II. Desesperada

1.4K 98 115
                                    

Secaba mi cabello con la toalla, el flequillo sería un desastre porque no tengo aquí mi crema para el cabello así que se vería horrible pero trataré de acomodarlo una vez que seque. Limpio el vapor que ha empañado el espejo y termino de quitar los restos de mascara de pestañas de mis mejillas. 

El olor de las salchichas y huevos ya es presente filtrándose por las orillas de la puerta del baño así que mi estómago hace ruidos ridículos. No soy una chica de quince años, pero vivir con mis padres involucra acatar sus ordenes, y una orden que me dieron era llegar temprano por la mañana. Lástima, no lo hice y en cambio me he venido a casa de los chicos. 

Si, la casa que comparten Tom y Harrison. Los MEJORES-PUTOS-AMIGOS. Es cierto que los chicos me han propuesto mudarme acá de ha gratis y lo he rechazado, después han dicho que pague un alquiler mínimo pero lo he rechazado también, no se, sería la muerte vivir con dos hombres que hacen añicos mis ovarios constantemente. 

Me coloco la camisa gris con una imagen apenas visible de una banda de rock en el pecho, es de Harrison, la huelo, dios que delicia. Estoy loca. Desafortunadamente tengo que esperar a que mi ropa termine de lavarse incluida mi ropa interior, así que básicamente no llevo nada debajo. Me coloco unos pants bastante flojos y salgo. 

Extiendo la toalla sobre el perchero y me acerco de nuevo al baño. Cepillo mi cabello y me coloco una de las cremas que Harrison tiene en el anaquel. Una vez lista, tomo mi celular y bajo la escaleras, el olor es aún más delicioso y muero por comer. Entro a la cocina, Harrison se ha duchado en el otro baño así que lleva el cabello húmedo y ropa más cómoda, me encanta, AYUDA.

—Huele delicioso —Se da la vuelta sorprendido.

—Eres demasiado silenciosa muñeca —Regresa a lo suyo en el sarten. Mis mejillas se ponen coloradas. 

—Soy impredecible querido —Me pongo a su lado, me mira con gracia y termina de servir los huevos revueltos en los platos. 

—Más bien eres única —Comenta, con el afán de ver a que llega todo esto recargo mi barbilla en su hombro, el es más alto que yo en definitiva. 

—Tu lo eres —Respondo en un susurro, sus ojos se desvían a mis labios, esta vez estoy lista para lo que él quiera, lo siento, es solo que no me puedo controlar. 

—¿Me estás provocando Leroy? —Entrecierra los ojos, me muerdo el labio.

—No lo sé Osterfield —Deja el sarten y sus manos toman mi cintura con fuerza, finalmente besándome con pasión, mi mente se pierde y me entrego a los bailes que sus labios hacen en los míos. Todo termina cuando la necesidad de respirar regresa.

—Comamos —Murmura, asiento. 

La sangre en mi cuerpo se ha calentado y con ello todo mi rostro se ha puesto colorado. Tomamos los platos y nos acomodamos en la isla de la cocina, el parece de lo más normal del mundo, maldito. Mi celular vibra, lo tomo inmediatamente. Me he estado mensajeando con Tom durante varios días y lo hemos llevado a un nivel... algo intenso. 

Tom:
"Esas fotos me tienen soñando despierto contigo"

Dios, las fotos. Mientras Harrison se concentra en morder el trozo de salchicha, a mi mente llegan los recuerdos de esas conversaciones un tanto subidas de tono con Tom, dónde se involucran fotos íntimas, si, soy una idiota. Respondo.

Yo:
"De todo eso te pierdes Holland"

Lo envío, en mi rostro se aparece una sonrisa. Es solo que no puedo creer que esté haciendo esto, es decir, antes de mudarme acá era una chica demasiado tímida y asustadiza en todo, pero ahora, siento que podría ser incluso amiga de Satanás.

Who Owns My Heart △ (TOM HOLLAND, HARRISON OSTERFIELD) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora