Capítulo IV

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Maratón 1 de 3 capítulos ¡New!

Thiago Steve…”ella vive su propio infierno”

— ¡Thiago frena!—grité al ver un cachorro cruzando la autopista.

Bajo de un salto de la motocicleta cayendo cerca del pequeño animalito asustado por las luces y el rugido al atravesar la carretera.

— ¡Su hocico está atado con un lazo negro! Por dios quien tuvo corazón para hacer tanta maldad—desconcertada por aquel animalito que obra del destino caminaba directo a mi apartamento —mascullé—

— ¡Mía no tienes noción del peligro! ¡Eres una simple mortal, joder! Lo tomo en sus manos liberándolo de aquel trozo de tela negra.

—Orejas tiesas, hocico en punta y una cola peluda…sin lugar a dudas es un Pastor Belga Groenendael. No debe tener más de dos meses de nacido–dije al fin.

— ¡Thiago! ¿Cómo puedes saber con exactitud todo esto?

—Mi papá es veterinario…crecí entre animales… ¡Puedes creerlo! No soy tan insensible…

— ¿Adoptémoslo sí?—le rogué—mientras aquella criaturita me lamía la mano desesperadamente…— ¡Éste gesto si es amor a primera vista!—exclamó Mía fulminándolo con la mirada.

–Tú y yo…no sé… —balbuceé…mi mano busca seguridad en un barco a la deriva.


—Mi día hoy va contra tiempo…llevo esperando cuatro años este momento y aún no me lo creo. Tenía que escribir unos manuscritos...lo había olvidado desde el instante cero en que te entrometiste entre Andrea y yo.


Sus ojos tienen un brillo nuevo—pensé— Cuando entró en el “California”, su rostro reflejó cierto destello de inseguridad. Ahora la veo y en ese dichoso “barco a la deriva” confirma las ganas de nada y a la vez…todo.


Thiago dialogó con sus sombras; ¿raro no? Se supone que debe ser con el “yo interior”…pero él…”ni la revolución de musas de Nora Robert en sus novelas románticas lo hubiese creado”…


—Todas las voces meten la cuchareta…joder déjenme tranquilo–rezongué al oír las vocecillas de mi oscuridad…



—“Shadow temer of a Demon”…no se vale que sonrías delante de ellas…mi fuerza se vuelve miel…si me dejas, Balto y este servidor te llevamos al campus. De ahí voy donde mi padre para lo que examine, no sabemos nada de él…


– ¡Es que es imposible resistirme a él!—susurré— Me acaba de etiquetar como la única chica que puede domar su pasado…hasta le puso nombre a nuestro cachorro. — ¿Te puedo pedir una sola cosa?—con el corazón lleno de huellas le daba una oportunidad al proceso de mitosis y meiosis de mi desgracia…


— ¡No me pidas que me vaya…porque no lo haré!–sin dar brecha de tiempo le contesté.

—Thiago… ¡Cómo crees que te voy a pedir eso! Tenme un poco de paciencia…no voy a culparte por algo que tú no hiciste…pero se me hace difícil despertar en medio de la madrugada y gritar tanto como aquella noche desgarradora…


–Él es…la gota de ilusión que busco en cada noche. Balto está rendido y, mi corazón, refleja la luz intensa de la luna–pensó  Mía al vacilar a Thiago. —Entramos, me echas una mano con la leche de Balto en lo que tomo una ducha y volamos al campus–con una sonrisa dijo Mía caminando al umbral de su nuevo refugio.

– ¿Sabes que hago con la chicas que tratan de imponer su santa voluntad?


–Si fuera adivina por excelencia, no sufriera la tensión que cargo…desde la cita con el Decano del Campus–respondió ella al notar que la puerta se había quedado sin seguro.


»Sombras de un Demonio»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora