Nineteen.

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10🐺

El camino de vuelta hacia el condado de Cheshire fue muy lento en opinión de Emilio . Él estaba ansioso y esa ansiedad no ayudó en nada, porque estar mirando de cinco en cinco segundos hacia el reloj en su muñeca no haría que las agujas se movieran más rápido, y ni estar moviendo la pierna ayudaría.

Sian sentía todo lo que su mejor amigo estaba sintiendo. Pero él estaba más preocupado por su omega, hablando de él obviamente que Mauro entendió la situación, entretanto no había forma de que Sian se despreocupara, pues su marido ya estaba con el embarazo muy avanzado y el alfa temía que algo sucediese con su compañero mientras estuviese lejos. Sin embargo, Sian intentaba mantener su mente lejos de los pensamientos negativos, era lo mejor que podía hacer.

Emilio casi bramó un "finalmente" cuando pasaron el cartel de "Bienvenido a Cheshire".

- Primero iremos a la casa de Evans, Sr. Higgins. - el alfa heredero pidió.

- Si, alteza. - el mayor respondió.

Emilio no quería aparecer en el palacio antes de confrontar a Evans, él tenía algunas preguntas que necesitaban de la respuesta del conductor. Como Paul sabía muy bien donde vivía el otro, algunos minutos más tarde el auto que conducía se estacionaba en frente a una casa simple, pero bien cuidada. Los tres salieron del vehículo y estiraron sus cuerpos, debido al largo tiempo de viaje, después se acercaron a la puerta y Emilio tocó el timbre enseguida. Ellos oyeron pasos en menos de un minuto y una chica muy linda abrió la puerta, ella era rubia de ojos azules y los mismos se abrieron enormemente al encontrarse con nada menos que el príncipe heredero en su puerta.

- ¡Oh mi Dios! - la chica susurró, alarmada, y se aclaró la garganta enseguida, conteniéndose - Alteza, ¿a qué debo el honor?

- Lucy, querida, nos gustaría hablar con tu hermano, por favor. - fue Paul quien le respondió.

- Oh, ok. - ella asintió e hizo espacio - Por favor, entren.

Emilio entró primero, seguido de Sian y por último Paul, Lucy los dirigió hacia la sala de estar y le pidió a las visitas que se sentaran mientras ella llamaba a su hermano mayor. Ella subió las escaleras corriendo y cuando llegó al cuarto de Peter, abrió la boca informando que la realeza estaba en su sala. Peter - que aún estaba recuperándose del accidente - prácticamente dio un salto y descendió las escaleras lentamente, yendo hasta la sala de estar y encontrándose con el príncipe, su fiel escudero el Lord Chiong y el jefe de seguridad personal del rey, Paul Higgins.

- Buen día, señores. - él se hizo presente y los tres hombres se levantaron para saludarlo.

Luego de los saludos, todos se sentaron y la joven Lucy aún estaba en la puerta, curiosa. -

¿Los señores gustarían de algo para beber o comer? - ofreció ella, educada.

- No, gracias, señorita. - el príncipe le dirigió la palabra y la chica casi muere por dentro - Me gustaría, si no es mucha molestia, conversar con tu hermano a solas.

- ¡Claro! - Dijo ella, sonriendo - Con permiso. - e hizo una pequeña reverencia, saliendo de la sala.

Cuando la muchacha salió, Emilio miró seriamente al hombre sentado en frente suyo.

- Sr. Evans, tengo algunas preguntas que hacerle. - Dijo él - Y me gustará que el señor pensase muy bien en sus palabras al responderme.

El joven tragó en seco y solo movió la cabeza, asintiendo.

- Llego a mi conocimiento que el accidente que mi marido, el señor y yo sufrimos, fue una trampa. - Dijo Emilio serio - Y también es de mi conocimiento que fue armado por mi padre, ¿estoy en lo cierto Sr. Evans?

Royals [omegaverse] (EMILIACO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora