Capítulo I

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—Nunca pensé que mi papá le fuera infiel a mi madre. No lo entiendo, somos una familia feliz. Mi padre viaja mucho por su trabajo, pero en su tiempo libre siempre no los dedica a nosotras dos. —llorando, casi a grito, le murmuro a Alex.
—Mía, tienes que tranquilizarte, a lo mejor lo que viste fue solo una confusión. —dice Alex con una voz serena, a la vez que me acaricia el cabello.
— ¡No pienso quedarme un minuto más en mi casa Alex, me tengo que ir, aunque sea para bajo de un puente!—furiosa le rezongo.
—Mira, mi ex esta noche se va para casa de sus padres, al fin se dio cuenta de que no vamos a regresar. Yo solo no puedo pagar la renta, si quieres puedes mudarte y compartir los gastos. —exclama Alex.
—Ok, voy hasta mi casa para empacar mis cosas, no quiero que mi mamá sospeche nada. Ella es muy feliz con él, yo no tengo el derecho de acabar con su matrimonio perfecto. —termino por decirle a Alex. ¡Creo que tienes toda la razón! Debo hablar con él cuando estemos a solas.
Cuando llego a mi casa la cena está servida y mis padres sentados en la sala esperando por mí. No tardo en explicarles que necesito mi espacio propio. Por más que me imploran que no me marche, mi decisión está tomada, no hay vuelta atrás. Siento como mi padre le ordena a mi madre que vaya detrás de mí. Corro para el cuarto, tomo la maleta más grande y empiezo a empacar. —Tengo que salir a buscar un par-time que cubra mis gastos, no puedo depender por mucho tiempo de ustedes, —le digo a mi madre mientras frena mi mano para que la atienda.
— ¡Mía, por favor quédate! —llorando me abraza y besa las lágrimas que comienzan a caer en mis mejillas rosadas.
—Mamá, voy a compartir piso con Alex, no es un extraño. ¡Por favor déjame volar, ya casi cumplo 23! —mascullo sin pensar.
—Al menos deja que tu padre te lleve, yo me quedaría más tranquila. —dice mi madre con el afán de saber dónde me alojaré.
No me queda de otra que aceptar la petición de mi madre, me despido de ella montándome al lado del sínico del que me trajo al mundo. Ella lo besa y le pide que nos cuidemos, que somos el centro de su vida. Esa la razón por lo que no le cuento la verdadera razón por lo que me estaba marchando de la casa donde nací.
Le digo la dirección a mi padre, pone el carro en marcha. — ¡Abróchate el cinturón Mía! Tienes que aprender a seguir los protocolos de seguridad. —ordenó mi padre pillándome por el espejo.
—Te advierto algo, no quiero verte la cara excepto cuando vaya a visitar a mi madre. ¡Te queda claro papá! –Exclamo tan fuerte que frena el carro justo a tiempo en el semáforo.
—Gracias por no contarle nada a tu madre, pero algún día ya me entenderás. Yo amo a tu madre con locura, ella es mi vida. ¡Andrea solo fue un error! —grita mi padre mientras golpea el volante y sus lágrimas se descarrilan.
El resto del camino fue un silencio absoluto. Al aparcar frente al apartamento de Alex, mi padre se apresura para abrirme la puerta y ayudarme con mis cosas. Me abraza tan fuerte pidiéndome perdón una vez más, pero es más fuerte que yo. No pude responder a su cariño.
—Llama a tu madre, dile que ya estás sana y salva en tu nuevo hogar. Yo iré a una reunión de trabajo. —masculló mi padre en lo que se perdía en medio de la nada.

Alex fue un apoyo incondicional. El apartamento estaba listo a mi llegada. El cuarto que ocuparé está acomodado a mi gusto, y un pequeño cactus en la mesita de noche al lado de la cama llamó mi atención. Las cortinas las cambiaría nada más qué pudiera. El resto se ve muy cómodo.
Voy a la cocina con la intención de preparar un café. — ¡Gracias por todo! —le cogí la mano a mi mejor amigo después de tener la cafetera montada al fuego.
—Mía, ¿Qué piensas hacer ahora para generar ingresos? —me preguntó Alex al verme tan firme con la decisión de no volver a mi casa.
—Mi madre me ayudara con los gastos hasta que encuentre un par-time. —mascullo a la vez que endulzo el café.
—Debe ser muy duro para ella, jamás se han separado ustedes dos. — ¿Cómo te sientes tú? —masculló Alex, mientras me seguía con la mirada al coger el teléfono.
—Me siento vacía, fue ver a mi padre con esa tal Andrea. —le resoplé al pobre que al final tenía la razón.
Pido una pizza hawaiana acompañada y un par de sueros de chocolates. En lo que llegaba nuestra cena con excesos de calorías voy directo al baño. La ducha es un alivio para mi dolor, paso más de un cuarto de hora sumergida entre el agua y mis pensamientos.
— ¡Ha llegado nuestra cena!—exclama al verme salir del baño con la pijama puesta. Antes que se me olvide, en la tarde pasé por el “Café My California” que está en la esquina y había un cartel que decía “se necesita una empleada con urgencia”. Creo que debes de dar una vuelta por ahí.
Cenamos recordando los viejos tiempos. Alex fregó mientras iba acomodar mi ropa en el closet. Eran las nueve de la noche y el comentario de la empleada con urgencia no sale de mi cabeza. El tiempo vale oro, no pierdo nada con ir hasta allá.
Me decido por un jeen de mezclilla ajustado y alto hasta la cintura a juego con un body de escote que realza mis pequeños senos, unos converses negros a juego con mi cazadora. Me hago una trenza china y mancho mis hermosos labios de un rojo matte que daba la sensación de un maquillaje perfecto. — ¡Alex! —me prestas tus llaves, es que, bueno sabes que aún no tengo.
— ¡Sí, tómalas! Están en el centro de mesa. —farfulló medio dormido.
Le doy un beso en la frente y salgo sin saber que voy a pisar el verdadero infierno al aceptar el trabajo. El tramo era realmente corto, al llegar noto que ya el cartel no estaba puesto. Suspiro y abro la puerta, confieso que me imaginé el lugar muy diferente. El diseño me dejo petrificada. Las paredes están llenas de simulaciones de libros, pergaminos, fotografías de bandas musicales.
¡Dios míos! La pared de fondo al reducido escenario está escrita la letra de ¡My California, de Beth Hart! ¡Es genial!
— ¿¡Bonita se te perdió tu novio aquí adentro!? —masculla un chica muy linda, delgada y alta. Sus rizos rubios platinos la hacen ver como una de las mujeres más brillantes de la ciudad. Sus labios de rosa pálido iban a juego con la cazadora de color azul celeste que traía puesta.
— ¡Perdón! —Me ves cara de sofocar a un hombre, pues lamento decepcionarte querida. Vengo por el empleo. Dios la silueta de esta mujer la he visto antes. ¡Sé que la conozco pero no logro acordarme donde la vi!
—Pues ya está ocupado el puesto, ¡así que puedes irte por donde viniste! —casi gritando me abre la puerta.
— ¡¿Pero qué carajos pasa aquí!? —exclamó  el demonio en persona.
Iba vestido con un mono negro y una camiseta a juego, le queda muy ajustada a su torso. ¡OMG, le puedo contar cada cuadrito de su abdomen! Sus brazos quedan al descubierto tupidos por la tinta. ¡Su cuello está tatuado! Es como una flor de loto, aunque por la luz opaca no logro definir muy bien. Una argolla dorada le brilla en su nariz…a decir verdad le luce muy sexy. Sus ojos son intimidantes al no quitarme ni un segundo.
–Vengo por el empleo, pero al parecer ya no está bacante. –sin dejar de mirarle le contesto al chico de las sombras.
–Andrea vete al camerino, ¡siempre de metida en lo que no te importa! – ¡Y tú niña, ven conmigo! –ordenó cómo si fuera el dueño del lugar.
Andrea se fue rezando y echando pestes por el camino. En cambio yo, seguí al chico hasta una casetica a las afuera del Café. Entremos y él cierra la puerta. Me hala hasta apoyarme contra la puerta  quedando atrapada por su calor. Nuestras miradas se convirtieron en chispas. – ¡Eres tan diferente! –murmuro jugando con sus labios.
– ¡No tienes miedo de lo que te pueda hacer! –entre risas dice.
–No…no eres más que un cliché de sociedad. –termino por mascullar.
– ¡Desatar las sombras de mis demonios es lo peor que haces! –me amenaza sus manos recorren mi cuerpo lentamente.
No logro aguantar, sus labios son exquisitos. Invado su boca por sorpresa, mi lengua busca la de él…danzan a la par que satisfacen el deseo irrefrenable que sienten desde la primera palabra. Me carga como si mi peso fuera el de una pluma. Quedo cómoda entre la madera fría y su torso ardiente. Somos lujurias envueltas por placer de dos almas literalmente desconocidas. Corta el beso pero no se disculpa.
– ¡No sonsaques mis sombras, te puede ir mal! –Advierte con una mirada de miedo.
Toques en la puerta muy fuerte interrumpe la tensión. –Hay más de veinte espectadores esperando ¡solo nuestro espectáculo! Era Andrea, obvio que los celos la están consumiendo. Mi cara se refleja mi enojo, abro con toda la intención de marcharme de ese lugar.
– ¡¿Conmigo no te tomaste tantas molestias a la hora de contratarme, ni porque soy la voz que te alumbra todas las noches!? –escupía ella el veneno con una sonrisa irónica.
–Andrea basta ya de hablar estupideces. Ya la he contratado. –con mucha seguridad afirma que el trabajo es mío.
– ¡Yo! –exclamó asombrada. – ¡Ni siquiera sé de qué voy a trabajar! –muerdo mi labio inferior al recordar su boca pegada a la mía.
– ¡¿Tú nombre niña?! –preguntó él, su tono es arrogante.
–Mía…Mía Galti. –acepto el trabajo, solo que puedo nada más en las noches. –murmuré perdía en los recuerdos.
– ¿Por qué solo puedes trabajar en las noches? ¡Tú salario será a medio tiempo! –Seguía la intrusa de Andrea.
– Estudio literatura y recién me acabo de mudar cerca de aquí. –le contesté a la curiosa de Andrea.
–Se te pagará el salario completo. Vamos te explico en qué consistirá tu trabajo. –masculló él sin importarle un bledo las amenazas que Andrea le iba lanzando. Te encargarás de anotar todos los pedidos de los clientes. En la noche empieza realmente el espectáculo, acá se reúnen todos los amante de la música y adictos al café. Suelo escoger al azar alguien del público y cantar la canción que desee. Eso hace más interesante la función. Atrae a muchos que no se atreven a cantar por miedo a que se burlen o algo así. –Te comento algo, algunos vienen drogados, si se sobrepasan contigo solo me lo dices, yo me encargo. – ¡Ah, ya se olvidaba lo más importante! – ¡¿Sabes hacer café!?
–Asiento con la cabeza, a la vez que me muestra la pequeña barra tapizada de color oscuro.
– ¡Thiago, tenemos que empezar ya! –gritó Andrea ya en el pequeño escenario.
Ella deslumbra con su belleza, se nota a mil leguas que ellos tuvieron algo que ver. – ¿Pero por qué él la trata así? –las preguntas comienzan allanar mi cabeza. De un salto Thiago atraviesa el escenario y comienzan con las pruebas de audio.
El local tiene solo diez mesas. Son cuadradas y en el centro tienen una lamparilla imitando a un girasol. Los pedidos se hacen mediante un chat con el número que identifica las mesas. – ¡Amo este lugar! Definitivamente me quedó trabajando acá, sé qué mi cabeza no va a tener tiempo a maquinar sobre los últimos acontecimientos.
Personas de toda clase empezaron a llegar, mi sonrisa se amplía con cada pedido que me llega al chat en la laptop.  Recuerdo las recetas de mi madre, ella escribió el libro “Elixir “que tuvo mucho éxito. Ese es mi secreto para brillar esta noche.
– ¡Muero por probar tus labios de nuevo! –su mirada pesa tanto al leer su mensaje que fue imposible evadirle. Lo ignoro y sigo preparando más pedidos, los corazones rojos con los que reaccionan los clientes hacen que mis se ojos se llenen de lágrimas. Es la primera vez que logro un propósito sin mis padres.
Los aplausos anuncian la apertura de la noche. Thiago tiene una voz que jamás antes escuché. Ellos dos juntos sonaban como el grupo de Lady Antebellum. Ella toca la mini banda, él una guitarra eléctrica. Su música mantiene a todos con la piel erizada. Los pedidos cada vez incrementan generando buena propina en mi primera noche.
Aprovecho el momento que todos cantan, algunos con lágrimas en los ojos, otros con la sonrisa bien estrecha y las miradas perdías para sentarme en la peque barra, teniendo el ángulo perfecto para vacilarlo sin que se dé cuenta. De pronto nuestras miradas se cruzan mientras anuncia la última canción de la noche.
La luces de los teléfonos me abruman al escuchar el comienzo de ¡Perfect, Ed Sheeran! Una de mis canciones preferidas. Mi voz sobresale, mis labios y los de Thiago se mueven al mismo compás. Cante a toda voz, ¡me encanta el momento! –murmuré descarrilada en esa agua cristalina que suele limpiar el alma. Todos están de pie aludiendo con broche de oro la noche, mientras yo sigo inmóvil.
– ¡Muchas gracias a todos los que nos acompañan esta noche! –agradecía Thiago y las sombras de sus demonios. Tengo el placer de anunciar el dueto sorpresa será con Mía Galti, la chica que los ha hechizado con los café de esta noche.
¡Los aplausos una vez más inundan la noche, y yo, no me lo puedo creer, cantar una canción junto a él después de besarnos como locos! Estiró su mano para verme obligada a subir al escenario. – ¡No puedo! –exclamé si darle la mano.
Sus ojos se oscurecen y el público a coro comienza a pedir que suba. – ¡Es que la niñata no sabe cantar, o me equivoco! – Exclamó con un tono de burla Andrea.
Subo al escenario con la ayuda de Thiago, me recibe con un beso en la mejilla. Los chiflidos de los espectadores no cesan al ver las miradas nuestras que sueltan chispas. A modo de venganza Andrea escogió la canción. “Por primera vez” de Camilo Echeverry y Evaluna Montaner, canción muy cotizada en el último mes. Sin más comenzó acariciar las cuerdas de su guitarra y las sombras de sus demonios dan vida a nuestro dueto.
Tú y yo – me ordena Thiago y nuestros cuerpos quedan frente a frente para cantar el último coro…

Por primera vez
Un amanecer bonito (un amanecer bonito)
Por primera vez
Lo que quiero y necesito (tú eres lo que yo necesito)
Por primera vez
Hoy duerme el cielo conmigo (yeh, yeh)
Por primera vez (te amo)
Yo volví a nacer contigo
(Yeh, yeh, contigo)
Mi vida es vida solo contigo (solo contigo)
Si tú no estás, no tiene sentido, amor (que no tiene sentido)
Lo que quiero y necesito (dime)
Mi vida es vida solo contigo
Si tú no estás, no tiene sentido, amor
Lo que quiero y necesito (yeh, yeh, yeh)
Por primera vez
Un amanecer bonito (un amanecer bonito)
Por primera vez
Lo que quiero y necesito (que te quiero, ven)
Por primera vez
Hoy duerme el cielo conmigo
Por primera vez (te amo)
Yo volví a nacer contigo
Yeh, yeh, contigo
Si pudiera controlar el tiempo
Yo volvería a esperar de nuevo
Una y mil veces
Pa' ver cómo amaneces

Nuestras bocas se vuelven una…el sentimiento es mutuo… – ¿¡Pasa conmigo esta noche!? –Masculló mientras sus manos agarran mi cintura y vuelve a besarme una vez más…
  

                    Mis Amores🇨🇺🌵🌻👑💎💍
Con el corazón en las manos, les regalo la nueva versión de »Sombras de un Demonio» ¡una historia basada en hechos reales! Si les gustó la historia de Mía Galti y Thiago Steve 😳😳😳deja tu like😘😍😍😘😘


 



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