21: "A QUEDADO ATRÁS"

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—Esta es la última fotografía Yut-Lung—Eiji le mencionó al chico para indicarle que saliera de su pose

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—Esta es la última fotografía Yut-Lung—Eiji le mencionó al chico para indicarle que saliera de su pose. 

—Muy bien—el chino hizo lo que le fue indicado.

—De verdad muchas gracias por ayudarme—Eiji le dedicó una sonrisa al chico de cabellera larga, mientras revisaba las imágenes previas en la cámara.

—No fue nada—, Yut-Lung tomó una botella de agua y bebió con rapidez de ella un largo sorbo—. En todo caso fue gracias a ti—comentó mientras desabrochaba los primeros botones de su camisa, en busca de algo de frescura.

—¿A mí?—comentó Eiji algo extrañado.

—A él le gustó mucho la fotografía de la otra vez, por ello, al comentarle de este trabajo me permitió hacerlo.

—¿A él?

—Por fin tuve la oportunidad de salir por mi cuenta... O algo así...—Yut-Lung miro de reojo al chofer que lo había llevado a su encuentro con Eiji.

—Yut-Lung, perdona que me entrometa, pero—se acercó al chico hasta llegar a tocar su hombro—¿A quién tuviste que pedirle permiso?, ¿Y por qué?

Yut-Lung observó la mano que Eiji había puesto encima de él y luego le sonrió—¿Por qué eres así?—le cuestionó.

—¿Uh?

—¿Sabes?, con esa forma de ser que tienes, si te hubiera conocido antes, seguro te hubiera detestado—rió suavemente—. Pero bueno, ya no estoy en condiciones para hacer algo como eso.

Yut-Lung soltó un suspiro, luego recogió su cabello en una coleta y mientras lo amarraba, al alzar sus brazos sus mangas cayeron por efecto de la gravedad, revelando las vendas que los rodeaban.

Eiji se percató de ese hecho y realizó un gesto con sus labios mientras retiraba su mano del chico—¿Por qué dices eso Yut-Lung?, ¿Sigues enfermo?—cuestionó con temor.

—Ah, sí. Así es Eiji—le respondió sin voltear a verlo.

—¿Qué hay de tu tratamiento?

Yut-Lung ejerció presión en sus labios titubeando unos cuantos segundos—Te preguntas el por qué estoy siendo vigilado de esa forma y por qué tuve que pedir permiso para venir a esta sesión ¿Verdad?—Eiji asintió con la cabeza—. La realidad es que me he vendido a mi última esperanza de vida Eiji—suspiro.

—¿Cómo?

—El tratamiento para lo que tengo es muy costoso y agotador. No he podido solventar el gasto y me he vendido a una persona que si pudo hacerlo.

—¿V-vendido?

—Japón debe ser muy diferente—Yut-Lung habló con cierta resignación—. Pero aquí, en estos bajos barrios, es un relativamente sencillo concebir esa idea. Ahora le pertenezco a alguien más, si eso significa que puedo sobrevivir, aunque... Eventualmente, eso se ha vuelto la tarea más difícil.

"DESDE QUE TE FUISTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora