Frágil ángel.

7.2K 384 60
                                    


¿En qué clase de idiota me he convertido? ¿Corriendo atrás de una chica? ¿Venir a una biblioteca para poder hablar con ella? Definitivamente me estoy convirtiendo en un acosador, persiguiéndola a todos lados. ¿Preguntarle si le gusta de nuestro profesor? No sé que mierda estaba pasando por mi mente cuando esa pregunta salió de mi boca. Soy el ser más patético que existe en la faz de la tierra. 

Aurora parece estar luchando para encontrar las palabras, sus labios se están moviendo pero de ellos no salen nada. La he dejado incómoda y eso me deja incómodo a mí. Sólo debo irme de aquí y admitir que me estoy volviendo loco por su causa y que no sé como reaccionar a lo que siento cuando estoy frente a ella. ¿Me gusta? No, ella no me gusta en lo más mínimo, lo que me pasa con Aurora es más que eso. Me siento jodidamente hechizado por su forma de ser. Ella no tiene que esforzarse demasiado, sólo tiene que mirarme y yo ya estoy cayendo. Me he convertido en un idiota, pero lo soy sólo por ella. 

Y a pesar de que estoy más confundido que nunca, estoy esperando que Aurora termina con mi ansiedad y me diga la verdad. 

Se ve tan inocente con esas mejillas sonrojadas. Su piel siempre es tan blanca casi pálida pero cuando ésta se tiñe de rosa es toda una maravilla de ver. Y no existe nada de único en que una chica se sonroje pero en Aurora es otra cosa. Es una mezcla de ternura y sensualidad que yo no conocía. Quizás me había acostumbrado a chicas como Tiffany y las mellizas Hall que siempre están encima de mí que al ver a la chica que tengo enfrente todo se vuelve diferente. Esa es la palabra, ella es diferente. Jodidamente única y eso me tiene perdiendo la poca cordura que tengo.

—N-no, claro que no.

Ni me di tiempo de pensar en las palabras que ha dicho ella cuando una sonrisa se forma en mi rostro. Me estoy metiendo en tantos problemas pero no puede importarme menos. Aurora juega nerviosamente con sus dedos sobre la mesa y sin quitar sus ojos de mí, toma una profunda respiración y continúa.

—Duke es amigo de mi hermano, por eso nos conocemos.

Me está explicando y yo estoy complacido de que ella de alguna forma lo haga. Es como si ella supiera que necesito saberlo. Porque quizás se dio cuenta de el maniático que estoy siendo por ella. Estoy cayendo tan rápido que no tengo tiempo para pensar en otra cosa que no sea en Aurora.

—Entiendo.

Murmuro, algo perdido en mis propios pensamientos.  

—Bueno, es mi turno para interrogarte, ¿no crees?

Ella desafiándome con su mirada divertida y me ha dejado sorprendido. Estoy sonriendo hacia su valentía y sé que me veo como un jodido niño, feliz de que tengo toda su atención en mí.

—¿Interrogarme?

Dudo.

—Hmm, tú lo hiciste conmigo, hace menos de cinco minutos. 

Es tan inteligente. Su boca astuta está jugando conmigo y a mis ojos ella se ve tan caliente. 

Caigo derrotado por ella y dejo que me interrogue, porque mi curiosidad por saber que me preguntara es demasiado grande. Me recuesto en mi asiento y pongo mis manos detrás de mi nuca, esto es divertido. 

—¿A ti te gustan las rubias?

Pregunta sin ninguna clase de preámbulos y quiero reírme ante su pregunta pero en vez de hacerlo, sólo sonrío hacia ella. Si ella quiere saber qué me gusta no tendré miedo en decirle que es ella. 

—No, para nada.

Le aseguro, mirando dentro de sus ojos oscuros. Ella continúa jugando con sus dedos de forma nerviosa y me molesta que aún no haya logrado relajarse desde que yo llegué. Sus ojos viajan a sus manos y después de lo que parece un segundo ella levanta su cabeza y su mirada se conecta con la mía. Diablos. 

Un Maravilloso Milagro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora