Hoy es un día más, bueno es viernes y eso anima a cualquiera. Pero estoy tan cansada que ni eso... Esto de los exámenes me está matando, literalmente. Es mi último año de universidad y tengo que seguir esforzándome hasta conseguirlo. Mis padres me entienden, no son los típicos que te imponen lo imposible para sacar las mejores notas, en eso tengo suerte. Soy yo misma la cabezota, necesito dar todo de mí y eso hago, no solo en la universidad sino en mi vida.
La ducha me viene genial después de dormir solo 4 horas, demasiado estrés, con los exámenes y trabajos no he pensado en nada más. Ni siquiera he hablado casi a mi novio, el se fue a estudiar fuera. Estamos un poco distanciados, pero es normal. O eso es lo que me digo.
Me visto con unos vaqueros y una camiseta básica, me recojo mi pelo largo negro con una coleta alta, me miro en el espejo y me doy cuenta que mis ojeras resaltan con mi piel clara y mis ojos canela, aparto la mirada y termino de vestirme, me pongo las Converse y cojo la mochila, ya estoy lista. Últimamente no me esmero mucho, estoy tan cansada que no me apetece ni pensar en que ponerme ni arreglarme mucho para ir a clases.
Escucho a mis gatos maullar y ya me alegran la mañana, les digo cosas y vienen les encanta que les acaricie y que juegue con ellos. Siempre me han encantado los animales, pero sobretodo los gatos, insistí tanto que mis padres me los regalaron. Uno es marrón oscuro, casi negro y otro es blanco, por eso se llaman Pimienta y Sal.
Cuando entro en la cocina a desayunar algo, y me encuentro con mi madre. Esta peleándose por teléfono, seguro que alguna compañía o cosas de su trabajo.
En cuanto me ve cuelga y viene a darme un beso.
- Hola cariño, ¿Que tal has dormido? No tienes buena cara. - se me queda mirando -
- Hola mamá, bueno lo que he podido con esto de los exámenes... - la miro y sonrió -
- Ya hija, pero tienes que descansar - sonríe- desayuna algo y coge fuerzas, me tengo que ir pero luego te veo en la comida. -me da otro beso- mucha suerte cariño.
- Gracias mamá, luego nos vemos -la sonrío-
En cuanto he desayunado algo, que no mucho porque no me da mucho tiempo, y no quiero llegar tarde ni perder el autobús, en estos días menos que nunca. Me dispongo a salir de casa e ir a la parada, donde suelo quedar con mi mejor amiga. Y ahí está Bárbara, sonriéndome porque ya me ve llegar. Y ella desde por la mañana sonriendo tan fresca, Bárbara es así. Con su pelo castaño largo, y tan alegre como siempre.
- Holaaaaaa - viene a abrazarme nada más llegar - que cara tienes amiga
- Holaa -sonrío mientras la abrazo- no te pases eh -rio-
- Bueno cara de últimos exámenes, como la mía -ríe- ya viene el bus, vamos.
Nos montamos y hablamos de cosas de los exámenes y repasamos un poco juntas. Y cuando nos damos cuenta ya hemos llegado, nos bajamos del bus y nos vamos directas a clase tenemos examen a primera.
- Que nervios tengo tía - me dice-
- Bueno no te preocupes seguro que aprobamos -sonrío nerviosa-
- Eso espero amiga -sonríe- mucha suerte -me dice justo cuando entra el profesor
- Suerte -la susurro-
Después del examen ya más tranquilas porque no nos ha salido muy mal, nos vamos a la cafetería de al lado. Bárbara ve a unos amigos y vamos hacia ellos.
Están sentados en un banco Víctor que es chico más alto, con el pelo castaño, Diego que casi de la misma estatura que Víctor pero rubio, Elsa que la más bajita del grupo y a su lado esta José que me sorprende que hoy lleva gafas y no lentillas como siempre.
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Entre Tú Y Yo ©
Romance¿ Quién dijo que los polos opuestos no se atraen ? En esta historia vamos a descubrir que hasta los polos más opuestos se atraen. Que en realidad no son tan diferentes las personas, y se pueden llegar a parecer más de lo que creen. Una aventura de...