Royals [omegaverse] (EMILIACO)

Two.

Hello royals! Por favor, no me maten con el final de este capítulo, lo que sucede es extremadamente necesario para el progreso de la historia.

La mañana siguiente a la fiesta de compromiso, Emilio fue convocado para una pequeña reunión en la oficina de su padre. Así que entró en la sala, encontró a sus padres y a los padres de Joaquin. Emilio arqueó una ceja, pero no se extrañó, él sabía que tarde o temprano tendría aquella conversación con los padres de su elegido.

 - Siéntate hijo, tenemos negocios que tratar. – su padre, el Rey Juan, lo saludó.

Emilio obedeció, sentándose en uno de los sillones del enorme escritorio. Él recibió una sonrisa amistosa de su madre y de la reina de Doncaster. Por su sentido alfa, podría decir que las dos estaban muy emocionadas y que si las dejasen, las dos podrían saltar alegremente por el aposento.

 - Hijo, como tú ya sabes, tu mayoría de edad llegó y necesitas de una pareja para atarte y procrear. – el rey dijo, en un tono serio – Antes de que tú nacieras, el reino de Doncaster y el nuestro entró en un acuerdo, y precisa ser sellado contigo y con el príncipe Joaquin.

Emilio oía atentamente.

- Mi hijo y tú fueron prometidos así que mi niño nació. – Umberto, rey del condado de Doncaster, dijo – Y felizmente, parece que Joaco y tú se gustan, eso no va a generar problemas futuros. 

- Lo que nosotros queremos es que nuestros reinos prosperen unidos. – Niurka se entrometió en la conversación. Ella era una omega y por la ley (y biología) ella no debería entrometerse en una conversación de alfas, sin embargo ella era reina y madre – Y sé que tú amas a  Joaquin , desde cuando él era un bebé en brazos. 

- Emilio, querido, yo solo quiero lo mejor para mi hijo. – Fue el momento de hablar de la reina Eli– Y tú eres lo mejor para él. Mi bebé puede tener apenas dieciséis años, pero él fue educado así como yo para ser el omega perfecto para ti.

 - En fin, lo que nosotros queremos decir, con toda esa pequeña charla, es que le propongas casamiento a Joaquin. – Juan finalizó. 

- No de esa manera. – Emilio protestó.

Lo que hizo que las cuatro personas lo miraran en shock. Niurka y Eli parecían que habían oído la peor blasfemia del mundo. Umberto y Juan encaraban al joven alfa como si preguntasen: ¿Cómo es que osas desobedecer a alfas superiores que tú?

 - Déjenme explicar... - el menor suspiró – Mi madre tiene razón cuando dice que amo al príncipe Joaquin, pero no quiero que él piense que solo quiero casarme con él por negocios. – Emilio rodó los ojos, y sus palabras hicieron que las mujeres de la sala suspiraran como las bobas apasionadas que eran.

- Emilio, no tenemos tiempo para cortejos. – la voz dura de Juan reinó en la habitación.

- Padre, tú cortejaste a mi madre antes de unirte a ella. ¿Por qué no puedo hacer lo mismo? – Emilio retrucó – ¡Yo tengo ese derecho y Joaco también! Él solo tiene 16 años, ¿y simplemente va a ser obligado a casarse sin más ni menos? No así.

- Los tiempos son otros, Emilio. – la voz del rey de Cheshire era dura y áspera.

Emilio ya iba a abrir la boca para protestar cuando su padre volvió a hablar: 

- Señoras, me gustaría hablar con mi hijo a solas. – su tono era frío, pero imponente – Sin embargo, el rey Umberto puede quedarse.

Las dos reinas se levantaron. Afligidas, Emilio podía sentir. Pero como omegas que eran no desobedecieron una orden de un alfa. Las dos salieron y Emilio bufó, irritado, y cruzando los brazos sobre su pecho.