Percy Jackson y Newt Scamander en busca de los animales fantásticos.

Capítulo 21

LAS CAZADORAS DE ARTEMISA

Había sido una larga noche, tanto que los tres chicos se quedaron dormidos en la maleta.

Por un lado estaba el hijo de Hades quien se quedó dormido junto al hipogrifo después de darle de comer y por el otro estaba Percy, quien se quedó dormido abrazando al dragón azul y el bola de fuego chino lo abraza a él.

Unos golpes se escucharon causando que el mago despertara, Newt solia tener el sueño muy ligero, cualquier pequeño ruido podría respetarlo.

—¿Qué pasó? —pregunto al asomarse de la maleta.

Frente a el se encontraban dos rubios, Jason Grace y Will Solace, ambos parecían estar buscando a alguien en especial.

—Estábamos buscando a Percy y Nico ¿de casualidad están allí contigo? —pregunto Jason algo apenado.

—Oh, si. Se quedaron ayudándome y bueno se quedaron dormidos ¿por qué? —se tallo los ojos y salió de la maleta por completo.

Ambos chicos suspiraron aliviados, al no encontrar a ambos chicos habían pensado que la diosa Hera había hecho de las suyas de nuevo ¿pqtq que? No tenían idea, pero esa diosa tenía unas ideas muy locas.

—Solo estábamos preocupados, solo eso —Will negó, no había necesidad de dar más explicaciones.

El mago asintió sin entender muy bien que pasaba, pero prefirió no hace más preguntas al respecto.

°°°

Will, Nico, Jason, Percy y Newt se habían quedado en la cabaña trece, para discutir sobre el animal faltante, solo era uno, pero el más difícil de encontrar.

—¿Solo falta uno? —pregunto Will.

—Si, solo falta Dougal, mi demiguise.

—¿Pero? —Nico lo mira esperando que le dé el lado malo.

—El único problema es que es invisible, la mayor parte del tiempo —sonrió de forma nerviosa.

Los chicos sabían que encontrar a una criatura invisible no iba a ser una tarea fácil, pedo no perdían nada intentándolo, bueno, solo tiempo.

Antes de que alguien diga algo más, la puerta de la cabaña se abrió de golpe, dejando ver a los hermanos Stoll agitados como si hubieran corrido un maratón y no solo eso, los hijos de Hermes parecían asustados.

—Las cazadoras de Artemisa... —comenzó a hablar Connor Stoll.

—... Están aquí —continuo Travis.

Oh, no. Eso no era bueno.