VI

80 4 2
                                    


Vi y yo estuvimos hablando por un rato, yo estaba sentada sobre su cama y ella en la silla de su escritorio. Ya sabía su edad, tiene veinte, un año mayor que yo. Le gusta casi todo tipo de música pero había algunas cosas que todavía me daban vueltas en la cabeza.

— ¿Te puedo preguntar algo?

— ¿Uhm? ¿No es lo que has estado haciendo por los últimos treinta minutos? —arqueó una ceja y sonrió juguetona.

— Ugh, bueno sí —rodé los ojos y reí ya que tenía razón—. Si tu padre... ya sabes, tiene dinero, ¿por qué una escuela pública? Y ¿por qué un local de hamburguesas?

— Lo de la escuela es... una larga historia —caló su porro y un par de segundos después exhaló el humo—. Lo de las hamburguesas, quiero hacer mi propio dinero, trabajar, no solo ser mantenida por mi padre.

Bueno, al menos no es una vaga como creías que era, Victoria.

— ¿Por qué fumas? —inquirí con curiosidad mirando el porro entre sus dedos.

— Por la persona de la foto partida —respondió a secas y volvió a calar su porro.

— ¿Te hizo daño? —fruncí el ceño.

— Uhm... indirectamente, aunque también fue mi culpa, me rendí cuando dijo que ya se había olvidado de mi, dijo que no me reconocía, que no sabía quién era.

— ¿Qué sientes cuando fumas?

— ¿Eres policía o por qué tantas preguntas? —rió ladeando la cabeza y suspiró—. Nada, simplemente se siente bien. Tu cuerpo se relaja, el tiempo comienza a ir lento. Aunque con el tiempo te acostumbras y ya no se siente tanto como al inicio. Ahora es mi turno de preguntar.

— Dispara.

— ¿Qué te pasó, Tori?

— ¿Disculpa? —inquirí confundida.

— Ahí, que te pasó ahí —señaló  mi brazo derecho con la cabeza mientras lo miraba.

Miré la cicatriz y solté una risita.

— Me mordió un tiburón —sonreí levemente pero tratando de sonar convincente.

— No, Tori. En serio —su rostro ahora estaba serio—. ¿Qué te pasó?

Miré la cicatriz nuevamente y suspiré.

— Lo poco que recuerdo es doloroso.

— Te escucho, no te voy a juzgar.

¿Tú también sientes que podrías contarle lo que sea a Vi, vocecita?

Ella confió en ti al contarte sobre su vida amorosa, creo que ya que ella confía en ti, tú también deberías confiar en ella, Victoria.

Suspiré y me llené de valentía para hablarlo después de mucho tiempo de no hacerlo.

— Fue hace cuatro años, un auto me arrolló. La verdad no recuerdo mucho, solo imágenes borrosas. Recuerdo... recuerdo estar tendida en el pavimento, todo me dolía, no podía moverme —comencé a sentir un nudo en la garganta mientras le contaba a Vi—. En la acera había alguien, el conductor dijo que me empujaron pero él dijo que no había puesto mucha atención a aquélla persona ya que salió corriendo y él había bajado a auxiliarme y...

Comencé ver borroso ya que mis ojos comenzaron a cristalizarse y segundos después ya había lágrimas recorriendo mis mejillas.

— Y... olvidé, olvidé muchas cosas... olvidé amigos, olvidé a algunos familiares... perdí parte de mi memoria en ese accidente —limpié mis lágrimas tontamente y me di cuenta que el poco maquillaje que me había puesto comenzaba a correrse—. Y tengo el presentimiento... de que olvidé algo muy importante. Incluso después de eso... olvidé mi estadía en el hospital.

AdictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora