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Harry empujó a ____ contra la puerta de su habitación mientras se deleitaba en el sabor de su boca. Sabía que era cuestión de tiempo que ____ capitulara, ya que su pasión era tan incendiaria como la de él. Saberlo no le había facilitado las cosas, pero el hecho de llevarle ventaja, pues la había obligado a quedarse con él, había atemperado en cierta medida su deseo. Por fin, todo se había aclarado.

Había sido muy estimulante verla actuar ese día. No había nada más atractivo que una mujer inteligente y segura de sí misma, y ____ lo era al cien por cien. Que además sus rasgos fueran hermosos era un plus.

Pero había llegado el momento de dejar de pensar y actuar.

Abrió la puerta del dormitorio, introdujo a ____ lentamente en la habitación y cerró la puerta. En la oscuridad fue llevándola hasta el borde de la cama, donde se detuvo, le bajó la cremallera del vestido y se lo quitó. Durante unos instantes lamentó no haber encendido la luz para deleitar sus ojos en su cuerpo como pronto pensaba deleitar su boca. Tendría que guiarse por los sentidos.

A pesar de lo mucho que la deseaba, decidió ir despacio y alargar aquello todo lo que fuera posible: no dejar de dar y recibir hasta que ninguno de los dos pudiera soportar un segundo más de tortura.

____ gimió cuando él trazó una fina línea con la lengua de su mandíbula al cuello. Lo agarró por los hombros cuando siguió bajando hasta llegar a los senos, cubiertos por la lencería que él había escogido. Llevaba toda la semana en agonía preguntándose si llevaría el conjunto azul zafiro o el rojo rubí.

En aquel momento, en la oscuridad, el color no importaba. Lo único que importaba eran las sensaciones. Y se sentía de maravilla con ella ente los brazos y bajo sus labios. Le desabrochó el sujetador.

Le quitó la prenda y le puso las manos en los senos. Los elevó ligeramente para ocultar la cara en su suavidad antes de lamer el pliegue que había creado entre ellos. Le acarició los pezones con los pulgares y se deleitó al sentir que se endurecían y que ella quería más.

____ le quitó las manos de los hombros, le desanudó la corbata y le desabrochó la camisa. Después descendió hasta la hebilla del cinturón y la cremallera de los pantalones. La erección masculina ejercía presión sobre los boxers, anhelando sus suaves caricias, pero en lugar de ello, ____ lo arañó levemente a lo largo, y él estuvo a punto de perder el control.

Harry la tumbó en la cama antes de quitarse los zapatos y los calcetines para poder sacarse los pantalones. Se quitó también los boxers y liberó su carne hinchada. Después se acostó a su lado.

____ sintió una oleada de calor cuando él le metió la mano en las braguitas, buscó y encontró su centro húmedo. Jugueteó con los dedos en la abertura y se deleitó en el calor y la humedad de su cuerpo al saber que estaba lista para él, solo para él.

Ella lanzó un grito ahogado cuando el le rozó el clítoris con la punta del dedo, y el grito se convirtió en gemido cuando incrementó la presión ligeramente.

Ella le apretó la mano, ante lo cual él sonrió. Después de lo controlada que había estado toda la semana, se había desinhibido por completo. Le quitó las braguitas con cuidado y se situó entre sus piernas. Los muslos de ella temblaron cuando él se los acarició y luego se contrajeron cuando él acercó la boca al centro del calor y la humedad, que recorrió con la lengua una y otra vez hasta que el cuerpo de ella se tensó tanto que él supo que faltaban solo unos segundos para que alcanzara el clímax.

Un clímax que él le proporcionaría. Cerró la boca en torno a aquel lugar especial y succionó con fuerza. Esperó a que cesaran las contracciones del cuerpo femenino, alzó la cabeza y extendió el brazo para abrir el cajón de la mesilla de noche, donde guardaba un paquete de preservativos.

Aventura ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora