VII

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La noche anterior hice todo lo que Vi me dijo que hiciera, comí algo, me hidraté, tomé una ducha y, con muchos nervios y apenada entré en su cama junto a ella, fue un momento memorable.

Después de despertar y desayunar junto a ella, nos arreglamos y salimos de regreso a la escuela en mi auto.

Al llegar al estacionamiento, Vi dijo que tenía algo que hacer antes de clases.

— Tori, tengo que ir a la biblioteca a recoger un libro, te veo en clases, ¿está bien? —comentó con una sonrisa a lo cual yo asentí.

Después de estacionar el auto me dirigí frente a la entrada de la escuela y pude reconocer una llamativa cabellera azul rey.
Me acerqué a ella quien estaba sentada en la acera que rodea el área verde donde Vi suele pasar el tiempo.

— Hola Ximena —saludé amablemente sentándome a su lado.

Ella me miró y sonrió con una ceja arqueada.

— Entonces... ¿Te quedaste en su casa? —comentó con un tono insinuante—. Nos conocimos ayer y ya me debes un favor. Ojalá cada que conociera a alguien me debiera un favor.

— ¿Qué? Ugh... Alex te lo dijo, ¿verdad? —suspiré y después fruncí el ceño—. Y ¿por qué te debo un favor?

— ¿En serio Tori? —la peliazul arqueó ambas cejas y negó con la cabeza sonriendo—. Alex me llamó anoche, dijo que le llamara a tus padres para avisarles que te quedarías conmigo.

Fruncí el ceño con confusión ya que Vi había dicho que Alex le diría a mis padres que me quedaría con ella.

Pareces trabalenguas.

¿Tú qué piensas, vocecita?

La verdad no sé, es extraño, ¿tal vez Violeta no quiere que tus padres se enteren que te gusta una adicta?

— Qué raro... —comenté sacando mi botella de agua de mi mochila.

— Y bueno, me vas a contar ¿o qué? —arqueó una ceja con una sonrisa coqueta mientras yo le daba un trago a mi agua—. ¿Te la cogiste o te cogió?

Abrí los ojos con sorpresa y escupí el agua que tenía en la boca haciéndome toser.
Ximena comenzó a reír ante mi reacción y me dio palmaditas en la espalda.

— Estás... ¿Estás bien? —preguntó entre risas.

— ¡No! O sea... Sí, estoy bien pero no, no pasó nada de eso —rodé los ojos indignada.

— Okay, okay, lo siento... —respondió terminando de reír y limpiando algunas lágrimas que salían de sus ojos—. Sólo... ten cuidado, ¿sí?

— ¿Cuidado? —inquirí confundida frunciendo el ceño—. ¿Con qué?

Ximena suspiró y comenzó a susurrar.

— Escucha, no me gusta meterme en relaciones ajenas pero me pareces muy buena chica como para que te enrolles con alguien como Violeta. Te diría más, pero no quiero que me veas como una enemiga o algo así, en serio me caes bien.

— Bueno, ahora me acabas de dejar con la duda —susurré de vuelta.

— ¿Tori? —miré al frente para ver quien me llamaba. Mi sonrisa volvió y mi corazón se aceleró, era Vi—. ¿Vienes conmigo? —preguntó mirando con seriedad a la chica que tenía a un lado de mi.

Pude notar que Ximena la miró de la misma manera mientras me ponía de pie.

— Nos vemos en clase, Xime —me despedí regalandole una sonrisa.

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