Zifrina y la aparición de Kikyou

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Luego de unos diez minutos de viaje, el silencio era algo incómodo para ambos y Mizuki, algo agotada, dejó caer su cabeza en la nuca de Tackey. Ante aquel gesto el chico no puedo evitar sonrojarse y ponerse nervioso, y eso por consecuencia hizo que su pulso acelerara de forma repentina, pensó que él podría aparentar que nada pasaba, pero eso fue totalmente inútil, Mizuki había escuchado el cambio de ritmo de su corazón. Ese pequeño y repentino cambio sorprendió a la muchacha, pero no la sorprendió que el ritmo del corazón de Tackey cambiara, lo que la sorprendió fue el dulce y cálido sonido que emitía.

Ahora si el silencio los tenía más que aburridos, así que alguien tenía que romper el hielo… ¿Quién lo haría primero?

-Oye- llamó Tackey, haciendo que Mizuki levantara su cabeza

-¿Qué sucede? ¿Es acaso que peso demasiado?- dijo totalmente cortante

-No, no es eso… yo sólo quiero saber algo de ti- tomó aire y prosiguió- dime, ¿Por qué escapaste?- su voz era tierna

-De qué rayos hablas, yo no he escapado de ningún lado- expresó la mentira lo más segura que pudo

-Si escapaste, porque si realmente no hubieras escapado, no habrías corrido adentrándote en un bosque que no conoces hasta perderte- suspiró- a menos que realmente eres una tonta niña orgullosa, que creyó que sería capaz de sobrevivir sin un sentido de orientación- dijo serio, pero a la vez con un tono de burla

-Bueno si escapó, ya lo admití ¿feliz?- enojada

-Un poco, ahora cuéntame el porqué-  dijo sonriendo

-No creo que te interese es una larga y aburrida historia- apoyándose nuevamente en él

-Anda, cuéntame… además es para matar el tiempo ¿no crees?- la miró

-Si eso creo…, pero ¿puedo confiar un secreto en ti?- lo miró más seria que nunca

-Claro, dime y te prometo que no se lo diré a nadie- levantó su mano derecha como juramento

-Bueno, yo escape porque…- algo la interrumpió

Cuando estuvo a punto de contar su secreto, el aire cambio rotundamente, se había vuelto tenso y frio…, lo que alerto a Tackey inmediatamente. Su cara cambió notoriamente, era como si él estuviera enterado de lo que estaba a punto de ocurrir, lo que era cierto. El viento quedo plagado del aroma de un yokai que por supuesto no era para nada débil y estaba muy cerca…, al inicio no le importo pero temía por la vida de Mizuki. Por otro lado la chica también sabía que algo pasaba, y aunque no tuviera los mismos sentidos que Tackey, podía ver que un aura maligna cubría el cielo; ella sabía de auras malignas porque Kagome le había enseñado cuando era niña, pero no sólo ella; una voz siempre la acompañaba y le advertía…

-Algo malo se aproxima- se detuvo en seco- debes quedarte aquí- la bajó de su espalda

-¡No espera! es que acaso, ¿tú también puedes ver esa aura maligna?- algo confundida

-No- la miró extrañado a lo que dijo, pero no le dio importancia- puedo sentir su aroma y no es para nada débil…

-Entiendo… y que estamos esperando para ir, vamos apresúrate- trató de levantarse, pero su tobillo aún se encontraba adolorido

-Así… no señorita tú te quedas, no quiero poner tu vida en riesgo- la miró directamente a los ojos

-Eso no ocurrirá y voy a ir quieras o no- esta vez se logró poner de pie

-Es que acaso ¿eres tonta o te pagan? ¡Te quedaras!- le gritó

-¡Tú no me puedes dar órdenes Tackey!- le grito mientras se alejaba- me las pagaras por dejarme hablando sola ¿oíste?- le gritaba pero él no la escuchaba

Mizuki, la hija de InuYashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora