Capítulo 9: Un propósito de vida.

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Yuzu

La fresca noche se engalanaba con estrellas que competían con las luces de la ciudad por demostrar quién era más vistosa: si la noche citadina o el cielo cargado de brillantes, el único contraste que resaltaba a vistas plenas era el interior del salón de exposiciones de la universidad, ahí el murmullo de las voces que departían agradablemente le daban sentido a la única luz en todo el plantel, dentro se encontraba reunida una gama de personalidades invitadas y muy diversa, medios de comunicación local, representantes de instituciones, y de empresas dedicadas al oficio, además de los expositores y los trabajos realizados por los miembros del club de Artes Visuales de la Universidad.

Al exterior del salón pequeños grupos se juntaban alrededor de los calentadores colocados en la terraza, el frío arreciaba sin ofrecer tregua a los presentes quienes brindaban con bebidas calientes propias para la temporada; apartada de las miradas se encontraba la ojiverde sosteniendo entre sus manos el reconocimiento a su trabajo con el grado de "Mención Honorífica", en realidad el título no le significaba nada en ese momento, lo que hacía que su mente se encontrara en otro lado era la ausencia de su hermana al evento, así, sola y alejada de todos, los dedos entumidos se sacudían en parte por el frío y en parte por los sollozos apretando el pergamino que se arrugaba mientras evitaba con muchos trabajos que salieran las lágrimas.

"No puedo ir ahora, no insistas" fue el mensaje final que su hermana le había mandado por teléfono antes de iniciar la exposición; para Yuzu eso y una cubetada de agua helada eran lo mismo, no podía entender la actitud tan cortante y fría de su hermana ante lo que ella consideraba un logro importantísimo en su vida: descubrir una nueva pasión, algo para lo cual tenía un talento innato y que la hacía brillar y ser más feliz que nunca, casi tanto como cuando se encontraba al lado de Mei; ahora que ella quería mostrarle sus fotografías y sus pinturas donde aparecía de forma casi mágica por el amor que Yuzu ponía en sus tomas y en sus pinceles, ahora que se lo quería entregar como un regalo desde lo más profundo de su corazón ella lo rechazaba de forma tajante, ¿no le interesaba acaso los logros de su hermana, su novia, su prometida? ¿si no era en esos momentos en los que se podía compartir la felicidad, entonces qué se podía hacer?

Yuzu apuró su bebida, recordaba vagamente haber tomado un vaso junto a la ponchera, sin embargo lo que le llamó la atención desde el principio fue que no era una bebida caliente sino una fría y agridulce, ese mismo sabor le recordó la ocasión en la que Toru le obsequió una bebida de una máquina expendedora, ella recién había ingresado al club de artes plásticas y ya era merecedora de elogios por la calidad de sus trabajos:

-"Citrus junos, para ti" -le dijo él en esa ocasión extendiendo una botella fría con la bebida que en muchas otras ocasiones ella ya había bebido, era su favorita por la frescura a pesar del sabor amargo que tenía, en ese momento le dio las gracias por el gesto pero hasta esta ocasión entendió a qué se refería Toru con ello, era el nombre científico de la fruta con la que se hacía la bebida comúnmente conocida como "Yuzu", era un juego de palabras que él había inventado con mucho esfuerzo  para esa ocasión: un "Yuzu para Yuzu".

La chica miró el fondo del vaso, en el mismo se depositaban algunas semillas junto con restos de la pulpa, las miraba sin poner atención, aún pensaba en todo lo que le había pasado en las últimas semanas, rechazo, indiferencia, soledad, esos sentimientos que la acompañaban sobre todo a la hora de dormir, por eso se dedicaba con ahínco al estudio, a repasar los libros como jamás pensó que lo haría en su vida, prestaba más atención a sus fotografías, a mejorar sus capturas, limpiaba sus equipos, realizaba estudios y trazos nuevos en sus telas, combinaba colores y pinceladas de una y otra manera intentando encontrar nuevas formas de expresarse; nunca fue alguien apasionada de la escuela y siempre buscaba procrastinar en lo posible, pero ahora mantener su mente ocupada era su mejor opción para no tener que hacer consciente su dolor personal, en su hermana y su indiferencia por ella y sus logros personales, no sabía qué hacer, miraba al frente y sus ojos se empañaban, dejaba escapar un suspiro tras otro intentando calmar su respiración y su pecho inflamado, el aire helado la ayudaba a despejarse un poco y le daba cordura a sus pensamientos que saturaban con un fuerte dolor su cabeza, quizá era eso o quizá era por aguantarse las ganas de llorar; miró nuevamente las semillas y sin pensarlo otra vez y de forma automática sacó una servilleta de su saco y las guardó en la misma sin saber por qué lo hacía, acto seguido se levantó y se dirigió a los baños para limpiarse las manos pegajosas.

Citrus: Un paso a la vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora