Eight

2.6K 196 59
                                    

2/2

Joaquin y Emilio no viajaron de luna de miel porque las circunstancias no lo permitieron, el pueblo aún estaba inquieto, incluso con el casamiento de los dos príncipes de ambos reinos. Para no decir que ellos no 'viajaron', pasaron un fin de semana en un búngalo real que estaba un poco más alejado del palacio. Era una pequeña casa, donde los recién casados pasaron tres días fortaleciendo el lazo y conociendo el cuerpo uno del otro.

Un mes después Joaquin y Emilio ya estaban hablando realmente como una pareja, después de la mordida, donde Joaco exhibía el cuello orgulloso de haber sido marcado por Emilio, la unión fue establecida, ellos eran como uno solo. Era fácil reconocer los gestos de cada uno, a veces, apenas con una mirada era suficiente para saber lo que cada uno estaba pensando o lo que quería. Y Joaco se asustaba cuando Emilio decía lo que él estaba pensando o queriendo sin que él precisase exteriorizarlo con palabras, pero ahora, después de un mes de casados, Joaquin ya estaba más acostumbrado.

En aquel día de diciembre, la nieve estaba comenzando a caer y el clima frio de Inglaterra imperaba. Con la proximidad de navidad, llegaba también el cumpleaños número diecisiete de Joaquin. El pequeño omega estaba emocionado, porque a él le gustaba ese clima navideño y le gustaba aún más hacer su cumpleaños en la víspera de ese día tan feliz.

El palacio de Holmes Chapel estaba completamente ornamentado para la Navidad y Joaquin estaba sentado en la sala de estar leyendo un libro de significado de nombres para bebés acompañado de Mauro, él estaba ayudando a su amigo a escoger el nombre del bebé de Sian y él, incluso aunque Mauro estuviese aun en el tercer mes de gestación, y ellos aún no descubrieran cuál era el sexo, pero Mauro estaba definitivamente demasiado emocionado para esperar.

Mauro había ido al palacio para visitar a su familia mientras Sian estaba en una reunión de emergencia debido al último ataque de los rebeldes en el centro de la ciudad. Los omegas estaban riendo y divirtiéndose con las variadas posibilidades de nombres para el bebé cuando Joaquin comenzó a sentirse extraño. Claro, ¿cómo podía haberse ovidado? Su celo era de dos en dos meses, o sea, ya era tiempo de su segundo celo. Joder. Joaquin no tenía problema en ser omega, pero no le gustaban los celos, no le gustaba el hecho de no tener control sobre su propio cuerpo, en estos momentos a él le gustaría haber nacido alfa, donde los celos solo ocurrían de seis en seis meses, o ser un beta que no necesitaba preocuparse con los celos.

- Joa, estoy sintiendo tu olor desde aquí - dijo Mauro, haciendo una mueca y despertando a Joaco de su ensueño.

- ¡Joder! - Joaquin gruñó, ya sintiéndose caliente - Mauro, v-voy... - balbuceó e intentó respirar hondo.

- Joa, voy a pedir para que llamen a Emilio. - dice Mauro levantándose y yendo hasta la puerta.

Joaco apenas asintió débilmente resguardándose en el sofá.

Mauro corrió y abrió la puerta, encontrando uno de los guardias por allí. Trabó la puerta, por si las dudas - de si el guardia no estaba marcado -, y llamó al joven.

- ¿Precisa algo, alteza? - el guardia preguntó.

- Si, necesito que llame al príncipe Emilio. Dile que su marido está entrando en celo. - dijo Mauro deprisa.

El guardia solo asintió vehemente con la cabeza y corrió, por suerte él ya tenía pareja y entendió rápidamente el recado. Mauro continuó del lado de afuera de la puerta de la sala de estar, no quería que le sucediese nada a su amigo.

En cuestión de menos de dos minutos, Emilio apareció corriendo y Mauro apenas le dio la llave de la puerta al príncipe, que la abrió en un parpadeo.

Royals [omegaverse] (EMILIACO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora