Corazón y Mente

X

En la mañana siguiente alguien tocó a la puerta de Mayrebelle.
—Lord Tywin ordena que no lo atiendas este día— dijo Gerda, quien había sido encargada de avisarle eso
—¿Te dijo porque?— preguntó confundida Mayrebelle
—No, sólo me ordenó que te dijera eso— mencionó su amiga —¿Cómo estás con lo de Sandor?— preguntó en un susurro la más alta
—Estoy bien— contestó no muy convencida Mayrebelle
—¿Segura?— cuestionó la morena
—Segura, claro— respondió Mayrebelle
—Esta bien, May. Iré a trabajar. Si necesitas algo estaré en las cocinas— indicó la pelinegra y Mayrebelle solo sonrió

Por más de que buscaba a su hermano Talfen no podía encontrarlo, quería y ansiaba un poco de compañía. Se sentía usada, pensaba que Tywin ya había terminado con sus servicios y ese hecho sólo aportó más a la soledad que ya sentía por no estar con su ex amor. Paso por los jardines desconsolada   hasta que visualizo a su hermana Linette y su madre correr hacia ella.
—¡Cariño, felicidades!— exclamó Judithe abrazando a su hija
—¿Felicidades?— se preguntó a si misma May en voz alta
—Por tu compromiso— mencionó Linette como si Mayrebelle supiera de que hablaba, pero su cara completamente en confusión la delató
—Ya sabes, tu compromiso con Tywin Lannister— indicó su hermana
—¿Qu-Qué?— preguntó alarmada la pelirroja
—Hoy Tywin nos invitó a desayunar y le pidió a tu padre tu mano, ¿No lo sabias?— dijo la madre de las jóvenes. Mayrebelle sentía que la sangre se le iba de la cara, las rodillas le temblaban y las manos le picaban, no sabía que hacer en esa situación. Se acostó con el viejo león para complacerlo, no podía decirle que no a Tywin Lannister pero no pensó que él fuera a tomar esa iniciativa, no se había casado en décadas después de la muerte de su amada esposa Joanna. No quería casarse con él pero no tenía otra opción, nadie se le negaba a Tywin, aparte de que su familia seguramente estaba bastante contenta por eso.
—Si me disculpan— mencionó con debilidad mientras se alejaba lentamente de sus familiares.

Esto no podía ser posible, no debía de ser posible, ¿Por qué de tantas mujeres tenía que escogerla a ella?, todavía soñaba que Sandor vendría en su caballo y se la llevaría lejos para que vivieran juntos, pero ahora era imposible, tal vez siempre fue solo un sueño tonto.
No quería casarse con Tywin Lannister, no la amaba y ella no lo amaba a él, no quería ni saber como la reina reaccionaría.
Quería vomitar, era demasiado para procesar. Sería la esposa trofeo del viejo león.

Se sentó delante de su tocador y se vio un momento en su espejo. Si su cabello fuera como el de sus hermanos, de un castaño tan claro que parecía rubio, tal vez parecería más una Lannister. Si sus ojos fueran cafés o verdes como los de su padre, tal vez podría parecer más una Lannister, pero no era así. Su cabello era rojo como las fresas y sus ojos eran de un azul intenso, fuerte, no era azul cielo, era un azul mar potente y brillante. Suspiro y pensó que nunca podría ser una Lannister.

—Mi señor— dijo Mayrebelle entrando a las habitaciones de Tywin
—Mi señora— mencionó mientras leía algo sin siquiera verla
—Puedo preguntar por qué— mencionó en voz alta la pelirroja
—¿Por qué?— preguntó incrédulo Tywin
—¿Por qué le has pedido mi mano a mi padre?— cuestionó Mayrebelle
—Pará casarme contigo, evidentemente— contestó Tywin divertido, como si le tuviera que explicar
—¿Por qué querría casarse conmigo?— preguntó Mayrebelle decidida
—Pensé que eso te complacería— respondió mientras alzaba una ceja y veía a la dama que se paraba frente de él
—Me complace— mintió Mayrebelle —Pero no creo ser suficiente para usted, mi señor—Mayrebelle estaba tratando de justificar su miedo—Yo creo que si— contestó secamente hombre mayor —Eres joven y bonita. No eres como las demás chicas y eras virgen, hasta que yo mismo me encargue de eso, claro. Serás mi esposa y me darás un heredero para Casterly Rock ya que mi hijo mayor Jaime esta en la guardia real y en este momento temo por su vida y no pienso dejarle mis tierras a mi deforme hijo menor— explicó con sequedad Lannister —Desde hoy no serviras a nadie y sólo te prepararás para la boda— ordenó Tywin
—Como ordene mi señor— dijo con debilidad Mayrebelle y se retiro temblando.

Esto no era una broma. Tywin Lannister la desposaria.