VII. Debate de penes

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Habíamos despedido a Tom ahora que partía hacia USA, por supuesto nos habíamos despedido minutos antes en privado, realmente él era la clase de novio que cualquiera quisiera tener. Me ha obsequiado un collar de oro en forma de media luna con un pequeño diamante en medio, era realmente hermoso y significa mucho para mí.

Lo extrañaría mucho, es decir, estaríamos lejos aproximadamente dos meses, pero esperaba que en algún tiempo libre pudiera venir.

Ahora, estoy con Nadia en su casa, hemos llegado de las grabaciones de The Irregulars y estoy más que exhausta.

—Sabes que puedes quedarte a dormir aquí conmigo —Asiento, bebo de mi vaso con agua.

—Lo se Nadia, quizás te tome la palabra —Respondo.

—Anda, ve a ducharte que apestas y voy a ordenar algo de cenar —Dejo el vaso de lado, me acerco a ella.

—Gracias, te amo, no tardo, hay efectivo en mi cartera —Froto su hombro.

—Vale.

Subo las escaleras hasta su habitación, desde que conozco a Nadia, solamente he visto unas cinco veces a sus padres. Ellos por lo general no están aquí, se la pasan en otros países por sus empleos. Nadia ha crecido bastante solitaria por lo que, lo contrario a mi, no le aterra la soledad.

Ahora, realmente comienzo a replantearme la posibilidad de tomar la oferta de mudarme a casa de los chicos, es decir, si quiero... pero no quiero. Saco una muda de ropa cómoda de los cajones de Nadia, es una fortuna que seamos de la misma talla en casi todo.

Entro al baño y saco de la gaveta una toalla limpia, abro el grifo y espero que el agua se caliente lo suficiente. Comienzo a desvestirme. Mi cerebro piensa, si yo me mudo a casa de Tom y Harrison, si, los tendría mucho más cerca, pero eso sería peligroso.

Pero lo peligroso me gusta. Además, Tom está fuera mucho tiempo, así que en realidad estaría casi todo el tiempo con Harrison, probablemente en su cama. El problema sería cuando regrese Tom, tendría que escabullirme en las noches a su habitación y no hacer ruido. Entro a la ducha.

Demonios, necesito ayuda. Quizás lo mejor será no mudarme con ellos y ya. Si, creo que es lo mejor. Termino mi ritual en el baño y seco mi cuerpo con la toalla, seco lo más que puedo mi cabello y enredo la toalla en mi cabeza.

Me coloco una muda de ropa interior que tengo aquí desde hace tiempo y después la ropa de Nadia. Consiste en una pijama de shorts y camisetas azules con dibujos de estrellas blancas. Salgo del baño y quitó la toalla para cepillar mi cabello.

El timbre de casa suena en todos lados, me imagino que ha llegado lo que sea que ha pedido Nadia. Observó mi celular y sonrió como idiota.

Tom:
"Ya te extraño conejita"
"Te quiero ❤️"

Yo:
"Yo también te extraño guapo"
"Espero que el tiempo avance rápido y pueda verte"
"Te adoro ❤️"

No me queda más que robar desodorante y crema facial de Nadia y por fin estoy lista, limpia y con ganas de comer y meterme a la cama a dormir. Salgo de la habitación y bajo las escaleras, diviso a Nadia sacando unas bandejas desechables de las bolsas.

—¿Qué has ordenado? —Pregunto.

—Tailandesa —Abro una de las bandejas.

—¡Se ve buenísimo! Iré por platos y cubiertos —Camino a la cocina y saco un par de platos grandes y algunas cucharas y tenedores.

La cena transcurre entre algunas anécdotas y platicas buenas, Nadia irá mañana a una audición para una serie que hasta ahora, desconocemos el nombre y la trama pero según ella cree que tiene oportunidad ahí, por supuesto que lo conseguirá, jamás dudo del talento de ella.

Who Owns My Heart △ (TOM HOLLAND, HARRISON OSTERFIELD) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora