❝The monsters were never
under my bed.
Because the monsters
were inside my head.
I fear no monsters,
for no monsters I see.
Because all this time
the monster has been me.❞
━━ metanoia series book 2
━━ remus lupin x fem! oc
━━ original de casually
━━...
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—capítulo diecinueve — EL TIEMPO PERDIDO
—
ERA DE NOCHE. Fue una noche larga y ella estaba allí sentada frente a él y él era real. Esto no era producto de su imaginación, no era un sueño. Al menos, esperaba que no lo fuera. Si lo fuera, diría que su mente es cruel por permitirle verlo allí mismo con una cara radiante, luciendo más feliz de lo que jamás había visto en su vida. Tenía que imaginar que se veía casi igual, un brillo bailando en sus ojos también. Porque estaban allí y eran libres y no había vuelta atrás a aquellos tiempos fríos que albergaban oscuridad en ellos.
Pero él estaba allí, y eso fue suficiente. Él estaba allí y era increíble, su cabello había sido cortado recientemente, pero todavía parecía la misma persona y su piel parecía más bronceada, como si tuviera más vida y llevaba una camisa de manga corta a pesar de que era febrero y el clima era la misma mierda fría de siempre que jugaba todos los días. Debe haber estado en algún lugar agradable, concluyó. Y estaban felices, estaban allí en Cabeza de Puerco con casi nadie más y estaban felices. Esperaba que nadie los notara realmente, nadie realmente los miraba, porque si lo veían verían el fantasma de Regulus Black - o pensarían eso.
No, Regulus Black estaba muy vivo y estaba sentado frente a su hermana con una bebida en la mano mientras miraba alrededor del viejo pub. Ningún estudiante entraba allí, se consideró sombrío y solo un lugar para malos asuntos, pero eso fue exactamente lo contrario para esos dos. Estaban allí para hablar y regocijarse al saber que estaban vivos y bien. Eso fue suficiente.
—¿Cómo has estado? —ella se encontró preguntando antes de corregirse con una pregunta mejor—. ¿Dónde has estado?
—En todas partes es hermoso, Mel. Tengo que decirte. Estuve un tiempo en Rumania, en una granja que cuida de dragones y fue increíble. Había una mujer allí que era tan amable y acogedora —sonrió Regulus—. Ella dirige el lugar con su marido. Ojalá hubiera podido quedarme allí más tiempo, pero el Profeta publicó la historia y cuando la vi leyéndola, supe que tendría que irme.
Remelda asintió y tomó un bocado de su ensalada, haciendo una mueca levemente ante el sabor. En realidad, nunca le gustaron las ensaladas, pero no confiaba en ninguno de los productos cárnicos que vendía Cabeza de Puerco. No sabes de dónde vino la carne. —Suena maravilloso.
—Lo fue —asintió con la cabeza—. Luego tomé un avión - un avión muggle - y me fui a Hawái. Era tan hermoso, y el agua estaba tan clara y el clima tan cálido... y nadie sabía quién era yo. Me puse el nombre de Rick, podría volver allí después de esto.
—¿Un avión muggle? ¿Cómo se te ocurrió? —Remelda reflexionó, optando por tomar un sorbo de su bebida en lugar de intentar la ensalada de nuevo.
