Lo que dicte mi corazón

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El sonido de la alarma del celular logró que abriera con desgano mis ojos, maldiciendo el haberme interrumpido tan lindo sueño. No recordaba lo que estaba soñando, pero sabía que había sido algo de lo cual no quería despertar.

Apagué la alarma, me incorporé lentamente y, un tanto confundido, miré a mi alrededor.

—Naruto...—murmuré al percatarme del lugar en el que estaba. Me giré hacia mi derecha deseando encontrarme con él, pero no estaba. ¿A dónde habría ido? ¿Hace cuánto estaría solo en aquella habitación? Había puesto la alarma a las 6.30 am para tener tiempo de llegar a casa antes de que mis padres se despertaran. En efecto, era bastante temprano como para que el dobe, o cualquier ser humano, se levantara para empezar el día siendo vacaciones. Al menos así me parecía a mí, ¡y eso que yo soy bastante madrugador!

Salí de la cama, me vestí velozmente y decidí salir de la habitación para ver si encontraba a Naruto por algún lado.

Al abrir la puerta, unas voces conocidas me hicieron frenar en seco, deteniéndome en medio de un pequeño pasillo que daba a la sala.

Shikamaru y Naruto parecían estar discutiendo sobre algo, más no había indicios de que anduvieran peleando.

—¿Tienes algo con ese Doncel, Naruto? Por favor, dime que no tuvieron sexo...—oí que le preguntaba el otro. Era más que evidente que estaban hablando de mí...

—Sólo dormimos juntos, no pasó nada, dattebayo —respondió Naruto un tanto molesto.

Yo también lo estaría. ¿Quién se cree ese para preguntar algo así? Si Naruto quiere acostarse conmigo o lo que sea, es problema suyo.

—Pues, mejor así —yo fruncí más mi ceño. ¿Qué clase de problema tiene conmigo ese chico? ¿De verdad le molesta mi condición de Doncel? —. Debes controlarte...piensa en las cosas que haces antes de actuar, ¿está bien?

—Siempre pienso, Shikamaru.

—Sí, claro...—dijo en tono irónico —. Sólo intenta no volver las cosas un fastidio y ahórrame problemas futuros.

—A veces eres demasiado aguafiestas, 'ttebayo.

—Y tú demasiado tonto.

Ellos comenzaron a reír pero de pronto, por un descuido mío, golpeé una mesita que había en medio del pasillo con mi cadera y ellos dejaron de hablar. Apreté mis párpados, me insulté mentalmente y luego, juntando valor, caminé hacia ellos haciéndome presente en la sala con todo el orgullo que me fue posible mostrar.

—Sasuke...—susurró Naruto al verme.

—Buenos días...—saludé escuetamente y, con el semblante serio, me dispuse a irme hacia la puerta de salida. Claramente a Shikamaru no le caía bien y no quería darle más motivos para desagradarle, así que lo mejor era irme lo antes posible —. Te veo luego, Naruto. Adiós.

El rubio maldijo por lo bajo, consciente de que había oído la conversación con su amigo, y corrió hacia mí deteniéndome del brazo.

—Espera Sasuke —exclamó y me dio la vuelta hacia él para que lo mirara a los ojos. No obstante, evité hacerlo desviando mi vista hacia un costado.

—Debo irme, mis padres se levantarán en cualquier momento —tajé de forma arisca, aún rehuyéndole aún a su mirada.

—Lo sé....pero —musitó tomándome del mentón para obligarme a mirarlo a los ojos. Sin dejar pasar un sólo segundos, me dio un pequeño beso en la frente y luego me rodeó cariñosamente con sus brazos —. Aún no quiero separarme de ti...

NaruSasu: Eterno Amor de Verano [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora