—¡Hey Hayden!
Colton y sus amigos me están llamando mientras cierro la puerta de mi auto. Soy una masa de cansancio y pocas horas de sueño. Ayer en la noche me quedé pensando en Aurora por horas y me sentí frustrado al llegar a la conclusión que estaba escapando de mí. Ella simplemente no me quiere y eso me enoja demasiado.
Es raro pensar que quizás exista la posibilidad de que ella...me guste. Y lo más extraño de todo es como me siento yo. Quiero verla cada vez más e imaginarme que quizás yo no sea una molestia para ella.
—Hey.
Los saludo, aún distraído por mis pensamientos.
—El viernes tenemos una fiesta en la casa de Trenton, estás invitado.
Me dice Colton cuando paso caminando por donde él está. Le hago una seña de que iré pero no me detengo para hablar, últimamente los he estado evitando y ni siquiera sé el motivo de porque lo hago. Estoy cansado de escucharlos hablar sobre como se tiraron a diferentes chicas el fin de semana o todos los días en los baños del colegio, mientras que yo soy una jodida niña que no consigue la chica que quiere.
Creo que necesito llamar a Peter para contarle sobre toda esta mierda que está sucediendo conmigo. Es el único amigo que he tenido y el hecho de que viva en Inglaterra me molesta un poco. Si él aún viviera aquí estoy seguro de que sería amigo de Aurora. Ese pensamiento me molesta y me encuentro teniéndole celos a mi mejor amigo, sólo con la simple idea de que él tuviera algo que hasta ahora no he conseguido, una amistad con Aurora.
El día se puso cada vez más aburrido y cuando estuve en clase de literatura me di cuenta de lo idiota que me veía acosando a Aurora con mis propios ojos. Observé como estaba sentada en la primera fila, pero ella nunca notó mi presencia. Desde mi asiento en la última fila obtuve una muy buena vista de su bello rostro. Traía puesto un suéter de color azul cielo y su cabello caía de forma perfecta sobre su espalda.
Estoy sentado en el laboratorio de biología cuando las mellizas Hall entran haciendo un molesto sonido con sus tacones. Las dos sonríen cuando me ven y yo les hago una seña para que se sienten conmigo. De alguna forma aún sigo molesto por la actitud de Aurora hacia mí, así que la parte menos racional de mí me sugiere que disfrute un poco de mis dos rubias favoritas.
—Hola Ryker.
Me saluda una, dejando un beso en mi mejilla. No logro saber si es Candace o Caroline, nunca supe diferenciarlas, son idénticas.
—¡Rykieeeee!
Chilla la otra cuando se sienta a mi lado, cruzándose de piernas, haciéndome bajar la mirada a su corta y sensual falda de color rojo. En una cuestión de segundos mis dedos viajan hasta allí y veo como ella se muerde el labio cuando paseo mi mano de arriba hacia abajo.
—Te hemos extrañado.
Dice la rubia que está a mi derecha, logrando que gire mi rostro para poder verla. Está haciendo un puchero y sus labios brillan con el exceso de lápiz labial.
—Yo a ustedes.
Murmuro, guiñándole un ojo y las dos sueltan una risa molesta. Sin embargo mi atención se va desde sus rostros repletos de maquillaje hacia la pequeña figura que entra al salón y se sienta en los primeros asientos. ¡Mierda! Había olvidado que estamos en clase de biología juntos y ahora no puedo evitar sentirme incómodo con su presencia.
El profesor está diciendo la misma mierda de siempre y yo pongo mi cuestionario de sistema respiratorio sobre la mesa cuando él pasa a recogerlo.
—No se olviden que la semana que viene tenemos prueba, y eso valdrá el 50% de su nota final.
Más mierda saliendo de la boca del profesor Rosenbaum pero estoy muy distraído con las piernas de una de las mellizas sobre las mías. Ella parece muy cómoda poniendo sus piernas sobre las mías.
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Un Maravilloso Milagro.
RomantizmExisten algunos que lo esperan su vida entera, existen otros que su propia vida es uno. Sin embargo, existen personas, especiales, sumamente afortunadas que descubren su propio milagro en los ojos de otra persona. Todos los derechos reservados©