Percy Jackson y Newt Scamander en busca de los animales fantásticos.

Capítulo 10

LA ENORME Y TIERNA MASCOTA DE NEWT

Un dragón, o al menos eso es lo que Percy creía que era aquella gran criatura.

Era de un color anaranjado y rojo, sus patas eran similares a las de un águila, tenía una melena similar a la de un león y su rostro era la de un felino.

Una criatura que nunca antes había visto.

Estaba tan alterado cuando apareció, que sin querer terminó destruyendo a alguna que otra cabaña, aunque la más dañada había sido la cabaña de Ares, cosa que hizo enojar a los hijos del dios de la guerra.

Todos ellos habían intentado matar a la criatura, Percy sabía que enfrentarse a los hijos de Ares era un reto, pero protegería a esa criatura, aún si está terminaba destrozado todo el campamento... Si tal vez eso no sonaba muy bien, pero no podía dañarlo.

Antes de que cualquier cosa pasara el mago llegó al lugar, acompañado de Nico y Will. Cierto, Will había ido por el mago al saber lo que habían encontrado a aquella criatura.

—Tranquilo muchacho —se acercó a la criatura, moviendo lo que parecía ser un juguete.

La gran criatura se calmo, sus ojos se iluminaron, y se echo en el suelo cual gatito, era tan dócil estando alrededor de Newt.

—Wow, ¿que clase de criatura es esa? —pregunto el hijo de Hades con curiosidad.

—¿No es un dragón? —pregunto Percy, el había asumido que era eso cuando lo vio.

—No, no es un dragón, es un Souwu. Lo rescate de un circo que tenía criaturas de este tipo a su poder —comenzó a decir mientras acariciaba la cabeza del gran felino.

—¡Sea lo que sea, esa criatura destruyó nuestra cabaña! —exclamó uno de los hijos de Ares.

—Puedo arreglarlo, no se preocupen —hablo sin mirar al chico.

Nico noto que el chico estaba dispuesto a seguir la discusión, invoco un unos cuantos esqueletos pata que estos evitarán cualquier cosa.

Una vez que Newt regreso a la criatura a su maleta, se encargo de arreglar la cabaña.

—¡Fuego! —exclamó Leo Valdez, quien corría siendo perseguido por un dragón que escupía fuego.

—¿Eso es un dragón? —pregunto Will.

—Si, es un bola de juego chino —Newt miro a la criatura y suspiro.

No era difícil atraparlo, pero le preocupaba saber cuantos animales más seguían sueltos.