for all the ghosts that are never gonna catch me.

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Inhalar, exhalar.

Inhalar, exhalar.

Inhalar... exhalar.

Maldita sea, concéntrate, Gerard.

Siguió corriendo, yendo lo más rápido que podía, casi terminaba. Miró a sus lados;

Bob, Mikey, Ray, Frank-

¡Frank!

—¡Gerard, tienes que seguir! —Mikey le gritó al ver cómo se distrajo.

Pero Gerard no podía escucharlo, su cabeza estaba aturdida, y no precisamente por las granadas explotando alrededor suyo por todo el campo.

Su hermano solo lo miró un segundo, y le agarró la mano.

—Ven, vamos.

—No.

—¡Gerard!

—¡No!

Corrió hacía dónde estaban sus amigos, ignorando a su hermano y a las explosiones.

—¡¿Qué haces?! ¡Vete! —Ray le gritó, tratando de concentrarse en presionar en la herida de Frank, quien solo gruñía.

—Frankie... —Su abdomen, mierda.

—¡Gerard, vete de una vez- ¡Gerard! —El mencionado cargó por los brazos al herido.

—¡Cállate y ayúdame!

Ray gruñó, exasperante.

A Way no le importaba.
No le importaba si no debería estar haciendo esto, si podían haber otros heridos que Ray tendría que ayudar.

Quería hacerlo, tenía que hacerlo.

No estaban tan lejos de llegar, después de todo.

Finalmente, llegaron a tierra segura, escondiéndose con el resto que descansaba entre unos árboles, cerca del resto de la tropa. Ni Mikey ni Bob estaban a la vista, el pelinegro solo esperaba que estén bien, supuestamente habían llegado.

Gerard se tiró al suelo del cansancio, con Frank aplastandole las piernas, Toro se agachó para ver su estado. —Mierda.

Gerard se incorporó rápidamente, notando porque su amigo maldecía tanto.

—Frank... —dijo en un grave jadeo.

EL mencionado tenía una terrible herida de bala en su, una vez más, abdomen, justo arriba de su cadera. Pero no solo eso, sus costillas también. Y sus piernas... Pues definitivamente no volvería a caminar por algún tiempo.

—¡Médico! —alguien llamó, Ray rápidamente se levantó.

—¿Adónde vas? —El mayor de los Way sentía los ojos llorosos.

—Tengo que ayudar al resto, Gee. Toma —le alcanzó un par de vendas—, presiona las heridas, ya vuelvo, ¿sí? —Iero estaba pálido, demasiado pálido, miraba a un punto indefinido del cielo—. Ya vendrá más gente, lo prometo —Y antes de que pueda quejarse, el de rulos se fue corriendo hacia dónde se escuchaban más hombres gimiendo de dolor.

Con manos temblorosas, Gerard apretó las heridas, tratando de parar el sangrado. Frank salió de su trance. —¡Ah, no! ¡Detente!

—¡Shhh, frank, tranquilo! —Trató de no ser tan brusco, pero, siéndolo o no, dolía como la mierda—. Vamos, ayúdame a presionar.

El de baja estatura solo negaba con la cabeza y gemía. Maldita sea, tendría que haber algún otro doctor por aquí...

—Aguanta, ya... está... —Mientras presionaba, miró hacia el frente, todavía había muchachos que seguían viniendo, y otros que no contaban con la misma suerte.

make room!!!! [ frerard oneshots ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora