2. La Venganza del Tío

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Martes, 21 de Enero, 2020. 8am.
Una fresca brisa entró por las ventanas del cuarto mientras me levantaba. Me quedé sentado en la cama pensando en la noche anterior. Mi sobrino, Samuel, me había bajado el pantalón y hecho Calzón Chino. Desnudo a su merced con mi trusa en sus manos, me recordó a viejos tiempos que creí no volverían. Sé que notó algo al escucharme gemir anoche...

T: ¿Qué pensará de mí? - me pregunté en voz baja y pensé: '¿Debería preguntarle eso a él? o decirle el porqué de los gemidos... No, no, que tonterías digo...'

Me levanté de la cama, agarré mi toalla y salí del cuarto. No se escuchaba a nadie, así que recorrí la casa, terminando en el cuarto de Samuel y lo vi allí, aún dormido. Me acerqué y logré ver su calzoncillo negro saliendo de su pantalón largo gris. Se movió de pronto y me aleje pensando que despertaría, fui al baño y cuando me desvestía recordé la noche anterior otra vez. Tal vez mi sobrino no deba saber el porqué, pero de algo estoy seguro, no puedo dejar que piense mal de mí, debo disciplinarlo.

12pm.
Llevaba un pantalón corto azul y una camiseta blanca para estar fresco, pero aún así me sentía muy acalorado. Estaba en el sillón esperando a Samuel cuando escuché la puerta abrirse.

T: ¿Conseguiste las baterías Samuel? - pregunte al verlo pasar por la puerta.
S: Si tío y compre más por si las dudas - respondió dándome los paquetes.
T: Excelente - dije sonriendo mientras cambiaba las baterías del control remoto de la tv.
S: Me encontré con el hijo del Sr. Chan - comentó yendo a la cocina - Dice que su papá vendrá el Viernes para hablar con usted.
T: ¿No te dijo para qué? - pregunte extrañado.
S: No, el gordito no sabía - respondió con una risa.

Me eché a reír también y mire a mi sobrino. Me imagino también sentía el calor porque llevaba un pantalón corto rojo y una camiseta blanca. No lograba ver su calzoncillo aún, tampoco sabía cómo lograría mi objetivo.

S: ¿Quiere galletas? - me preguntó.
T: ¿Qué? - dije distraído - Si, gracias - recibí el plato con galletas.

Samuel pasó frente a mí en dirección a su cuarto. Su trasero fue lo único que pude ver antes de perderlo de vista. Que extraño el pensar en querer verlo desnudo con el calzoncillo entre las nalgas, pero no podía dejar de pensar en vengarme por el bochorno de anoche.

2pm.
Después de pensar en diferentes formas de sorprenderlo, me levanté del sillón y estire un poco. Creí haber encontrado una buena forma de lograrlo, ahora solo faltaba ponerla en práctica.
Samuel había salido a la terraza trasera de la casa, así que fui hacia allá, pero no lo veía. La terraza no era muy grande, pero daba a un espacio mayor con un gallinero y jardín. Baje unos escalones y me dirigí al jardín y luego al gallinero, que está bajo techo y con paredes alrededor que impide que vean desde afuera.

S: ¡Tío! ¿Qué hace aquí? - preguntó, sorprendido.
T: Lo mismo podría preguntarte - contesté acercándome al él.
S: Se escuchó un ruido extraño acá y los perros empezaron a ladrar - dijo señalando hacia atrás.
T: ¿Dónde exactamente? - pregunté, pensando que esta sería la oportunidad perfecta.

Me señaló de donde venía el ruido y se movió hacia ese punto, lo seguí de cerca y vi la oportunidad. Estaba de espaldas y fijándose en otra cosa, así que aproveche y me acerqué rápidamente a él. Sin dudarlo me incline, agarré su pantalón y se lo baje con fuerza dejando ver una trusa gris que resaltaba el gran trasero que tenía frente a mí.

S: ¡Tío! ¡¿Qué hace?! - gritó y temí que los vecinos lo escucharán.

Antes que pudiera darse la vuelta o subirse el pantalón, agarré la trusa y la jale con fuerza logrando que soltara un gemido de dolor. Ver como se le metía entre las redondas nalgas a mi sobrino me lleno de placer. Tener su trusa en mis manos se sentía muy bien, por primera vez en mucho tiempo tenía el control.

T: ¿Qué se siente sobrino? - pregunte riendo mientras jalaba una y otra vez la trusa.
S: ¿Lo está disfrutando verdad? - contestó soltando un gemido de placer.
T: Igual que tu ayer ¿no? - dije burlándome - ¿Qué tal esto? - le jale más fuerte la trusa.

No podía creer que tuviera a mi sobrino de esta forma, a mi merced. Con el calzoncillo entre las nalgas, desnudas ante mí. Sus movimientos bajo mi control, gimiendo con cada jalón que le daba. Mi venganza era un éxito.

T: ¿Lo estas disfrutando sobrino? - pregunte riendo - ¿estar a mi merced?
S: ¿Le gusta tenerme así tío? - me retó, sonrojado.
T: Déjate de cosas - exclame, sonrojándome también - Es tu castigo por lo de ayer - le jale más fuerte, la trusa le llegaba al cuello.
S: Ya deténgase - dijo entre gemidos de dolor.

La verdad si me gustaba tenerlo así, me recordaba a una experiencia del pasado que involucra a un viejo amigo. Así debió de sentirse el cuándo tuvo mi calzoncillo en sus manos...
Los gemidos de mi sobrino me sacaron de mi ensimismamiento, yo seguía jalando y jalando. Decidí que era tiempo de terminar mi venganza así que después de una fuerte jalada que hizo gemir fuerte a mi sobrino solté su calzoncillo.

S: ¡Ah! Se lució con su venganza tío - dijo sacándose la trusa de las nalgas.
T: ¿De verdad? - pregunte - Me parece que no hice lo suficiente.

Samuel se acomodó el calzoncillo y se subió el pantalón. Estaba sonrojado, pero parecía haber disfrutado tanto como yo o ya estaba planeando su venganza. Revisamos el lugar y al parecer fue una piedra que cayó cerca del gallinero lo que provocó el ruido. Entramos a la casa y comimos unas galletas que sobraban. Hablamos por un tiempo hasta que decidí volver a mi cuarto a tomar una siesta. Cuando me acosté en la cama empecé a pensar en lo que había sucedido. Logré mi venganza, tuve a mi sobrino a mi merced, gimiendo frente a mí, por su calzoncillo metido entre sus nalgas desnudas. Lo discipline por lo que me hizo el día anterior, ahora deberá respetar a su tío.
Empezó a sonar mi celular, al ver quien llamaba me sorprendí.

T: ¿Es adivino este tipo o qué? - dije en voz baja.

Pensé si debía o no contestar... Se me hacía raro que llamara justo en el momento que pienso en el Calzón Chino.

T: ¡Habla Juanchon! ¿Qué pasa? - contesté nervioso.

Creo deberé regodearme de mi venganza más tarde... Hablar con mi viejo amigo en este momento de seguro me recordará cuando estuve a su merced algún tiempo atrás.

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Disculpen el periodo de inactividad.

Esta historia continúa en la parte 5.

Espero les haya gustado esta parte ;)

Historias de Calzón Chino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora