Ned Stark ahora era la mano del rey Robbert y para celebrar la llegada de su amigo su majestad había ordenado crear un torneo.
La montaña incluso había asistido y al ser un mal perdedor había sucedido un encuentro violento con su hermano que Robbert ordenó parar.
Ahora "El sabueso" estaba en las habitaciones de su amante, la cosa más bella que sus ojos pudieron ver. El cabello rojo cereza lleno de rizos, espeso y abundante, los grandes ojos azules como el mar y la piel rosada y lisa volvían loco a cualquier hombre, pero Mayrebelle se había fijado en el gran Sandor.
Siempre se preguntó cómo una cosita hermosa como ella podía amar a un hombre roto y feo como el, pero lo hacía, al principio fue difícil de creer para el, cuando la conoció era la doncella de la princesa Myrcela, la vio a lo lejos arreglando el cabello de la pequeña y no podía quitar los ojos de ella, incluso Joffrey babeo ante el escote pronunciado de Mayrebelle. Ella sonreía cada que lo veía pasar y eso lo ponía nervioso, no dejaba de verlo y pensaba que se estaba burlando de él, harto de eso la confrontó un día
—¿Qué es lo que ves?— preguntó duramente Sandor
—A ti, obviamente— sonrió Mayrebelle
—¿Entonces que te resulta tan gracioso?— rugio él
—Nada me resulta gracioso— respondió confundida
—Entonces deja de verme. ¡Por los siete, niña! — exigió Sandor
—Lo estoy viendo porque me gusta— aclaro Mayrebelle dejando a Sandor sin palabras, confundido y con la boca abierta, ella solo sonrió con dulzura y se fue.
Después de ese día cada que Mayrebelle llegaba a su habitación por las noches encontraba flores, primero una rosa blanca, luego dos rosas rojas y algunas margaritas y así durante un mes hasta que pudo llenar su habitación de flores, finalmente encontró una carta pequeña.
"Me gustó mucho como se veía su vestido.
S.C. "
Mayrebelle corrió hasta los aposentos de Clegane y tocó con alegría la puerta.
—¿Quién toca a esta maldita hora de la noche?— gruñó Clegane
—Mayrebelle, la doncella de la princesa— dijo la hermosa mujer
El perro abrió la puerta y aunque intentaba mostrar su exterior duro se notaba lo nervioso que estaba por su presencia
—Las flores y la carta... — dijo sonriendo
—No se de que hablas, niña— mintió
—Yo creo que si, perro— susurro coqueta y se abalanzó sobre sus labios, el beso sorprendió a Sandor quien correspondió con dulzura.
La primera vez que hicieron el amor el intento ser amable con ella conteniendose, era la primera vez de la joven.
Cada noche uno de los dos iba a la habitación del otro y ya habían encontrado la manera perfecta de hacerlo, pero poco a poco eso evolucionó a más que solo sexo, compartían chistes y se contaron su vida, si el se hacía alguna herida ella la curaba, a veces cuando Sandor no podía dormir solo la miraba durante horas, incluso había noches donde no tenían sexo y solo charlaba hasta el amanecer, Mayrebelle se fue enamorando de él y fue rompiendo cada barrera que él hizo, Sandor se enamoro locamente de ella, no había un segundo donde no pasara por su mente. A escondidas el perro ahorro para pedirle matrimonio a la joven.—¿El imbécil de tu hermano te hizo algún daño?— preguntó preocupada Mayrebelle
—No, el rey Robbert paro el enfrentamiento antes de que cualquier cosa pasara— respondió Sandor mientras tomaba la copa de vino que su amada le ofrecía
—Me hubiera gustado verlo perder, sigo sin entender porque no me dejaste ir— resoplo enojada la bellaza del Oeste
—El no podría contenerse al ver una cosita tan bella como tu— explicó mientras se quitaba su hombrera izquierda
—Ningún otro hombre me mira, no me preocupo por eso— respondió Mayrebelle ayudándole a quitar la otra hombrera
—Eres muy inteligente para tan siquiera pensar eso, todos te miran, los he visto, pero nadie se atreve a hacerte nada— dijo mientras se sentaba en la cama y se quitaba sus botas
—Nadie se atreve porque saben que se las tendrían que ver contigo— presumió la pelirroja mientras se acostaba en el regazo de Sandor
—Así es, rosa. Pero ni siquiera yo puedo parar a mi hermano y eso el lo sabe— sonrió Sandor al verla acostada en el
—Yo se defenderme— respondió con ferocidad la chica y levantó el brazo para mostrar su musculo
—Mira— indicó ella —Tan grande como el tuyo— se burló y Sandor echo una risa
—La gente te debe de temerte todo el tiempo— le siguió el juego
—Por supuesto, tiemblan cuando pasó— dijo levantándose para besar a Sandor mientras se acostaban en la cama.Mayrebelle Algood era hija del patriarca de la casa vasalla de los Lannister, su madre en cambio era hija del patriarca de los Fossoway de las manzanas rojas, una casa vasalla de los Tyrell. Sus seis hermanos parecían descendientes de los Algood, con ojos cafés y cabellos castaños tan claros que casi eran rubios, pero ella era una combinación hermosa de ambas partes, con la carita delicada de los Algood y los ojos brillantes de los Fossoway. Cuando era pequeña su padre le enseñó en secreto algunas cosas sobre cómo luchar con espada, una chica tan hermosa no podría jamás ir por ahí sin protección, su madre le inculcó el amor por la cultura y la historia haciendo de ella una combinación que Sandor no pudo hacer más que amar y adorar.
Su hermana Esvele, quien había sacado toda la cara de su papá, la envidiaba, en muchas ocasiones la golpeó cuando Mayrebelle era solo una pequeña y muchas otras veces la empujaba por las escaleras o cualquier lugar alto, eso hizo que Mayrebelle desarrollará lentamente un temperamento explosivo que siempre intento guardar, aunque a Sandor le encantaba verlo en acción.Sandor contaba los días para llegar a su meta en monedas y poder pedirle la mano al padre de Mayrebelle.
ESTÁS LEYENDO
Corazón y Mente
FantasyMayrebelle Algood esta en una relación con Sandor Clegane. Las decisiones de ambos la llevan a jugar el más grande juego de Poniente...