Capítulo 9

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Cruzó el portal y su hermana no estaba esperándola como era usual. En cambio Edric estaba allí, mirándola con una sonrisa acusadora en la cara, mientras ella aún continuaba en sus cuatro patas.

"Hola pequeña bestia peluda" Su hermano estiró los brazos, intentando levantarla del piso, pero ella fue más rápida y lo esquivo con rapidez. Edric hizo un quejido de lamento.

¡Maldición! ¿¡Dónde estaba Emira para terminar el hechizo!?

"Emira está afuera, creo que habla con alguien, pero regresa dentro de poco, me dejó vigilando tu regreso". Al parecer su hermano adivinó justamente lo que pensaba.

Saco cálculos mentales y según sus resultados aún le quedaban más de diez minutos en forma de gata.

Edric continuaba mirándola con sus brazos estirados y una sonrisa en la cara, como si hubiese encontrado un juguete nuevo. Estaba realmente loco si pensaba que le daría la oportunidad de tomarla en brazos. Le dio una mirada de desprecio, esperando dar a entender que no quería a nadie cerca de ella.

Se subió por la ventana y miró hacia afuera, esperando encontrar alguna pista de su hermana.

Su búsqueda no duró mucho tiempo, encontró a su hermana cerca de la entrada de la mansión. Se encontraba de espaldas y movía sus brazos rápidamente, parecía como si estuviese discutiendo con alguien. Aunque no lograba ver la cara de la otra persona, ya que estaba oculta por el cuerpo de Emira.

Maulló a Edric, para que se acercara a la ventana, probablemente desde su altura podría ver mejor. Se acercó sin dudarlo y miró hacia afuera, apenas vio a Emira sus ojos se abrieron con sorpresa.

"¿Wow, esa es Viney?" Se acercó aún más a la ventana "¿Tú que crees gatita?"

Sin pensarlo mucho, aplastó su pata contra la mano de Edric... con sus garras afuera.

"¡Auch!" su hermano alejo la mano rápidamente, sacudiéndose mientras una línea roja se formaba en su piel "¡No tenías que hacer eso! olvide que no puedes hablar" dijo mientras reía de forma burlesca. Se arrepintió al instante de la herida tan minúscula que le había causado.

Volvió la atención a su hermana, al parecer la otra persona si era Viney, se paró apoyando sus cuatro patas contra el vidrio de la ventana y así pudo ver su rostro con claridad.

La discusión se veía fea, debía ser algo grave si la chica había venido hasta casa para discutir con Emira.

"¿Crees que debería ir a ayudarla?"

Ignoro a su hermano y continuó mirando, ahora parecía como si Viney estuviese llorando. En ese momento su hermana quedó congelada, ya no movía los brazos como si estuviera protestando. Ahora ambas se miraban fijamente, al parecer ninguna decía nada.

Su sorpresa fue grande cuando de la nada su hermana agarró a Viney entre sus brazos y de un momento a otro la besó intensamente en los labios.

"¡Lo sabía! ¡Tenía razón! Y se atrevió a negarlo en mi cara" Gritaba Edric emocionado, sin despegarse ningún centímetro de la ventana. El beso continuaba subiendo de intensidad.

Se alejó de la ventana, intentando dar un poco de privacidad, no quería verse como una entrometida, a pesar de que su hermana no sabía que la estaban mirando.

En este momento solo podía sentirse feliz, Emira necesitaba alguien a quien amar, además Viney era una bruja genial. Solo la conocía superficialmente pero estaba completamente agradecida por las muchas veces que estuvo dispuesta a ayudarla cuando necesitaba aprender magia fuera de las reglas. Ambas tenían mucho en común, chicas rebeldes e inteligentes, le asustaba un poco qué cosas podrían lograr juntas en un futuro.

Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora