Se separaron cuando comenzó a hacer mucho calor. Amity sentía su cabeza en las nubes, era la primera vez que experimentaba algo así. Su corazón latía de alegría, estaba cumpliendo un sueño que anhelaba hace tanto tiempo y que pensó que nunca se cumpliría.
Ahora las dos estaban abrazadas sobre la cama, disfrutando del momento de cercanía y amor, donde nada más que ellas dos importaba.
Luz fue la primera en hablar, se aclaró la garganta y dijo, "¿Puedo preguntarte otra cosa?"
"Puedes preguntar todo lo que quieras." Mientras no sea sobre gatos.
"¿Leíste todas las cartas que te envíe, cierto?" La pregunta envió una punzada amarga a su pecho.
"Si, cada una de ellas" respondió sin darle vueltas.
Leerlas era decir poco. Durante todo el año, leer las palabras de Luz era la parte más feliz de su día. Pero al mismo tiempo eran el recordatorio de que todo lo causado había sido a causa de ella.
"Nunca supe que pensabas sobre ellas."
Otra punzada en su pecho, culpabilidad.
"Está bien si no quieres hablar sobre eso, no hay problema" Luz la abrazó con más fuerza, y lo único que pudo pensar en ese momento fue en lo segura que se sentía envuelta en sus brazos. Llego a la conclusión de que no había mejor momento para decir todo lo que tenía guardado.
"Todas tus cartas son hermosas, ame cada una de ellas. Fue la única forma de sentirte cerca durante todo este tiempo. Eran todo para mí"
"Es lindo escuchar eso" dijo Luz con una sonrisa. Sin embargo el brillo en sus ojos la traicionó. "Yo... pensé tantas veces que tú—" Luz se detuvo, con voz frágil e insegura "Lo siento, es mejor que cambiemos de pregunta."
"Dímelo, si te hace sentir mejor, puedes decirme todo lo que sea."
Sabía que lo que estaba a punto de escuchar dolería, pero no le importaba. Estaba segura de que se lo merecía.
"No, no es nada importante, además no quiero que te sientas mal. Hiciste todo esto para volver a verme y..."
Un corto beso en los labios detuvo cualquier argumento de Luz. "Si es algo por lo que deba sentirme mal, lo afrontaré, además, es imposible que me sienta mal, no mientras estoy aquí contigo."
Acunó el rostro de Luz con ambas manos, era la única forma que Luz la enfrentará y dejará de desviar la mirada.
"Está bien" dijo finalmente "Llegué a pensar tantas veces que tú me odiabas. A veces tenía pesadillas dónde te imaginaba leyendo mis cartas, mientras te reías o... las quemabas. Sé que nunca harías algo así, pero mi cabeza no dejaba de torturarme con esas ideas."
Amity recordó exactamente el momento en el que pensó que la mejor forma de hacer que Luz no sufriera por ella, era a través del odio. Se refugió en ese pensamiento durante sus meses más oscuros. Sin embargo entre más imaginaba que eso era real, peor se sentía su corazón.
"Pero me alegro de que todo eso solo estuviese en mi cabeza" Luz le dio una sonrisa de oreja a oreja. El gesto hizo que su corazón se derritiera por completo, cosa que creía poco probable después de la sesión de besos que habían tenido.
No entendía qué clase de cosas había hecho en su vida pasada, para merecer el amor de una persona tan dulce y comprensiva como Luz. Nunca más permitiría que algo provocado por ella, le causara algún daño. No permitiría que nada intentara alejarlas. Nunca más.
"Siento tanto que pensaras eso, intente muchas veces responder a tus cartas, pero nunca pude. Cada vez que intentaba hacerlo, me sentía como una hipócrita. No podía ser igual que mis padres. No podía seguir actuando como si todo lo que estuviese pasando fuese normal. Fue mi culpa que todo esto sucediera, no podía mentirte, y por otro lado tampoco quería que me odiaras"
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Tú eres la bruja, yo soy tu gata (Lumity)
Storie d'amoreEl tiempo de Luz en las Islas Hirvientes había terminado de forma abrupta. Buscando desesperadamente la forma de sanar su corazón, recibe la ayuda de una pequeña amiga felina, la cual la ayuda a superar sus momentos de tristeza y anhelo de su tiempo...