𝟑𝟎 ― Glass shards

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— capítulo treinta —TROZOS DE CRISTAL

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— capítulo treinta —
TROZOS DE CRISTAL








HABÍAN PASADO tres años. Tres años desde que Remelda estaba con Remus, desde que había dejado a la familia Black, y tres años desde que había vuelto a ponerse en contacto con su hermano. Mucho había cambiado. Ya no era la Slytherin fría que no se preocupaba por nadie más que por su hermano, que estaba comprometida con Demetri Carrow y la princesa de la familia Black.

Ella era Remelda Lupin ahora. Con el pelo corto y un collar que le regaló su prima Andrómeda, esta Remelda - la mejor versión, la nueva - estaba en su cocina preparando la cena. Era la noche de Halloween y podía escuchar a su hija, Calypso, riendo tontamente en la sala de estar mientras veía la televisión. La niña tenía dos años y era la luz de la vida de Remelda.

Al igual que Nymphadora cuando era más joven, Calypso adoraba la televisión y esas tontas caricaturas. Y, como Nadia, estaba enamorada de las princesas de Disney. Sin embargo, su favorita siempre había sido Blancanieves, a diferencia de su tía, que siempre favoreció a Cenicienta. A Remelda, aún así, no le importaban mucho las películas, pero siempre estaba dispuesta a ver una con Calypso solo para verla sonreír. Tenía una sonrisa tan brillante, con un brillo en sus ojos como las pecas que adornaban sus mejillas.

Continuó revolviendo la pasta que estaba hirviendo en la olla, tarareando una canción que Sirius siempre ponía cuando venía. Nadia siempre ponía los ojos en blanco y le preguntaba por qué él insistía en escucharla todo el tiempo antes de que sonría muy dulcemente y no podía evitar darle un beso en la mejilla. Estaban tan enamorados. Todo fue lento con ellos, no hubo prisa, y todavía estaban muy felices.

Remelda quería eso.

Su esposo bajó las escaleras con el abrigo en la mano mientras intentaba ponérselo y entró en la cocina. Al ver esto, Remelda mantuvo una suave sonrisa. —Acá, déjame ayudarte con eso —Y lo hizo, colocando su abrigo sobre él mientras él le devolvía una sonrisa.

—Gracias —dijo, y ella lo miró a los ojos un momento más. Seguía siendo tan hermoso.

Ella se complació por un momento, se permitió besarlo y él le devolvió el beso. Debería haber sido fácil, sin dudarlo, pero estaba lleno de eso. Fue agradable, suave, como siempre. Era cómodo y se sintió llena de felicidad por ello. Y luego se acabó. Calypso lloró desde la sala y los dos se separaron y Remelda miró hacia abajo con vergüenza. Ella no debería haber hecho eso.

—Iré por ella —susurró Remelda—. ¿Cuándo volverás?

—La misión debería durar sólo unos días —le informó Remus—. Frank también vendrá —Tuvo que irse por asuntos relacionados con la Orden, dejándola con su pequeña.

BROKEN CROWN ━━ remus lupin ² ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora