Royals [omegaverse] (EMILIACO)

Seventeen.

Adivinen quién tiene novio...

Exacto medio mundo menos yo, xq mi crush ni caso :')

Perdón x dejar la historia un poquito abandonada

***

Mauro observaba a su marido organizar su equipaje con prisa. Ellos acababan de recibir la noticia del accidente de Emilio y Joaquín , entonces obviamente que como además de consejero y el brazo derecho del príncipe, era su mejor amigo, Chiong se sentía en el deber de ir hasta donde el otro alfa, pues el mismo necesitaba de todo el apoyo, principalmente a causa del riesgo de que su omega perdiera el bebé.

El moreno ya estaba agonizando con toda aquella prisa de Sian, entones, respiró hondo y fue a ayudarlo. Sian sonrió agradeciendo la ayuda de su omega, pero hizo un mohín cuando vio al mismo tomar sus propias piezas de ropa y colocarlas también en la maleta.

- ¿Qué estás haciendo? - indagó Sian.

- ¿Armando las maletas? - respondió Mauro, confuso.

- Si, lo sé. Pero ¿por qué estás colocando tu ropa? - Sian volvió a inquirir.

- Porque voy contigo. - el moreno respondió determinado.

- No vas, no. - retrucó Sian.

- ¿Cómo que no voy, Sian? - Mauro se indignó - Es de mi hermano, mi sobrino y mi amigo de quienes estamos hablando.

- Lo sé, ángel. - Sian suspiró, intentando no descontrolarse - Pero estás embarazado ahora, Sofia no va a soportar 4 horas de viaje.

- Ella va a soportar, porque yo lo consigo. - Rebatió Sian, ya irritándose con el alfa - Sé que estás preocupado por lo de Emilio y Joaquín tanto como yo, pero no discutas conmigo, por favor.

- Mauro... - Sian siguió intentando.

- No, Sian. - el moreno estaba irreductible.

Entonces, la única cosa que Sian podía hacer era concordar con su omega. Porque Mauro podía ser la persona más dulce y comprensible del mundo, pero cuando quería una cosa, no había nada y nadie que pudiese hacerlo parar y desistir.

*

Nikolas estaba agonizando, no le gustaba viajar solo, sin su alfa, pero la situación lo ameritaba. Sin contar que él no se estaba sintiendo muy bien, se sintió mareado durante todo el vuelo, vomitó algunas veces, y su estómago dolía.

Cuando llegó al aeropuerto había una comitiva de seguridad esperándole, y su seguridad particular lo condujo hasta la guardia real que estaba allí por él. Niko solo pidió que le comprasen algo para comer y entonces pararon en el primer fast food que encontraron, el pequeño rubio estaba hambriento y el pedido fue grande.

Como todos ya conocían el gran apetito del rubio, nadie chilló ni se extrañó. Niko comió todo dentro del auto y entonces, se apagó.

Estaba muy cansado y la preocupación no le había dejado dormir durante el vuelo. Apenas despertó a mitad del camino, sucumbiendo ante las náuseas, pidió para que parasen el carro inmediatamente. Niko solo tuvo tiempo de abrir la puerta del vehículo, estirar el cuello y colocar todo el refrigerio de McDonalds afuera. Su seguridad le dio una botellita de agua y una pastilla para el mareo, fue suficiente para volver a dormir, solo volviendo en si cuando llegaron al palacio real de Doncaster.

Encontró a las gemelas, Daniela y Luciana, que tiraban de sus brazos diciendo que habían echado muchísimo de menos al rubio. Niko abrazó a las gemelas y luego el mayordomo del catillo lo orientó hasta el cuarto de huéspedes en el cual se quedaría. El omega tomó un baño y pidió para ser llevado hasta el hospital, quería ver a su hermano y a su mejor amigo.