Nos separamos lo más rápido que nos fue posible, ambos llevamos la mirada hacia mi madre que estaba parada junto al marco de la puerta con un semblante de total asombro, sus manos cubrían su boca y sus no daban crédito de lo que había presenciado.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó ella luego de salir de aquel pequeño trance.
Apreté mis labios, con un sonrojo en mi rostro imposible de ocultar.
—No mal pienses madre, ¡fue un accidente! Me empujaste al abrir la puerta y bueno...—ya no sabía cómo disimular mi vergüenza. Jamás me había besado con otro hombre, más bien, jamás había besado a nadie. Sí, estupido quizá. Pero lo cierto es que estuve esperando a la persona indicada para hacerlo y, al desconfiar de todos los que me rodeaban, nunca surgió esa oportunidad. Ahora, después de tanto tiempo de reservar aquel "especial y único" beso, lo había desperdiciado con un rubio tonto que ni siquiera conozco. Aunque su rostro se me hacía algo familiar...
—¡Ay, no tengo porqué dar explicaciones de algo tan estupido! —escupí de mala gana, cruzándome de brazos.
—¡Oye, pero si fue algo lindo de hecho!
Naruto había puesto ambas manos en su cadera, ladeándola hacia un costado y así fingir sentirse ofendido por mi comentario.
—¿Quién eres tú? —intervino mi madre dirigiéndose al rubio mientras lo observaba confundida e intrigada. Jamás lo había visto y, con su clásica personalidad protectora, lo analizaba minuciosamente de pies a cabeza. Era como si le estuviera haciendo una radiografía con la mirada, como si así pudiera conocer todos los secretos que aquel joven estuviera ocultando.
—Oh, perdóneme —se disculpó él y le extendió amablemente la mano al igual que lo hizo conmigo en la playa —. Soy Naruto Uzumaki, ¡es un gusto conocerla, señora! —se presentó con toda la efusividad que le fue posible, mostrando aquella sonrisa de dientes perfectamente blancos.
Por mi parte, yo le dirigí una mirada con cierto fastidio y el ceño fruncido.
¿Siempre suele ser tan expresivo y atrevido?, cuestioné internamente. Me resultaba demasiado chillón y desubicado para mi gusto, aunque no podía evitar pensar que se me hacía extrañamente tierna su espontánea forma de ser.
—U-un gusto, Naruto...—mi madre tomó su mano e intentó hacer una sonrisa fingida. Aún no confiaba en ese chico —. Mi nombre es Mikoto.
—Es un muy lindo nombre, dattebayo.
—Oh, bueno, muchas gracias —ahora sí la vi sonreír con mayor sinceridad ante el cumplido, ¡que básico! —. Y...díganme, ¿ustedes ya eran amigos? No recuerdo haberte visto con Sasuke antes.
En ese momento me tensé y recordé todo lo que había sucedido. No quería que ella se enterase de ello, sino no volvería a dejarme salir nunca más. La conozco muy bien y se pondría como loca si supiera la verdad.
Tenía que evitar que Naruto dijera algo que fuera a perjudicarme.
Así que actué y hablé primero.
—Lo conocí recién —solté rápidamente, dejando al rubio con la boca abierta y las palabras en la punta de la lengua —. Habían intentado robarme y él me ayudó...por suerte no pasó nada, nadie resultó herido —por nada en el mundo le diría acerca del intento de abuso sexual que había sufrido, sería demasiado para ella. Seguramente llamaría a la policía para efectuar la denuncia correspondiente, me haría revisar por enfermeros para asegurarse que no me hayan violado y me mantendría encerrado en mi habitación bajo diez llaves por el resto de mi vida.
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NaruSasu: Eterno Amor de Verano [AU]
RandomCuando menos lo esperas, cuando menos lo crees posible, el amor puede aparecer frente a tus ojos sin siquiera darte cuenta. Así de inesperado. Así de mágico. Esta es la historia de un bello doncel llamado Sasuke Uchiha, quién durante sus vacacione...