugar donde guarda el dinero, él no quiere que use el de mis padres, así que ahora tendrá que aguantarse.

—No es un robo, es un préstamo —me digo a mí misma antes de tomar todo el dinero y guardarlo. Después de eso, me dirijo a casa de Zac.

—¡Aisa, volviste! —exclama alegremente después de abrir la puerta. Me abraza de manera efusiva e intenta besarme, pero giro el rostro antes de que lo haga—. ¿Qué sucede?

—Zac, tengo que hablar contigo. —Mi tono de voz no le agrada y su ceño se frunce.

—¿Sobre qué?

—Sobre nosotros. —Haré caso a lo que Amanda y América dijeron. Si no puedo entregarme por completo a Zac, entonces lo mejor será que terminemos la relación. Él merece alguien mejor que yo, alguien que lo quiera de verdad.

—Sabes... estaba por salir —dice, y alzo la ceja, es obvio que miente.

—Zac...

—¡Me dio mucho gusto verte! —dice de manera atropellada, para después darme un beso en la frente—. Te llamaré para invitarte a salir. Hoy no puedo atenderte como deseo, lo siento mucho.

—¡Zac! —Y así sin más cierra la puerta en mi cara.

Sin más remedio me dirijo al centro comercial, donde entro a una tienda de lencería. Elijo la más sexy que encuentro y la compro. Estoy decidida a torturar a mi asesino favorito.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora