Historias de Calzón Chino.

5.1 Entre Amigos

Considero esta historia para mayores de edad y con criterio formado. Es una historia muy subida de tono, con 2 personajes masculinos.

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Domingo, 12 de Agosto, 2019. 10am.
Era un domingo como cualquier otro, lento y aburrido, sin mucho que hacer ni que ganar. Las calles estaban más vacías de lo usual, así que decidí volver a casa y tomar un descanso. Una de las ventajas de trabajar como taxista en un pueblo medianamente grande era el poder ser mi propio jefe, decidir mi horario de trabajo y descanso, entre otras cosas. Luego de un merecido descanso, tomé un baño y me vestí para continuar trabajando. Pensé que como el día estaba algo lento, podría agarrar algo de tiempo para mi pasatiempo favorito: dominar machos. Me genera mucho placer tener a un macho bajo mi poder, en especial si se cree el más macho del lugar. He dominado a gordos, musculosos, viejos y jóvenes, los he hecho míos en más de una forma y ocasión, sus cuerpos inundados por mi esencia. Emocionado, me puse un bóxer naranja que resaltó mi crecido miembro, un short negro con líneas azules en la parte de atrás que parecía un suspensorio sosteniendo mis gordas y redondas nalgas y un polo rojo vino que no cubría completamente mi enorme panza. Salí del cuarto, me despedí de mi esposa e hijos, y me fui a trabajar.

2pm.
Llevaba a una señora desde el pueblo hasta la autopista, eran unos 25 km de distancia aproximadamente. Ya cerca del destino, vi el carro de un conocido, al parecer estaba varado. Decidí terminar la carrera y volver para ayudar, así que después de dejar a la señora en su destino, regresé. El carro aún estaba allí, así que me detuve detrás y me bajé a ver qué sucedía. Al acercarme reconocí al conductor, que llevaba un pantalón corto blanco y una camiseta turquesa. Era mi viejo amigo Teddy, un gordo panzón y nalgón, un poco más bajo que yo, de piel canela, cabello negro y ojos marrones oscuros. El encontrarlo en esta situación podría significar una oportunidad para satisfacer mis deseos, hacerlo mío otra vez.

J: ¿Compadre? - llamé, acercándome a él.
T: ¿Juanchon? - preguntó, viéndome - ¡Eh! Compadre ¿cómo le va? - estrechó mi mano.
J: Mejor que a uste' al parecer - contesté con una risa - ¿Qué le pasó a su carro?
T: Se me flateó una llanta - respondió, señalando el daño - Y no tengo repuesto, irónico porque eso era precisamente lo que estaba yendo a comprar.
J: Si quiere le doy el bote al taller - sugerí - ¿o está esperando taxi?
T: Si, pero mejor me voy con usted compadre, si no le molesta - dijo, despreocupado.
J: Para nada, con gusto le llevo - respondí, pensando en el verdadero gusto que me iba a dar.

Teddy arregló sus cosas, y nos fuimos camino al taller. Le dije que tomaría un atajo, él asintió y tome un camino conocido, uno que normalmente no ve el paso de muchos carros. En el camino íbamos hablando de todo un poco, poniéndonos al día de la vida del otro, riendo como los buenos amigos que somos. Entonces vi un acceso de tierra angosto y pensé sería el mejor lugar para actuar, así que me metí por allí y seguí conduciendo hasta que no se veía el camino principal por el que íbamos, me detuve y me hice el confundido.

J: Creo me metí por 'onde no era - comenté, mirando a los lados.
T: ¿En serio? - preguntó, confundido - ¿No te sabías el camino o qué?
J: Si me lo sé - contesté, fingiendo estar molesto por su pregunta - Debo dar la vuelta, bájese y ayúdeme.

Teddy se bajó y empecé a darle la vuelta al carro, lo que me costó un poco, pero cuando estaba a mitad de la vuelta, deje de moverlo, dejando el carro tapando el camino y vi que Teddy quedó del lado derecho del carro. Busque en la caja frente al asiento derecho y saque unas esposas que había traído, entonces me bajé y miré al frente y atrás del carro, fingiendo que no sabía cómo hacer para sacar el carro de su posición y también para ver si había quedado en buena posición. Si alguien entraba al acceso, lo primero que vería sería el carro, bloqueando la vista mientras dominaba a Teddy. Decidí que este era el momento.
Me moví al lado derecho, haciendo como que medía la situación, me acerqué a Teddy y le pedí que moviera el timón mientras yo "revisaba las llantas" y en el momento que se inclinó a moverlo, vi la oportunidad. Le bajé el pantalón con fuerza, dejándome ver sus tentativas nalgas cubiertas por su trusa celeste.