0

480 42 6
                                    


Trataba de correr los más rápido que podía, su respiración estaba agitada, el miedo creciente en su interior se intensificaba al tener dos soldados del país contrario persiguiéndolo y disparando, estaba herido, bastante herido.

El clima era nublado y lluvioso, las gotas frías empapaban su traje militar haciéndolo más pesado y las botas mojadas comenzaban a hacer que a sus pies se pelaran. El lodo en el bosque hacia que se sintiera más lento el correr.

Sus piernas se acalambraban, trataba de correr lo más rápido que sus heridas sangrantes le permitían, hasta que cayó al suelo, rodando colina abajo.

Manchándose de lodo y raspándose con las ramas, cayó en un charco de aguas estancadas, trato de levantarse pero sintió un dolor punzante en su tobillo, se lo había torcido, suspiro frustrado e intranquilo.

Se levantó lo más rápido que pudo, escuchando los gritos y pisadas de los enemigos, como pudo corrió hacia unas grandes rocas, se metió entre ellas, eran lo demasiado grandes para resguardarlo, se quedó quieto, sin respirar, ni hacer ningún sonido.

Escucho las pisadas acercarse y las armas siendo recargadas, pudo escuchar disparos, posiblemente hacia los matorrales, rezaba porque no dispararán hacia acá, que solo pasaran de largo.

Los sonidos de los pasos cesaron, sintió la presencia de los soldados inspeccionando todo.

Fue así por unos minutos más, escucho que aquellos extraños dijeron unas palabras en otro idioma y se retiraron, espero un poco más hasta por fin salir poco a poco, al parecer se había librado de una muerte segura. Se dejó caer en el piso, suspirando aliviado, dejando que los nervios y el miedo salieran de su cuerpo, pero aún se mantenía alerta.

No terminaba el sufrimiento aun, miro hacia todos lados, solo encontrando bosque y niebla, nada más.

Trato de que las heridas más graves dejaran de sangrar, con todo el esfuerzo y dolor se levantó, con un quejido empezó a caminar, su mente se llenó de determinación, no moriría, al menos no aun.

El dolor era casi insoportable, podía sentir como todo su cuerpo se tensaban por las heridas, raspones y cortadas. Sus manos y pies entumecidos gracias al frio y con las carnes vivas, pelados, con cueros arrancados, en consecuencia del agua.

Pese a todo eso, camino y camino.

No supo cuanto lo hizo, quizá habían pasado días, no había comido nada, su cuerpo se sentía tan débil, a pesar de tomarse leves descansos, al parecer no había logrado aguantar tanto.

Una semana más de vida ¿No estaba mal, eh?

Llegando a un lugar del bosque donde no había tantos árboles, la luz se filtraba y los rayos del sol le quemaban la piel. Observo una cabaña de madera.

— ¡Ayuda! —Su garganta ardió ocasionando que su voz apenas saliera en un grito ahogado. —Ayuda...

Sus piernas no soportaron más, dejándole caer a escasos metros de la estructura de madera, se arrastró en el suelo intentando llegar, estirando su mano para poder alcanzar su objetivo.

Antes de desmayarse observo a alguien con botas negras acercándose.

Después de eso, todo se volvió negro.

-----------
Un gustacio nunca viene mal pal body, si que si.
Coman bien y tomen awita, les tqm ❤️

Entre Dos Bandos [Gustacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora