II

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El fin de semana por fin había llegado y había quedado con Alex, Max y Dani para ir a comer algo el sábado por la tarde y conocernos un poco mejor.

Me puse lo primero que encontré en el ropero, un pantalón de mezclilla negro, una playera morada un poco ajustada y mis converse rojos.
No hacía falta maquillaje, ya que solo iría a comer algo y pasarla bien un rato, sólo me maquillo en ocasiones importantes.

Salí de mi habitación y bajé las escaleras para encontrarme a mi papá comiendo en la mesa mientras miraba su celular.

— Provecho —dije con una pequeña sonrisa a lo que él sólo contestó con un "gracias"—. Oye, tomaré el auto, ¿está bien?

Mi papá arqueó las cejas y dejó salir una pequeña sonrisa.

— ¿Una chica?

— ¡Ojalá! —reí por lo bajo—. Quedé con Alex y un par de amigos más para ir a comer.

— Está bien amor, maneja con cuidado, por favor —me regaló una sonrisa y continuó con su comida.

Tomé las llaves del auto del llavero junto a la puerta y salí de casa.

Como yo era la única mayor de edad y con licencia, tenía que hacer de chófer y niñera de tres chicos menores que yo, hazme el favor.
Entré al auto, lo encendí y fui en dirección a casa de Alex, la cual no estaba muy lejos de la mía, a unos cinco minutos. Luego pasamos por Max, lo cual nos tomó al rededor de diez minutos más y por último Dani, quien era el que vivía más lejos de la zona.

Nos dirigimos a una plaza comercial, los cuatro bajamos del auto después de estacionarlo y comenzamos a caminar hacia dentro de la plaza mientras platicabamos.

— ¿Entonces? ¿Qué comemos? —inquirí a los chicos.

— Uhm, creo que hay una pizzería en ésta plaza o podemos ir por algunas hamburguesas —comentó Max, Alex y Dani parecían apoyar la idea.

— Wow, qué estilo de vida tan saludable —bromeé riendo—. ¿No quieren una hamburguesa de pizza mejor?

Max rió un poco mirándome y después concentró la mirada en mi brazo derecho frunciendo el ceño levemente.

— Prima, ¿qué te pasó en el brazo? —inquirió con curiosidad.

Una de las cicatrices que tenía en mi cuerpo había sido descubierta. Los pocos recuerdos que tengo de aquél día eran insoportables así que...

Prefieres cubrirlos con mentiras y humor.

— Me mordió un tiburón —respondí con sarcasmo y riendo levemente.

Max rió y rodó los ojos, ahora mirando a Alex.

— ¿Qué le pasó en el brazo?

Alex me miró y arqueó una ceja en complicidad. Miró de nuevo a Max y contestó con un tono un poco más serio.

— La mordió un tiburón. En serio.

Después de hablar y caminar, nos decidimos por las hamburguesas, entramos al local y ¡Dios mío! ¡Qué bien olía! Hacía mucho no comía una hamburguesa.
Llegamos a la fila mientras discutíamos que ordenar, era nuestro turno y Alex por fin se decidió lo que quería.

Me giré hacia la caja y estaba a punto de ordenar pero mis palabras no salían, ahí estaba yo de nuevo, como en el primer día de clases, mirando embobada a Violeta quien vestía el uniforme que usan los empleados de este local. Se veía diferente, se veía bien, se veía muy linda con ese unifor...

¡Para de una vez Victoria! ¡Gracias a dios vine contigo!

Siempre vienes conmigo...
Ah... otra vez hablando conmigo misma, no puede ser.

AdictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora