Y como si fuese algún tipo de chiste, al tercer día la gata apareció.
Con su pelaje brillante y sus ojos dorados mirándola con atención. Se había metido a su cuarto sin que lo notara y ahora estaba arriba de su cama, como si eso fuese lo más normal del mundo.
Luz no la había notado hasta el momento en que sintió el peso de algo moviéndose bajo sus pies.
Bajo su libro y se refregó los ojos con fuerza, los sentía pesados y cansados, frotarlos no hizo más que agregar un pequeño ardor.
Miro hacia afuera, y se sorprendió al ver la tenue luz del sol. Ni siquiera se dio cuenta de que había dejado la ventana abierta durante toda la noche.
Su noche paso volando, mientras era totalmente absorbida por el nuevo libro de Azura. Ya estaba cerca del final y ahora se lamentaba por haberlo leído tan rápido. Dejaría un gran vacío en su corazón cuando terminara de leerlo.
La gata se acercó y comenzó a frotar su cabeza contra su regazo, parecía como si ese gesto explicara lo mucho que la había extrañado.
"Eres una mala amiga, pensé de verdad que no te volvería a ver" Levanto su mano y comenzó a acariciar entre las orejas del animal "No vuelvas a desaparecer de esa forma". Miro de cerca a la gata y recordó la última vez que la había visto en el parque, cuando había visto lagrimas en los ojos de la felina y esta había escapado como si algo estuviese muy mal.
Quizá tendría que repensar la idea de adoptar a la gatita. Al parecer tenía otro lugar a donde la cuidaban, ya que ahora se veía completamente saludable, no había ningún indicio de que hubiese estado enferma o algo parecido. Bueno aunque sea podía ofrecerle su casa como hogar provisorio.
La gata levantó sus orejas puntiagudas y su mirada se enfocó intensamente en el libro que había dejado de lado. Escucho un tierno maullido salir de su garganta.
"¿Te gusta mi libro? Ya casi estoy en final, no pude parar de leer durante toda la noche"
Un bostezo gigante y ruidoso salió de su interior, de pronto el sueño que había evitado durante toda la noche la invadió. Pestañeo rápido y frotó sus ojos con fuerza para intentar estar despierta más tiempo. Era una mala idea dormirse ahora mismo, después de esperar durante dos días a que la gatita se apareciese.
"Ahora que estás aquí, tengo una noticia sorprendente que entregarte" La gatita se acercó más, quedando acostada cómodamente encima de sus piernas, su sonoro ronroneo solo hacía que le diera más sueño.
"Solo permíteme descansar mis ojos durante unos segundos" Se acomodó de lado y descansó su cabeza contra la almohada, sus ojos ardían bastante, solo necesitaba unos segundos de descanso y luego llevaría a la gatita a ver todas las cosas que había comprado con su madre.
***
Luz simplemente... ¿Se durmió?
Su rostro se relajó al instante y un silbido suave salía de su boca. Se veía tan tranquila e inocente.
Todo el esfuerzo por verla ¿Y se dormía al instante?
Lamentablemente Eda solo había fabricado dos pociones de transformación. En sus propias palabras le había advertido que más cantidad tendría feos efectos secundarios y que no debería usar más de una en un rango de veinticuatro horas.
Agradecía con todo la ayuda de la bruja, pero aún pensaba que era muy raro que esta accediera tan fácilmente a ayudarla. Quería pensar que no existía ningún motivo oculto detrás de la ayuda ofrecida.
Luz continuaba durmiendo placidamente, intentó darle toques con su pata en la cara, pero nada cambió. Quizá podría usar un método más agresivo pero prefirió no ser tan mala. Probablemente si ella estuviera en el lugar de Luz, también se habría desvelado leyendo el nuevo libro de Azura.
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Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)
RomanceEl tiempo de Luz en las Islas Hirvientes había terminado de forma abrupta. Buscando desesperadamente la forma de sanar su corazón, recibe la ayuda de una pequeña amiga felina, la cual la ayuda a superar sus momentos de tristeza y anhelo de su tiempo...