❝The monsters were never
under my bed.
Because the monsters
were inside my head.
I fear no monsters,
for no monsters I see.
Because all this time
the monster has been me.❞
━━ metanoia series book 2
━━ remus lupin x fem! oc
━━ original de casually
━━...
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—capítulo cinco— UNA MALA NOCHE
—
—TE ODIO.
Esas fueron las primeras dos palabras que salieron de sus labios cuando Remus Lupin se sentó a su lado nuevamente. Afortunadamente, estaban lo suficientemente lejos en la biblioteca como para que nadie pudiera ver eso y chismear sobre cómo ella, Remelda Walburga Black, estaba sentada con un maldito chico de Gryffindor. Sabía que si su casa tenía una pista de esto la echarían y enviarían una carta a sus padres explicándoles todo, sólo para que su propia madre se enterara de que él se sentaba a su lado aunque no le gustaba ni un poco.
Remus se rio entre dientes, como si esto fuera una broma para él. No, no fue una broma para ella. Con la espalda pintada con las cicatrices de su propia madre y los recuerdos de sentir un dolor inimaginable forzado sobre ella debido a sus propios errores y los de sus hermanos, no era una broma para ella. De hecho, fue todo lo contrario. Merlín sabe lo que haría su madre si se enterara.
—Entonces, ¿por qué no sales de la biblioteca? —se rio entre dientes—. Me imagino que no soportarías sentarte a mi lado si me odias tanto como dices.
Ella lo fulminó con la mirada, la misma mirada Black infame que envió escalofríos por las columnas vertebrales y plagó el miedo en las mentes de quienes lo vieron. Pudo ver a Remus titubear un poco y sonrió. —¿No eres tú quien se sentó a mi lado? A pesar de que la biblioteca es bastante grande y hay muchos otros asientos. Supongo que podría encontrar otro...
—Pero sabes que te seguiré hasta el siguiente —sonrió descaradamente. Remelda puso los ojos en blanco en represalia.
—Sí, porque quieres demostrarme que Sirius es una gran persona y debería recibir mi perdón —dijo Remelda—. Bueno, Lupin, eso no va a pasar.
—Vamos —la miró—. Lo es, y ahora solo quiere hacer las paces con sus hermanos. ¿No puedes darle una oportunidad?
—No —la palabra salió de su boca rápidamente después de que él le preguntó. No tenía la menor intención de perdonar a Sirius por lo que le había hecho, el dolor que él le causó.
Recordó que la vez que le dijo, le prometió, que siempre estaría allí para protegerla. La miró severamente a los ojos y dijo que ellos (sus padres) nunca le pondrían un dedo encima, que ella nunca pasaría una noche atendiendo sus propias heridas como lo había hecho una vez con Sirius.
Qué mentiroso.
Y ella tuvo la audacia de creerle. Con grandes ojos de cierva llenos de inocencia, fue lo suficientemente ingenua como para creer en sus palabras. Ahora no. No otra vez. Remelda había aprendido de sus errores y no volvería a cometerlos.
