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La batalla de Black Water ocurriría en el transcurso de ese día y todos lo sabían, se podía notar en el espesor del aire. Mayrebelle corría de un lugar a otro conforme la reina le ordenaba, Cercei siempre encontraba excusas para moverla lejos de su vista, no quería que la belleza de ojos azules y mandíbula fina hiciera opacar la de ella misma.

Durante el transcurso se encontraba con Joffrey algunas veces, eso significaba que se encontraba con Sandor también, siempre hacia una reverencia y luego miraba a su amor con ojos coquetos. El hecho de que una batalla ocurriera pronto significaba que el ejército Lannister vendría pasará lo que pasará y si eso era así significaba que los Algood también.

Las campanas sonaban y Marybelle corrió hasta encontrar a Sandor quien gracias a los cielos no estaba cerca del rey.
—¡Sandor!— grito ella mientras corría en su dirección, Sandor la atrapó y la tomó de la cintura mientras la elevaba
—Deberías de estar con la reina— respondió el con una sonrisa, aunque estaba preocupado de que no estuviera en un lugar seguro
—Lo sé, pero no podía evitar ir a buscarte una vez más antes de todo lo que ocurrirá— suspiro Mayrebelle al mismo tiempo que Sandor la dejaba en el suelo
—Estaré bien, niña. Ahora, ve con la reina antes de que cierran las puertas del salón donde se resguardaran las mujeres— indicó Sandor. Mayrebelle le dio un dulce beso a su amante antes de correr hacia la reina.

—Vino— ordenó la reina y Mayrebelle le sirvió más en la copa de la reina quien se encontraba hablando con Sansa. Mayrebelle quería escapar, había escuchado que iban ganando pero gracias al fuego valyrio y eso le preocupaba, sabia lo mucho que Sandor odiaba el fuego y quería solo ir a su habitación donde podría ver con mejor detalle donde estaba Sandor. Cuando la reina se distrajo Mayrbelle corrio a su cuarto.

Desde la ventana no podía dislumbrar a Sandor en ningún lado, fue hasta que escucho enormes y pesados pasos entrar a la habitación que se dio cuenta de que Sandor no estaba en la batalla
—Sandor— exclamó la doncella con los ojos abiertos —¿Qué estas haciendo aquí?— preguntó con total desconcierto la muchacha
—No me quedaré en la capital, ni tu— explicó Sandor y tomo del brazo a su amante, Mayrebelle puso resistencia ante esto y Sandor se sorprendió de la manera en que su amada le correspondió
—¿A dónde?— preguntó con un poco de enojo Mayrebelle, no podía irse si sus padres estaban apuntó de llegar y podría pedir su mano
—A cualquier lugar que no esté en llamas— explicó Sandor quién estaba un poco ebrio
—Has estado tomando— dijo Mayrebelle notando el olor a vino que emanaba de Sandor  —¿Qué hay del rey?— preguntó Mayrebelle desconcertada por la actitud de Sandor, estaban apuntó de completar sus sueños y el quería huir por su miedo al fuego
—Puede morir solo— aclaró Sandor tratando de mover otra vez a Mayrebelle quien nuevamente se resistió
—¿Qué hay de mi padre? ¿Qué hay de nuestro compromiso?— preguntó con rabia Mayrebelle
—Me iré contigo o sin ti— aclaro Sandor parándose recto y viendo a la doncella desde arriba. La pelirroja estaba respirando con agitación gracias al enojo, miraba directamente a los ojos de Sandor, aquellos ojos oscuros que le estaban traicionando, las lagrimas querían salir de los ojos color océano de la joven
—Sandor, estamos a punto de cumplir nuestro sueño— explicó Mayrebelle con tristeza —No podemos irnos ahora— mencionó. Sandor no podía soportar más verla, le destrozaria el corazón y lo sabía, sólo se dio la vuelta y empezó a dirigirse a la salida
—Cuidate bien, Belle—
—¡Sandor!— sollozo la doncella —¡Sandor, no te vayas!— suplico la joven entre lágrimas, yendo tras el quien solo cerró la puerta —¡Por favor!— pidió la joven con tristeza mientras deslizaba su espalda por la puerta, derrotada y al ver al hombre que amaba marchandose junto el sueño de pasar el resto de su vida a su lado no pudo hacer más que llorar en el suelo.

El ejercito de Stannis Baratheon había retrocedido, lo que significaba que habían perdido, todo gracias a que los Lannister y los Tyrell unieron fuerzas.
Todos estaban en fila esperando la entrada de Tywin Lannister quien pronto sería escogido como mano del rey.
Mayrebelle estaba ahí, se había reunido con su familia finalmente, aún así no sintió felicidad alguna, nada podría encender la chispa que se había apagado en ella.
Tywin Lannister entró finalmente, todos se quedaron quietos observándolo, era un hombre que imponía poder y eso él lo sabía, la marcha en su caballo y la postura del Lord lo hacían ver. Cuando pasó por donde Mayrebelle ella pudo ver algo que parecía una sonrisa, solamente volteo un poco para verla. Mayrebelle pensó que su mente la había confundo, un hombre tan poderoso no se fijaría en una pequeña niña como ella, todo había sido una mera casualidad y Tywin Lannister no la tocaría ni siquiera con la mirada.

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