Shorter estaba enamorado. Totalmente enamorado, ¿De quién?. De un pequeño y dulce chico que lo admiraba y seguía a todos lados, no le importaba mucho la diferencia de edad, por qué a pesar de eso él sabía muy bien que ese chico de esforzaba por alca...
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Casi un mes. Sí, casi un mes había pasado desde que Yut-Lung le dijo a Shorter que probablemente no lo vería por un tiempo y claro, aunque fue advertido Shorter no creyó que su pareja se refiriera a tanto tiempo, ni que tuviera tan poca paciencia. Sus tardes eran aburridas, cubrir el turno matutino en el restaurante era relativamente fácil siempre y cuando estuviera fuera el horario de la comida. Cuando su trabajo terminaba podía disponer de cierto tiempo libre, cosa que no le desagradaba, pero la cuestión que le molestaba hacía referencia a que no tenía a nadie con quien pasar ese tiempo, con la ausencia de Yut-Lung las horas eran eternas y no se atrevía siquiera a imaginar el regaño que recibiría si se atrevía a llamar a su celular cuando estuviera en medio de una reunión importante, además de que sus mensajes cortos de "Buenas noches" o "Buenos días" solo recibían dos palomitas azules de respuesta, con tanta abstinencia el moreno estaba sufriendo incluso de una fuerte frustración sexual, la cual ocultaba desvelándose viendo algunas series, el salir también era aburrido sin su pareja, su único destino fiable era un bar, pero sinceramente su billetera no le apoyaba mucho al momento de hacer planes, no llamaba a alguien para que le acompañará por una copa por temor a quedarse en la ruina a mitad de semana.
Una tarde más, Shorter regresaba a su departamento con flojera en su andar y la idea de haría para cenar ocupando su mente mientras los lentes oscuros le daban una vista pobre del anaranjado cielo del atardecer. Al doblar la esquina, se topó con otra silueta que ya tenía tiempo sin ver; la de Sing. Al acercarse a él, pudo percibir que el chico estaba cabizbajo en una posición que dejaba mucho que desear, con un aura particularmente triste rodeándole. Shorter no pudo ignorarlo, era extraño ver a ese niño tan triste o eso pensó cuando decidió saludarle.
—¡Hey!—se acercó.
—¿Eh?—el chico pareció salir de sus pensamientos cuando alzó la cabeza y diviso al moreno—Oh—exclamó desviando su mirada tan pronto como la había alzado, con un ligero sonrosar en sus mejillas—Shorter...
El moreno se extrañó al notar su reacción—¿Qué pasa?—cuestionó—. No te había visto desde la fiesta en el bar, ¿Cómo has estado?
Sing contrajo sus pupilas y soltó un suspiro—Bien, ¿Qué hay de ti?, ¿Cómo está Yut-Lung?
Shorter frunció confundido el ceño—¿Te sientes mal?—preguntó con algo de burla en su voz—Estás soltando suspiros tan tristemente como si de una colegiala se tratará.
El menor le volteó a ver con el entrecejo arrugado.
—No me digas que ¿tiene que ver con Eiji?, ¿Él cómo está?
Y le confirmó al moreno con su expresión.
—¿Qué pasa?, ¿Acaso te rechazó?
El chico rechinó los dientes—¡No es divertido!—replicó.
—Pues para mí si lo es—Shorter rascó su nuca soltando una carcajada.
Sing lo observó fijamente volviendo a sentir como los colores se le subían al rostro—Tuve una pelea con él—musitó.
